7. She finds her waiting like a lonesome queen...

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La larga cabellera de su novio le hizo cosquillas en el rostro cuando la besó. Ella aceptó su beso algo incómoda, intentando terminarlo lo antes posible.

Cuando Petropolus quiso acercarse a su cuello, Enid se apartó rápidamente y le sonrió notablemente incómoda y entristecida.

—¿Todo bien, cariño? —Le murmuró el chico al oído, acariciando su fina cintura y acomodando uno de sus rubios mechones rebeldes. Ella negó, y de inmediato su novio preguntó: —¿Estás triste?

—No, sólo es Merlina... He intentado acercarme a ella para arreglar las cosas, pero sigue enojada conmigo...

—¿Quién es Merlina?

—Ugh, ni siquiera se porqué me molesto en decirte si ni siquiera me prestas atención. —Molesta, se levantó de la cama y apagó la radio que reproducía una cálida melodia desde uno de los estantes del chico.

—Ah, cariño, lo siento. Merlina es tu amiga ¿no? La de lentes de sol y alergia al ajo-...

—¡No, ella es Yoko! Merlina es la enana de trenzas... Me voy, no se porqué creí que venir hasta acá me haría sentir mejor.

—¡Espera! —El chico se levantó apresuradamente y se acercó a ella, tomándola de la mano. —¿Por qué no me cuentas más sobre ella? Tal vez podría ayudarte, y así podrías disculparte. —Depositó un beso en su mejilla. —No me gusta verte triste... Y mi padre llega en dos horas, aun tenemos bastante tiempo.

Enid no pudo decirle que no.

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Yoko y Xavier se divertían pintando sus uñas con el esmalte negro de Merlina. Escuchaban canciones de Taylor Swift con su móvil y se reían mientras veían fotos de su álbum familiar.

—Darling, you're the one I want, in paper rings, in picture frames, in dirty dreams... —Escuchó a Xavier cantar mientras sostenía su esmalte con su mano derecha. "Esa es la canción favorita de Enid", pensó Merlina. Yoko se quejó a los segundos después.

—¡Pinta mis uñas, imbecil, no mi ropa!

El chico pasó la página del álbum frente a ellos y ambos empezaron a reír.

—Merlina, ¿te disfrazaste de conejo para Halloween? —Preguntó Yoko entre risas. —Pff- Enid está disfrazada de zanahoria...

—Eso fue cuando teníamos siete. Ahora por favor dejen eso y váyanse de mi casa si no quieren terminar en un barril con ácido.

—Aww, ¿Escuchaste, Yoki? Dijo que nos quiere. ¡Nosotros también te queremos, Merli!

Merlina frunció el ceño y devolvió su mirada a la luna. Estaba sentada al borde de su balcón, mientras que sus dos amigos estaban en su alfombra, a un par de metros.

Si, Xavier y Yoko eran sus amigos, y los había "invitado" a su hogar. En realidad se invitaron solos, pero a Merlina no pareció importarle mucho.

¿Cuándo había empezado su amistad con Yoko? Ni ella misma lo sabía, pero le agradaba. Tenían el mismo humor roto y obsesión por lo espeluznante. En cuanto a Xavier, días después de su discusión, arreglaron las cosas y volvieron a ser amigos, aunque de vez en cuando tenían sus diferencias.

Cómo le hubiera gustado que ella y Enid arreglaran las cosas así de rápido.

Mientras sus amigos seguían cantando y riéndose de sus vergonzosos recuerdos de infancia, Merlina miraba el oscuro cielo nocturno con cierto aire de melancolía. Aspiraba la fresca brisa que impactada contra su rostro, con un leve aroma a tierra mojada, y disfrutaba del silencio que, por breves segundos, se había mantenido.

The Other Woman | Wenclair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora