capitulo 17: "Por favor"

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Rosalía Salazar

Mi enojo es tan grande que no puedo controlar mi ataque de ira, Gustavo se ha ido, el vaso de whisky se hizo añicos contra el suelo, estaba enojada, lastimada y desconsolada, no quiero pensar lo peor pero luego de haber pasado por tanta mierda pensar cosas buenas no es una opción.

—Llama a todos, necesito dar un órden.— digo mientras miro por la ventana, Sebastian corre sin decirme nada, en pocos minutos el recibidor está lleno de mis hombres.— Hoy no es un buen día muchachos. Quiero pedirles que busquen a Nicolas Gambino… muevan hasta la última piedra pero encuentrenlo.— todos asienten, Sebastian está a mi lado.

—¿No tienen lengua?.— les murmura y los demás lo miran.— ¿Cómo se dice?

—¡Si Patrona!

—¡Quiero que lo busquen!.— grité antes de que todos asintieran nuevamente, no tardaron en salir de mi vista, no me sentía bien para comer, me encerré en mi cuarto, no quería ver a nadie.—  ¿Dónde estás?.— me susurro para mis adentros, estoy frente a mi espejo, siento ira por todo mi cuerpo, miro mi reflejo y golpeó el espejo con todas mis fuerzas hasta que pequeños pedazos vuelan hacia el suelo, algunos quedan incrustados en mi piel pero no duele en ese momento el dolor no está en mi cabeza, solo el enojo por lo que han hecho, unos brazos me atrapan evitando que siga lastimando mi cuerpo, mis manos sangran, oigo gritos y se que es Sebastian.

—señora ¿que ha hecho?.— murmura asustado, me deja en la cama, busca rápidamente una toalla en el baño y cubre mis manos con ella, siento el escozor cuando presiona.— ¡Rápido! Llamen al jodido Doctor.

Siento que mi cuerpo se desvanece en esa cama, no tardan mucho en entrar mis guardaespaldas con el doctor, me siento mareada, de repente estoy sola con el médico, cura mis heridas y deja mis manos vendadas, no lo suficiente para quitarme movilidad. 

—No debe tener problemas para hacer actividades diarias pero señora, intente hacer reposo, vendré dentro de unos días a sacarle los puntos..

—Gracias Doctor, mi hombre de confianza se encargará de su pago..—

Sebastián asiente mientras acompaña al doctor hacia afuera de mi habitación.

—Descanse Señorita Salazar, cualquier emergencia me buscan..

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Me despierto, mis manos duelen pero es soportable, he sufrido dolores y cortes peores. Mis ojos se adaptan a la luz, me levanto lentamente y no tarde mucho en cambiarme, el Doctor Boschi a sido nuestro doctor desde que yo era niña, siempre estuvo presente en la familia Salazar, sabe a qué nos dedicamos y por eso busca las soluciones para no dejarnos "inútiles" ante cualquier herida que sufrieramos. Cuando mi padre me vendió, hubiera deseado llevarme al doctor, me hubieran hecho bien los antibióticos, los calmantes y puntos, desgraciadamente tengo cicatrices en mi cuerpo, una de ellas casi me cuesta la vida, es en mi vientre, una cicatriz no tan larga, fue una puñalada que me dió mi entrenador, él mismo con el que me casé y luego asesiné sin piedad, tuve que arreglármelas para curarme y no morir,  no había médicos, solo tú mismo.

—Señora, encontramos información sobre Gambino, posiblemente le sirva.

—Gracias Osvaldo, ahora mismo iré a mi oficina.— me encaminé hacia la misma, pedí que me llevaran el desayuno allí.

— Me tomé el atrevimiento de mandar el pendrive con las imágenes de las cámaras.. todo está en su computadora Patrona.

—gracias, puedes retirarte Sebastián..— me inundo en el mundo de mi computadora, busco los videos, los analizo, mi boca se seca y mi corazón se frena cuando veo de quien se trata. -- fue él.

Perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora