capitulo 8 "Feliz cumpleaños Valentina"

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Valentina Russo

mis ojos se abren dejando que se adapten a la poca luz que se filtra por las finas cortinas, me estiro y no tardó mucho en ponerme de pie, abro las ventanas dejando a la brisa golpear mi rostro, el sol entra a mi habitación llenándola de su luz y calidez. Me desnudo antes de ingresar al baño y abrir la ducha, el agua tibia golpea mi cuerpo, me despierto totalmente. Me envuelvo en una toalla blanca para luego salir del baño, es muy temprano no creo que haya nadie despierto, estoy buscando mi ropa interior en los cajones, me coloco mis bragas, blancas, hoy no usaré brassier, me coloco una remera de tirantes blanca y un pantalón negro con unos zapatos del mismo color.

Me veo al espejo y decido ponerme un poco de delineador, rimel, un poco de corrector y un labial super clarito, me detengo a verme, me gusta.

Bienvenidos 22 años..

Bajo las escaleras, no esperaba ver a alguien pero unos cánticos y un desayuno diferente al de siempre me sorprenden. Gustavo me felicita y levanta en sus brazos haciéndome girar, finalmente mis pies tocan el suelo y recibo las felicitaciones de casi todos los empleados.

–muchas gracias..

–Feliz cumpleaños Valentina..—Nicolas se acerca a mi, me toma de la cintura con su mano izquierda, la derecha vuela y acuna mi mejilla, me besa en la mejilla y una sonrisa genuina escapa de mis labios, me hubiera encantado un beso en ellos..

–a desayunarr..—nana ríe mientras nos separamos y pasamos a la mesa, cada empleado vuelve a su trabajo.— te prepare yo misma tu desayuno favorito..

–gracias nana..

El desayuno estuvo tan jodidamente delicioso, definitivamente nana tiene una excelente mano para la cocina, lave mis dientes y antes de salir escaleras abajo Nicolás aparece, debo intentar un movimiento con él..

– quiero darte un regalo..— se posa detrás mío, y una venda cubre mis ojos, mi visión es nula y siento sus enormes brazos tomar mi cuerpo, levantarme y bajar las escaleras.

–este es tu regalo, solo espero que te guste Valentina..— la venda cae de mi rostro, y mi boca se abre, no lo puedo creer.

–estas bromeando.— es lo único que logro decir antes de correr hacia el auto, Nicolas Gambino me acaba de obsequiar un automóvil.— Nico yo no puedo aceptar esto, tan solo, no, no es imposible, estas tan loco..

ríe y niega mientras yo sigo contemplando el vehículo color plateado frente a mi.

–es tuyo, solo tuyo..— en ese momento lo abrazo fuertemente mientras las lágrimas de felicidad inundan mi rostro, me entrega las llaves y sigo sin creerlo.— esta noche cenaremos en el patio, es tu último regalo..


por la noche

Nicolas Gambino

haré de está noche inolvidable para Valentina, acabo de vendar sus ojos privándola de su completa visión, está nerviosa y ansiosa por la sopresa que tengo para ella, la tomo entre mis brazos y la llevo a algún lugar, a una habitación especificamente, la que mandé a arreglar por mi más confiable personal, se ríe cuando sus pies tocan el suelo nuevamente y yo me apresuro a cerrar la puerta.—  Promete no abrir los ojos cuando te quite la venda.

–lo prometo, ya, dejate de tanto misterio..—suelto una risa silenciosa y procedo a devolverle la visión, le doy la orden y sus ojos se abren como platos al ver el lugar que mandé a refaccionar.

Valentina Russo.
un enorme tubo de pooldance se encuentra en el centro de la habitación, justo en frente sillones de cuero y una cama tamaño matrimonial, sabanas negras la adornan, las paredes son oscuras con detalles dorados por todas partes, ventanas con cortinas que apenas dejan pasar la luz del sol y de la luna, muñequeras con cadenas junto con tobilleras se encuentran en las cuatro esquinas de la cama, hay otra puerta que a mi parecer dirige al baño.

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