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El retrato apático de su padre observándolo con decepción llegaba a marcarlo con una severa tristeza. Anhelaba una felicitación, solo una, aún que sea de lo más bajo, sería feliz sabiendo que hizo algo bien.

Pero el deseo no se cumple sin el esfuerzo por detrás. Esa era su peor verdad. Saber que no daba lo suficiente o, peor aún, no era suficientemente bueno como su hijo. Volviendo a días anteriores donde se empeñaba a destacar sus medallas y trofeos en competencias de cualquier deporte, era ferozmente ignorado. Haciendo que recaiga en esa deficiencia.

El reclamo de la madre hacia él era algo imposible de dar vuelta y fingir que nunca estuvo. Los reproches hacia su conducta en la escuela no eran nada nuevo, ella siempre le daría mesura a su forma de ser. Sin embargo, no era la razón de su constante malestar.

Recibió la lastimera noticia del francés siendo golpeado por su padre.

En la reunión con el director mientras ellos jugaban en compañia de Rubius, dando la entretenida para que el tiempo pasará un poco más rápido

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En la reunión con el director mientras ellos jugaban en compañia de Rubius, dando la entretenida para que el tiempo pasará un poco más rápido.

La puerta de la oficina se abrió. La silueta de una mujer bien vestida y arreglada salió disparando humo, propinando una mirada mortal a ambos ositos, quienes se pusieron en alerta en cuanto se les acercó.

"Mí hijo no puede estar cerca de aberraciones cómo está".

Los señalo con enfado. Ellos comenzaron a sentirse amenazados en cuanto se les levanto la voz. El peli rojo no sabía que decir o como actuar estando de plantón en una situación tan repentinamente violenta para infantes como ellos. Fue arrastrado hasta el auto por su padre quien se veía igual o incluso más enojado que su progenitora. Lastimando la muñeca del chico en el trayecto.

En su casa a nuevo arreglo, no quiso salir de su habitación, ya estaba cansado de que le dijeran lo mismo

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En su casa a nuevo arreglo, no quiso salir de su habitación, ya estaba cansado de que le dijeran lo mismo.

En la sala podía escucharse la discusión de sus padres hablando sobre él, tapo su angustia cerrando fuertemente los ojos.

"Ellos estaban jugando, ¡Son solo niños!".

"Spreen ya está bastante grande como para saber lo que hace, no es idiota, ¿Tienes idea de lo que hubiera pasado si le reclamabas a esa mujer?, ¡Es esposa de mi jefe!".

"¡Es mi hijo y no pienso callar ante nadie que se atreva a denigrar a mi pequeño!".

Pronto esa discusión se volvió una pelea. Una que su madre no pudo ganar. Estaba en la habitación de su hermanita, cuidando de que no despertara, la abrazaba y la mecía en sus brazos.

La madera siendo azotada le dió el permiso de secar su rostro y regular su respiración. El alicaído era lo que le estaba pesando y sofocando a la vez. Bajo angustiado y fue donde su madre, esperando encontrarla en buen estado.

Pero sus ojos contemplaron con dolor el sufrir de la mujer, lloraba en el suelo en desconsuelo. Aún teniendo a su hermana en brazos se acercó a ella, brindándole afectó, lo máximo posible.

"Prométeme que no volverás a dirigirle la palabra a ese niño, por favor".

Asintió intranquilo, no quería que su padre regresara pero fue tanta su buena suerte que se cumplió el deseo.

Habiendo pasado días de aquella discusión, su madre ahora ya no se encontraba en casa la mayoría del tiempo. Entonces sus faltas comenzaron a hacerse notar, estás eran usadas para cuidar de su hermana.

Los días se hicieron semanas y las semanas en meses, su padre no regreso y el ahora no socializaba con nadie que no fuera su madre o hermana.

Esto llegará a perjudicar su futuro, tampoco tenía tiempo para jugar con sus compañeros y algo que aún le hacía eco era haber ignorado al pobre francés quien esperaba paciente su regreso para poder hablar o bien, intentarlo.

🌻🌻🌻

Spreen ya llevaba tiempo sin ingresar al instituto, por lo que su preocupación era normal, lo único que podía saber de él era gracias a Juan, quien además de ser su amigo también vivía a unas cuadras de su hogar.

Estaba muy enojado con sus padres por haberle arrebatado la oportunidad de hacer nuevos amigos, pero no podía cambiar las cosas, tampoco se atrevía a tratar de hacer que sus progenitores cambiarán de opinión.

No le quedó más remedio que resignarse. El hecho de ir a una escuela pública ya era un revuelo, ¿Por qué iba allí en primer lugar?

Sus padres no lo aceptaban del todo como hijo y lo sabía perfectamente, desde que nació con una piel diferente a la de sus padres, se le ha recalcado que podía llegar a ser adoptado con toda la maldad de la palabra queriendo lastimarlo. Pero ni su madre, ni su padre eran algo que quería realmente, le hostigaba hablarles con cariño en reuniones queriendo fingir las apariencias.

Había causado problemas en una institución anterior y debido a eso, se le restringió la oportunidad de entrar a otra de alta calidad.

Era la representación gráfica de una oveja negra en la familia.

Farfa y Rich lo acompañaban y lo aceptaban, eran de la misma raza, así que sus progenitores  debían aceptar a esos dos chiquillos problemáticos cómo influencia para su hijo.

— Y es todo un tema. — pronunció con un aura preocupada Farfa, mientras comía unas medialunas.

— Si... por mi culpa Spreen está pasando momentos difíciles. — desveló culpable.

— Venga, no es tu culpa.

— Tenés que dejar de escucharlos. Trata de hacer las cosas por vos y no por ellos, sabes que no lo hacen por ningún bien tuyo. — declaró el de tez negra.

— El negro tiene razón. — afirmó Rich robándole una medialuna a su compañero.

Lo pensó unos segundos, era cierto, debía tratar de evitar darle lugar a lo que decían sus padres o solo terminaría mal y en el peor de los casos perjudicado. Algo curioso de sus padres, es que a pesar de odiarlo significativamente, no tienen más hijos, tal vez la fortuna lo herede un empleado o simplemente no tienen tiempo para darle un hermano menor.

Arrugó la cara al sentir algo dulce en la boca.

— Flaco, come que se enfría. — Farfa le daba a pedazos una medialuna para que se la comiera. — me costó mucho y mi mamá no va a darme más plata dentro de dos semanas.

La comida le recordó a Spreen, que horas atrás se encontraba diciendo lo ricas que son las medialunas.

Lo aceptó, eran deliciosas.

Comió en compañía de sus compañeros, más tarde tendría tiempo para pensar en sus problemas.

🌈┊𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗳𝘂𝘀𝗶𝗼𝗻 - ̗̀𝘚𝘩𝘢𝘥𝘳𝘦𝘦𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora