Cap XI

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El resto de la semana paso con normalidad, y cuando la última campana del viernes sonó, anunciando el final de las clases todos incluyendo a ese grupo de 13 recluidos estaban emocionados por el asombroso fin de semana que les esperaba.

Ya que a diferencia del anterior, ese prometía ser espectacular, así que salieron del edificio conversando sobre todo lo que harían durante este.

Lo primero que hicieron al llegar, para asegurarse de que fuera tan genial como prometía, fue ponerse a hacer la dichosa tarea y estudiar para el examen de biología de la semana que venía. Por suerte era una materia que a las chicas se les daba bien.

- ¿¡Para qué mierda me va a servir saber los componentes de los fluidos de un ser vivo o la anatomía de no sé qué?!- exclamaban los chicos estresados al no entender nada de lo que leían, mientras las chicas les explicaban por milésima vez el tema con la mayor paciencia del mundo, y trataban de que ellos lo entendieran.

Luego de un rato en el que por fin los muchachos entendieron, o parecían entender, las integrantes femeninas del grupo se retiraron de la sala para dirigirse al cuarto de la mayor del Clan Sirena.

Una vez en la habitación, sacaron cartulinas, marcadores, brillos, bolígrafos, lapiceras, tijeras y todo lo necesario para hacer carteles para la marcha del día siguiente. Y terminar de preparar todo lo necesario para esta.

Las interrumpió el sonido de alguien golpeando la madera de la puerta. Y al abrirse, dejando ver a Lucas el cual se asomo por la puerta con cuidado

-Mis amores, nosotros ya terminamos con esto, ¿Quieren ir a tomar un helado?- dijo, diciendo el mis amores en clara broma.

Así que las chicas dejaron inmediatamente todo lo que estaban haciendo para ir a calzarse y abrigarse. Y en menos de lo que se escucha un trueno, ya estaban en la puerta de su distrito saliendo hacia la heladería.

-DIOS, en el nombre del Santo y la santa de los helados esto es delicioso- exclamo Sofía mientras saboreaba su helado de mango.

Se encontraban en un parque para niños medio olvidado, estaban solos ya que era el crepúsculo y ya no había muchas personas.

-Si hace tiempo que no comía helado, y ni me importa que hagan 15 grados, esto es lo mejor- Agregó Martín, metiendo otra cucharada de su dulce de leche bombón en la boca

-Coincido completamente, esto es riquísimo- Asintió la mayor de los Quiz, comiendo su helado de frambuesa y chocolate. Reinaba un silencio en el cual todos disfrutaban sus sabores favoritos de ese postre helado.

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-¿En serio crees que pasaras por ahí?- pregunto divertida Vale, mientras su novio intentaba tirarse por un tobogán claramente más pequeño que el.

El susto que se dio cuando creyó que no pasaría, y se quedaría atorado y el que hubieran roto una hamaca cuando quisieron columpiarse causó una risa general en ellos durante lo que duro la salida.

Se quedaron jugando en los juegos para niños, y disfrutando de la compañía mutua que se daban hasta que los últimos rayos de sol murieron en un hermoso atardecer, y dieron comienzo a una húmeda noche.

Al llegar al departamento, y luego de darse una ducha todos y ponerse los pijamas, las chicas de dedicaron a armar un fuerte de almohadas en el que pasarían la noche y luego de que su trabajo terminara, quedó hecho una gran cueva de mantas y almohadas también grande como para almacenar a ellos y 5 personas más, además de que encerraba la televisión a su alrededor.

A todo eso, los chicos había ido a la cocina a encargar la cena de esa noche, que consistiría en dos docenas de empanadas y media.

-Bien, como no sabíamos si poner una serie o una película decidimos ver una saga. Y la más adecuada nos pareció la saga de Harry Potter- les informó Amelia ni bien entraron, con su pijama de flores se veía inocente, cosa que no era.

Los 13 RecluidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora