Valentina Russo
Han pasado seis meses desde que vivo en la enorme mansión de los Gambino, aunque mi tiempo aquí ha sido bastante aún me sigo perdiendo entre los pasillos y habitaciones del lugar. Nicolas y yo eramos muy unidos al principio, pero hace unos meses atrás se ha vuelto distante conmigo, ya no me sonríe ni me cuenta cómo va su día, ya ni siquiera desayuna con nosotros, su mirada se ha vuelto fría hacia mi y nuestras conversaciones solo duran unos segundos, por otro lado, he vuelto a caminar y estoy muy feliz por ello, uso un hermoso bastón negro que Gustavo me compró, él y yo nos hemos vuelto como hermanos. Me encuentro sentada frente a la alberca, bajo la sombra de un bello árbol, la suave brisa golpea mi rostro y mueve pequeños mechones de mi cabello.– Buenos días Valentina..— una voz llama por completo mi atención, volteo con ojos de sorpresa.— no era mi intención asustarte.
–Nicolas, que sorpresa.— mis ojos se dirigen a su figura, lo escaneo por completo, pantalones de vestir grises con una camisa blanca con las mangas envueltas firmemente en sus codos, las venas de sus brazos parecen querer explotar, los primeros botones están libres a comparación de los demás, se ve tan...hermoso.
– ¿por qué sorpresa? vivimos en la misma casa.— anuncia con un tono tranquilo y bromista a la vez, enciende un cigarrillo entre sus dedos y el humo golpea mis sentidos cuando es expulsado por sus labios.
– Sorpresa porque hace dos meses que te alejaste de mi..— digo sin rodeos y Nicolás instantáneamente me mira.— no logro entender que he hecho para que ya no quieras hablarme.
–No has hecho nada Valen, simplemente he tenido muchas cosas en la cabeza.— toma asiento a mi lado y corre un mechón de mi cabello colocándolo detrás de mi oreja permitiendo una mejor vista de mi rostro.— espero aceptes las disculpas de este idiota.
su rostro es tan perfecto, ¿como alguien puede ser tan hermoso?
– acepto tus disculpas..— le sonreí con picardía y mordí mi labio inferior con nervios, en ese momento él se tensó.—¿estás bien?
– Si Valen.— murmura.— pero no vuelvas a morderte el labio.— afirma mientras su pulgar se acerca a mi boca liberando mi labio de la prisión de mis dientes.
– Nicolas.— logró susurrar sintiéndome complacida con el toque de su piel.
Nicolas Gambino.
Esto es tan malditamente difícil, me aleje de Valentina para olvidarme de esta mierda llamada querer, si, la quiero y no sale de mi puta cabeza, el intentar olvidarla no sirvió de nada, fue tan complicado intentar alejarme de ella, siempre quería correr y abrazarla, pasar tiempo viendo sus ojos, ahora está aquí, a centímetros de mi y ¡carajo! muero por besarla pero no, no lo haré, me niego a sentir algo más por ella, no puedo engañarme a mi mismo de esta forma, lo que sea que me pasa con Valentina no es amor, es una atracción pasajera y no deseo lastimarla, aclaro mi garganta y me alejo rompiendo nuestra cercanía, no puedo besarla porque si llegase a cometer tal acción me volvería un maldito estúpido, yo no puedo lastimarla con mis pedazos.– em queria pedirte ayuda..— me dice mientras intenta levantarse, aún sus piernas le fallan un poco.
– si claro..— tomó su cintura y la jalo hacia arriba levantando su figura del pequeño banco, me agradece y quito mis manos de su cuerpo.
– gracias, iré a mi cuarto.— con eso comienza a caminar hacia la mansión, me sorprende lo rápido que puede caminar con ese bastón, gritó su nombre y su rostro voltea.—¿si?.— sus ojos penetrantes se vuelven hacia los míos.
– más tarde comenzaremos con tu entrenamiento, debes aprender a defenderte por si sucede algo.,—digo como un idiota que no sabe hablar.
– claro..
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Perdición
RomanceEl Infame Nicolas Gambino cae a los pies de Valentina Russo y su deseo de protegerla lo llevara a confundirse aunque su corazón sigue cautivo de un amor del pasado, ella hará cualquier cosa para asegurar su futuro y quedarse con ese hombre. La sangr...