capitulo 11 "Iremos"

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Narrador omnisciente

La fama de una nueva traficante hizo eco en los oídos de los hombres, en cada reunión de narcos, asesinos a sueldo, secuestradores y ladrones se hablaba de la nueva mujer, todo pasó tan rápido que a la misma Rosalía le sorprendió como su presencia se dispersaba por mil bocas, nadie la conocía solo un hombre había ido a verla, y tuvo el atrevimiento de invitar a una fiesta a la misteriosa mujer, algunos esperaban con ansias ese dia para ver a su nueva aliada o enemiga. Rosalía tenía sus negocios por los cielos, en Japón, Tokio, Europa y varios países latinoamericanos. Los Gambino no hicieron oídos sordos ante la nueva presencia femenina, Valentina estaba al tanto de todo, y se sentía intrigada por la mujer, ya que se divulgaba que era hermosa como un ángel y un demonio a la vez..

— Buenos Días.— dijo Gustavo mientras entraba a la oficina de su hermano el cual se encontraba bebiendo café y fumando un habano, su rutina diaria, ya no le afecta el entrar aquí y sentir el olor a humo meterse en su sistema.

— ¿Has tenido noticias?.— el menor negó con la cabeza haciendo que Nicolás suspirara soltando el humo de sus pulmones.— Pero, hay algo de lo cuál quería decirte.

— dimelo..

— fuimos invitados a una reunión importante. Allí estarán todos nuestros socios y la mujer de la que todos han estado hablando en estos días.— Nicolas asiente levemente, suelta el habano dejándolo en el cenicero, se levanta de la silla y apoya sus nudillos contra el escritorio tirando su peso sobre ellos, quedando un poco inclinado.

— iremos.— suelta rápidamente, Gustavo asiente con una tenue sonrisa asomando por sus labios aunque no fue dicho con entusiasmo, sus dientes blancos brillan contra la poca luz de la oficina.— sigue con la investigación sobre ella. Debo encontrarla.

— no te sigas atormentando, si ella está viva te buscará.

— ¿Y si está siendo torturada? ¿Prostituida? ¡Como carajos me buscará!

— tienes razón, fue tonto de mi parte. Seguiré buscandola.— el joven remueve los papeles que tiene en sus manos hasta sacar una pequeña foto.— todos sus registros desaparecieron, su padre se encargó de borrar todo de ella, como si nunca hubiera existido.— Nicolas recibe la pequeña foto, allí estaba ella, con un vestido color cielo, su enorme sonrisa resalta en la foto opacando lo demás, su cabello suelto caia por sus hombros, solo podia verse su torso y cara, pero eso era suficiente para extrañarla nuevamente.— debo irme. ¿vas a invitar a Valen?

— claro que si.— el mayor de los hermanos toma paso hacia fuera de la oficina para luego subir las escaleras camino a la habitación de Valentina. Dos toques y se escucha un 'pase'.— Buenos días Valen..

— buenos días ¿qué sucede?.— dijo sorprendida al darse la vuelta y ver al hombre frente a ella, estaba tan cansado, parecía no haber dormido en días, bolsas pequeñas colgando de sus ojos y su rostro pálido.— ¿estás enfermo?

— no, solo estoy estresado, no he podido dormir en días.— soltó para luego caminar hacia la cama donde tomó asiento en el colchón, Valentina se apura en sentarse junto a él, subiendo sus piernas sobre las de él y tomando su rostro entre sus manos.— vine a invitarte a una fiesta.

— ¿solo viniste a eso?.— preguntó con una pizca de lujuria en su voz.— me has tenido tan abandonada.— Nicolas suelta una pequeña risa sin aliento, y escanea su rostro, Valentina se muerde el labio y no resiste más para besarlo, une sus bocas en un beso apasionado, él se resiste al principio pero termina cediendo, ella se sube sobre él, conectando sus centros mientras lo besaba, pero Nicolas se separa.

—Valen es muy temprano ¿segura que lo deseas?.— consulta con voz ronca, eso hace que la muchacha se moje tanto que traspasa su ropa interior, ella en respuesta lo vuelve a besar, no vuelve a preguntar y lo toma como un sí. Sus besos son ardientes, les da la vuelta quedando sobre ella, entremedio de sus muslos, siente lo mojada que está y corre sus bragas apresuradamente para luego soltarla cortando el beso, baja su boca a su centro devorandolo como un animal salvaje, los gemidos brotan desde el fondo de su garganta resonando en toda la habitación.— ¿lo quieres?

— ¡Si!.— grita cuando Nicolás hunde dos dedos en ella, la folla como un loco desquiciado moviendo sus dedos de una forma tan satisfactoria, Valentina siente su orgasmo, sus paredes se aprietan y él quita los dedos.— ¡mierda!.— dijo frustrada recuperando el aliento, la negligencia de orgasmos la excita tanto, Nicolás se baja el pantalon y los boxers, se alinea en su entrada y la penetra de una sola estocada, dejando todo su miembro dentro de ella, sus testículos pegados a su culo. 

— siento como aprietas.— comienza a moverse hasta tomar un ritmo constante de vaivén, los gemidos inundan el cuarto mientras él gruñe y le cubre la boca, entierra su cabeza en el hueco de su cuello para empezar a follarla sin piedad.— ¿te vas a correr en mi polla puta?

— si por favor.— grita cuando siente su orgasmo abrazarla sin ni siquiera tener tiempo de avisar, Nicolás sonríe y persigue su propio orgasmo, saca su polla del interior de la joven y se corre en su estómago.

Luego de limpiarse, él se viste, ayuda a Valen y luego le da un pequeño beso en la frente.— ¿cuando es la fiesta?

— ¿irás?.— él voltea.— no me la perdería por nada.

— esta bien, Gustavo te espera abajo, quiere llevarte a desayunar fuera.— metió las manos en los bolsillos luego de abrir la puerta y desapareció sin esperar su respuesta, Valentina quedó sonriente luego de la escena de sexo que tuvo con Nicolas. Se preparó y salió rápidamente escaleras abajo para llegar a Gustavo.

Nicolás sabe que esta mal, no debe ni desea darle falsas esperanzas pero Valentina debe saber diferenciar entre amor y sexo.


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