capitulo 4 "una Gambino"

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Valentina Russo
mi rehabilitación está siendo muy positiva, no se si seran mis inmensas ganas de volver a caminar o la persona que está conmigo apoyándome, Nicolas no me ha dejado sola, hablo con los doctores para poder llevarme a su casa y cuidarme allí, lo rechacé, no me gustaría ser una carga para él, esto fue hace dos meses pero aún me insiste en este momento estamos en el patio trasero del centro de rehabilitación.

– Valen tienes que pensarlo..

su voz resuena en mi cabeza, no tengo un lugar para vivir, me enteré por medio de José que mi departamento fue vaciado, mis cosas terminaron en la calle, cuando digo cosas me refiero a mi ropa ya que el lugar donde yo vivía tenía muebles y todo lo necesario. Por suerte José rescató mis cosas de las calles, me las trajo y ahora las tengo aquí.

Cuando salga de aquí tendría que vivir a la intemperie, al menos que acepte la ayuda de Nicolas, pero, a pesar de que ya pasaron seis meses de mi accidente, desde que empezamos a ser amigos, me da vergüenza aceptar tanto de él, me trajo aquí, al centro de rehabilitación, ha estado conmigo en cada momento, lo he podido conocer mejor, es el hijo mayor de uno de los narcos más poderosos del pasado, Horacio Gambino quien falleció hace cinco años atrás, la madre de Nicolás los abandonó según él huyendo de los maltratos de Gambino. Solo tiene a su hermano y ahora a mi.

– Nicolas, no se que decirte…— bajo mi mirada hacia mis pies.— sería una completa carga para ti.

– claro que no Valen, la mansión Gambino tiene todo, estarás bien allí, todos los días te traerán a rehabilitación.. lo prometo..

– ¿y tú?.— mis ojos se dirigen directo a él, me observa detenidamente antes de responder.

– yo debo manejar el negocio, tú estarás segura con Julieta, la ama de llaves, también tendrás a mi nana contigo…— suspira.— no estarás sola, yo estaré a tu lado también..

en ese momento controlo mis impulsos, lo tengo tan cerca que con un leve movimiento sus labios podían rozar los míos, mantengo mis orbes en los de él pero es tan complicado, estar cerca de él todo este tiempo, sus charlas, su hermosa forma de mirarme, su sonrisa que casi no está presente, no se que me pasa con Nicolas Gambino pero debo parar..

– Valen..— sacudo mi cabeza saliendo de lo más profundo de mi mente, de esos pensamientos perversos, locos.

– acepto..— solté sin pensar, fue un susurró solo audible para él, una sonrisa apareció en su rostro, se levantó y se arrodillo frente a mi.— pero.. con una condición, cuando pueda caminar bien me dejaras trabajar contigo..

– Valentina no puedo hacer eso..— su sonrisa cae, su rostro se tensa.— no quiero que te conviertas en un monstruo como yo..

– Nicolas, hice cosas que me convirtieron en un monstruo..— tomé sus manos.— te las contaré todas, solo dame tiempo..— su rostro se relaja y una de sus manos tomó mi mejilla.— Esa es mi condición..

– acepto..— dijo resignado, poco convencido, solté una sonrisa y procedí a extender mis brazos para abrazarlo. — pediré que mañana mismo te lleven a la mansión.. tu vida cambiará angelito.

angelito.

Nunca me llamó así, pero me encanta, esa palabra se deslizó tan bien por sus labios, como si fuera agua, espero no deje de decirla. Nos separamos y siento que alguien me atrapa por la espalda, me sobresaltó pero al verlo saltar por encima de la banca y sentarse a mi lado me tranquilizo.

– Gustavo me matarás de un susto.— le tiró un golpe en el hombro y hace una mueca para luego reír.

– ¿estás mejor?

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