{Capitulo 1}

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Cuando llegó a la caja para ordenar, vió a una chica rubia tambalearse y si no hubiera puesto las manos en una pequeña mesita a su lado probablemente se hubiera caído, pero no pudo verla más porque unos risos color chocolate taparon su vista.

—Buenos días ¿Puedo tomar su orden?

—Eh.. ¿Se encuentra bien la chica?— preguntó

—Oh, claro es solo un pequeño tropiezo — respondió el rizado con una desinteresada mueca — ¿Puedo tomar su orden?

Asintió despacio mientras desviaba un poco la mirada, se sentía raro, porque pareciese que el chico estaba siendo coqueto con él.

O a lo mejor estaba alucinando, probablemente si, no durmió bien anoche.

—Un café negro y una dona de chocolate, para llevar por favor.

—Claro, no tardo.

Perdió de vista a el rizado y se concentró en su teléfono.

La verdad es que no tenía nada que hacer en el, solo se sentía nervioso y odiaba el hecho de que acudiera al aparato cada vez que se sentía nervioso y por aburrimiento.

—Aquí tienes.

Alzó la vista para ver el café y dona en una cajita.

—¿Cuánto es? —Dijo metiendo la mano en el bolsillo trasero de su pantalón de vestir color negro, sacó su billetera y pagó por ambas cosas y se despidió del rizado con un asentimiento de cabeza y se fue.

Al llegar a su oficina tomó asiento y comenzó a beber el café caliente que se encontraba en la bolsa, sacó la dona y le dió un pequeño mordisco, sabía realmente bien.

Cuando terminó de comer comenzó con su trabajo, era mucho y solo de pensarlo le estresaba y sabía que los dolores de cabeza no tardarían en llegar.

Pero aún así amaba su trabajo.

El ver a aquel chico en la cafetería le quitaba un poco el estrés no iba a negarlo, y pensaba que cualquier persona que viera al rizado tendría el mismo resultado.

Estaba firmando unos papeles cuando unos golpes suaves se escucharon en la puerta.

—Pase —dijo sin apartar la vista de los papeles.

—Señor Tomlinson le recuerdo que en treinta minutos tiene la reunión con el señor Mathew.

Era Martha, su secretaria.

—Reunión... Okey gracias Martha, puedes irte. —Dijo con voz autoritaria, Martha no dudó ni un segundo en salir de aquel lugar cerrando la puerta suavemente.

                       ☕🍩

La jodida reunión terminó más tarde que lo acordado ya que el señor Mathew no estaba "seguro" de la calidad de trabajo de la empresa.

Por favor, su empresa era una de las mejores del país y venía a joderle con esa mierda, y estaba casi cien por ciento seguro de que se debía a qué él aún era muy joven.

Quería darle unas buenas cachetadas y dejarle en claro que por ser mucho más joven que él no lo hacía tonto o imbecil.

Que lo jodan, al final Mathew terminó aceptando gracias a la excelente actuación de Louis.


Eran las 7:28 pm y estaba cansado, muy cansado.

Hoy era uno de esos días en los que no tenía ni ganas, ni ánimos para nada.

Al salir de el edificio suspiro con cansancio, necesitaba una ducha y dormir, sí, sonaba bastante atractivo.

Camino directo al estacionamiento pero se detuvo al ver a cierta persona parado a la orilla de la carretera.

La cafetería ~Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora