Cap XVIII

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Supuestamente, ese espacio era para que dialogaran entre ellos, pero cada vez que los mandaban ahí solo se sentaban cada quien por su parte y hacían sus cosas.

-No se como hiciste para no matarlo. Igualmente le metiste terrible putazo, lo chingaste de lo lindo- Amelia se mataba de risa, mientras que su amiga cerraba el libro y se sentaba derecha.

-Que me digas eso solo me enfurece más, y en serio estoy tratando de calmarme- replica Inés, toqueteando uno de sus miles collares del cual colgaba una amatista.

-Lo siento, pero de verdad fue épico- Amelia no podía parar de reír, las dos siguieron hablando un ratito hasta que cambiaron de tema -Eso no importa, dime, ¿qué tal te fue con Claire- le preguntó con una sonrisa atrevida en su rostro y un tono un tanto burlón

La mechiazul se sonrojó tanto que parecía que hubiera estado en la playa y se hubiera quemado gravemente con el sol.

Instintivamente, por la vergüenza, se cubrió el rostro con su pelo, un gesto muy común en ella cuando estaba nerviosa.

Todo esto solo reafirmó las sospechas de la rubia, que conocía demasiado bien a su mejor amiga como para saber que sí había sucedido algo, y soltó una carcajada

-¿¡Osea que si pasó algo?!- Inés se sonrojó aún más si es que eso era posible

-No besamos, y al final acordamos no tener nada, porque así lo preferimos las dos- le respondió en un susurro apenas audible

-¡¡Esa!!, Bien ahí amiga- Amelia pego tal grito que tuvo que taparle la boca ya que todos los demás voltearon a verla-Buena suerte con tu chava de todas formas. Dioses, el tiempo aquí no pasa, todo parece estar en cámara lenta-

-Cierto, además, se supone que es para que hablemos entre nosotros, pero antes que eso prefieren contar ovejitas-

-Y por sobre todo, no hay nada que hacer aquí. Todos están divididos haciendo diferentes cosas- Amelia soltó un quejido y se tiró para atrás, dejando claro su aburrimiento

-Cierto, además nos hacen entregar nuestros celulares y no podemos usar nada, lo único por lo que tengo suerte es que me dejan leer- replicó la mechi azul, pero antes de que la de ojos miel pudiera contestarle las interrumpió el ver como su prima Evelyn se paraba sobre la mesa y carraspeaba como si estuviera a punto de hacer un gran discurso

-Bueno, mis amores esto está empezando a convertirse en algo muy aburrido, así que les proponemos algo; Juguemos a la botella- los trece adolescentes la miraron dudosos, no estaban seguros de querer jugar

-Chicos, sus ojos están arriba, en la cara, por si no sabían- les gritó Inés a sus primos al ver como éstos no quitaban su mirada de las piernas de Evelyn y un poco más arriba.

Podía ser que odiara a su prima pero no iba a permitir que los machitos de sus primos hicieran eso y de manera tan descarada

-Entonces, ¿aceptan o rechazan?- volvió a hablar Evelyn, mirándolos con una mirada retadora

-No estoy muy seguro, creo que yo paso por...- Lucas empezó a hablar pero no pudo terminar ya que fue interrumpido por Emily

-Ah, y acepten, no sean aburridos- los trece jóvenes se miraron entre ellos, preguntándose si estaría bien, hasta que al final se decidieron

Los 13 RecluidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora