La campana sonó anunciando, el fin de la primera parte del día. Luego de esa clase de historia interminable, tuvieron filosofía, y luego biología. Así que, el escuchar ese sonido que anunciaba la hora del almuerzo era como una bendición.
-Vamos a agarrar nuestras loncheras y luego nos encontramos en el comedor- gritó Iván, mientras ya se iba corriendo a buscar su vianda y se perdía en el corredor, seguido por los chicos.
Las chicas se dirigieron a lo mismo, solo que las viandas de las mujeres se dejaban en otro pasillo por lo tanto se fueron por otro corredor, al llegar al comedor estaba rebasado como de costumbre, se dirigieron directamente a la mesa número 10, que estaba bautizada como suya.
Mientras comían no podían evitar la mirada de los jóvenes de las mesas 1 y 2 clavadas en ellos. Lo cual los incomodaba bastante, excepto por la mayor de los Quiz, la cual estaba muy metida en sus pensamientos.
A pesar de que en aquel momento las palabras de su prima y las demás jóvenes, no le habían parecido importar, realmente su cabeza no paraba de darle vueltas a sus palabras, era verdad, no era ni de cerca tan linda como ellas.
Su mente la llenaba de pensamientos negativos, los mismo pensamientos que trataba de evadir a toda costa, pero ahí estaba la misma voz
'Gorda, fea, horrible, estúpida, tarada', todas esas palabras y más estaban grabadas en su mente. De repente salió de su trance al escuchar la voz de su amiga rubia
-Inés, ¿estas bien? Acabas de disociar- sus palabras la devolvieron a la realidad, haciéndose consciente de las tensión que había acumulada en todo su cuerpo,de las lágrimas que se acumularon en sus ojos, las cuales rápidamente limpio.
Del punzante dolor que incrementaba en sus manos formadas a puños, automáticamente aflojando todo su cuerpo y observando las palmas de sus manos, había pequeñas heridas de las cuales brotaba sangre.
Y también dándose cuenta de que estaba teniendo un ataque de ansiedad
-Ine..... tranquila todo esta bien, no se que fue lo que estabas pensando pero olviíate por completo- Le dijo la ojimiel abrazándola, ya que había observado las heridas en sus manos, provocadas por ella misma.
Amelia ya conocía de los problemas de su mejor amiga, y de la tendencia que tenía a descargar su furia o ansiedad con actos involuntarios como ese, pero que le hacían daño.
La castaña correspondió al abrazo, retomando la compostura al instante, volviendo a respirar con normalidad.
Busco en su mochila un chocolate que siempre cargaba con ella, y lo empezó a masticar lentamente, sabiendo que en unos momentos se sentiría mejor probablemente, debido a las éndorfinas que el dulce generaba.
Y tal y como lo había supuesto al los segundos de haber terminado, su golosina se empezó a sentir mejor, entonces se levantó a tirar el envoltorio vacío de su chocolate, pasando por al lado de la mesa de los populares, cuando de repente al volver para su mesa calló al piso. Sintiendo el sabor metálico de la sangre en su boca.
Levantándose al instante, volviendo a encaminarse hacia su mesa. Aunque la rabia corría por sus venas, decidió dejarlo pasa, y así hubiera sido, de no haber sido porque escucho la risa ahogada de los ocupantes de la mesa principal.
La rabia en su sangre aumentó, entonces se le ocurrió una idea, así que de sus labios empezó a salir una melodía casi inaudible, bastaron un par de acordes de la canción Gloomy Sunday, para que se escuchara el grito de un hombre.
La nariz del chico que la había hecho tropezar empezó a sangrar al instante, ella volvió a su mesa con una sonrisa de satisfacción en su cara, todos los demás presentes en la mesa, siendo completamente consientes de lo sucedido soltaron una risa ahogada mientras terminaban de guardar sus cosas.
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Los 13 Recluidos
General FictionEn dos familias de clanes totalmente opuestos pero ligados uno con el otro, se encuentran 13 recluidos, niños parte de estos clanes que son rechazados por su familia por diferentes razones. Sus protagonistas Zoe e Inés se enamoraran y junto con los...