Cap XIV

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La alarma sonó como una terrible tortura, pero aún lamentándose se tuvieron que levantar. El cuerpo les gritaba del dolor, y avisaba que estaba demasiado cansado, sobre todo a los que habían ido a la marcha.

Gracias a esto tuvieron que apurarse a preparar el desayuno y así tener tiempo suficiente para hacer todo y no llegar tarde.

Terminaron de alistarse, y luego de verificar que todas las cosas estén en su lugar, fueron a la puerta y salieron hacia la entrada del distrito, cerrando con la llave en el proceso.

La brisa fresca de finales de marzo las recibió, ya la nieve había terminado de derretirse debido a las más cálidas temperaturas que presentaba el inicio de primavera, dejando solamente una capa de agua sumado al rocío de la noche, este año el invierno había estirado el irse.

Caminaron hasta la entrada del distrito en donde las esperaban sus amigos varones, mientras charlaban de nada importante.

-Extraño el hecho de que en latinoamérica en esta época recién estábamos empezando las clases y aún hacía calor- comento de repente, saliendo del tema una de las gemelas del clan Fénix.

-Si, coincido. Yo también añoro que mi cumpleaños sea en primavera, saben que odio el otoño, pero de a poco le voy tomando cariño- replicó Inés, mientras miraba con la mirada perdida a todos lados, sin realmente enfocarse en la conversación que estaban manteniendo sus amigas.

-Bueno yo la neta no lo extraño tanto, pero en fin. Si nuestras 'jefas' decidieron que venir aquí es lo mejor por algo será, además puede que nos odien pero nunca pondrían en peligro su seguridad o la de los clanes- agregó Amelia mientras hacía una mueca de desagrado ante la mención de su familia.

-Aunque saben que amo el invierno, a mi también se me hacen raros los cambios de temperatura- agregó la menor del clan Sirena, mientras se estiraba y bostezaba, aún adormecida.

Siguieron hablando de ese tema, haciendo comparaciones de sus antiguos hogares y el actual, mientras que la sirena mayor seguía sin prestar atención, disociada.

Estaba pensando en sus cosas, en su mundo. En el cual, casualmente, se encontraba cierta pelirroja de pecas.

Llegaron al lugar en donde estaban sus compañeros dándose cuenta al instante de la ausencia de dos de los muchachos

-¿Donde están Jack y Lucas? ¿Aún no han venido? Tenemos un poco de tiempo pero si no vienen ahorita vamos a llegar tarde, y ya se nos está haciendo un hábito el estar apurados- exclamo Valeria, con un dejo de molestia en su voz.

-Tranquila mi amor, seguro que llegan pronto. No te estreses- le respondió su novio pasando su brazo por sobre los brazos de la otra, mientras depositaba un suave beso en su frente. Esto hizo que la de pelo bicolor se relajara en los brazos de su pareja.

Y como si de magia se tratara los recién nombrados aparecieron corriendo, agitados y tratando de arreglarse un poco el pelo y las ropas que estaban desordenadas.

-Bueno, tendremos que asegurarnos de que no se queden más solos, mucho menos cuando estemos apurados- comento Iván en un tono de burla hacia la pareja, la cual solo se quedo callada mirando al piso, las mejillas de ambos sonrojadas.

-Deja de molestarlos Iván, no ves que se avergüenzan- le respondió Sofía, con un dejo de regaño en su voz mientras le daba un pequeño golpe en el brazo.

Los 13 RecluidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora