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Yeonjun agarró un par de bolsas de papel que estaban en la baúl del auto de la señora Choi, para después cerrarla sin complicación, escuchó varios agradecimientos por parte de la mujer conforme ambos avanzaban hasta su casa.

¿Acaso él era Yeonjun? ¿De verdad era él? porque el nene delgado, pequeño y tímido que una vez fue había desaparecido por completo.

- Ah, Yeonjun... - La mujer soltó un suspiro y abrió la puerta de su casa, cediendole el paso a Yeonjun quien pasó directamente a la cocina a dejar la mercadería. Ya conocía el camino, se sentía muy propio. - Muchas gracias.

Yeonjun asintió con una sonrisa amable. La mujer que en algún momento, hace muchos años, fue su maestra, seguía tratándolo como su alumno y el consentido. Debía admitir que ella, junto a Beomgyu y otras pocas personas, siempre lo habían apoyado. Si bien su familia nunca fue la más funcional, tenía sustento en otras personas.

- No hay de qué. - Contestó. Sentía que los pequeños favores que hacía para su maestra eran solo una forma de pagarle todo lo que ella hizo por él. Le parecía admirable que hubiese podido llegar a aún más de lo que su profesión como docente prometía en su vida, porque no sólo le enseñó lo que en la escuela se debía aprender, sino que le mostró más que su propia madre acerca de la vida, acerca de cosas que no se exponían en un salón de clases, no había siquiera comparación.

- Ven, Yeonjun, sentate conmigo. - La mujer caminó hasta la sala de estar, con Yeonjun singuiéndola por detrás, la siguió hasta sentarse en uno de los sillones compartidos. - ¿Sabes quién me habló esta mañana?

- Soobin. - Yeonjun se apresuró a contestar sin ninguna duda de su respuesta. No logró disimular su sonrisa de emoción antes la mujer que alguna vez se atrevió a catalogar como "suegra". Ahora, siendo un poco más grande, se avergonzaba de ese pensamiento. 

"Tiene que ser, porque hace tanto que no llama, hace mucho que no sé de él"

- Así es, mandó saludos. - La mujer sonrió, porque ante ella nunca pasaba desapercibida la alegría que Yeonjun denotaba al mencionar el nombre de su hijo. Estaba tan acostumbrada a eso cada vez que Soobin llamaba. Y era cierto que había pasado bastante tiempo desde la última vez. Soobin podía llegar a tener su vida absorta en muchas cosas, eso era comprensible y el no recibir nuevas de él era algo que el menor lamentaba, porque sentía que sólo charlas superficiales no eran suficientes, no podía tener suficiente de Soobin.

Yeonjun siempre se mostraba emocionado cuando recibía noticias del mayor, desde niño, desde siempre ansiaba las ocasiones en las que Soobin llamaba, cuando lo hacía, lograba encontrar la manera de escapar de casa cuando vivía con sus padres e ir con la señora Choi a que le contara lo que su hijo le decía. Sabía acerca de cómo iba en la escuela, sabía acerca de cómo era el lugar donde vivía, había descubierto en base a buena fuente cuál era su comida favorita, cómo le gustaba que ciertas cosas fueran a qué le tenía miedo, cuáles eran sus sueños, todo porque la señora Choi le contaba. Conoció a Soobin sin conocerlo.

- ¿Cómo está? - Preguntó Yeon, recargando sus codos sobre sus rodillas mientras miraba a la mujer con atención.

Yeonjun consideraba que había pasado mucho tiempo desde que Soobin había llamado. Suponía que estaba ocupado, seguro que lo estaba, pero en verdad consideraba que se había ido para siempre, algunas veces se lo imaginaba y se sumía en muchos pensamientos tristes, que lo hacían sentir como tonto de nuevo, como cuando era un niño, porque esperaba por algo que no estaba seguro si llegaría. 

Habían pasado ocho años desde que Soobin se había ido ¿No era tiempo de que ya volviera? de que regresara para quedarse definitivamente, porque Yeonjun recordaba muy bien una navidad en la que el mayor había regresado, lo recordaba porque aún era un niño y temió porque no había crecido lo suficiente. Soobin volvió a irse, Yeonjun había alcanzado a abrazarlo y además darle un beso en la mejilla. Fue un recuerdo que mantuvo presente siempre en su mente, porque Soobin había reído avergonzado y él había cubierto su rostro acalorado en el momento en el que el mayor dio media vuelta para marcharse, fie el mejor regalo de navidad que hubiese tenido jamás.

Las otras navidades, cumpleaños o vacaciones, era la maestra quien iba a visitar a su hijo, era mas sencillo para ambos y Yeonjun siempre le mandaba saludos, algunas veces le hacía llegar mediante la señora Choi, cartas que hacía en compañía de Beomgyu. Beom incluso le mandaba golosinas, galletitas o cualquier obsequio que pudiese conseguirle. A cambio, cada 14 de septiembre, Soobin le enviaba a Yeon también un regalo. Eran pequeños detalles que alegraban los años del menor, que atesoraba con ilusión, parecía que del todo no había crecido.

- Está muy bien, todo va marchando muy bien con él, está concluyendo exitosamente muchas etapas.- La mujer bajó un poco la mirada. - Y empezando otras, él ya es un hombre, es un médico y estoy orgullosa de todo lo que ha logrado.

Yeonjun sonrió y asintió, comprendía lo que decía, él también estaba orgulloso de Soobin, pero admitía que también estaba un poco decepcionado, porque Soobin se hacia recibido de médico hace tiempo y sin embargo, no había encontrado la oportunidad de regresar. Junnie sintió la necesidad de preguntar de una vez por todas, cuándo regresaría Soobin, porque Dios, estaba tan ansioso.

"Estoy listo, creo que estoy listo para Soobin"  Yeonjun estaba por terminar sus estudios básicos, pronto iniciaría la etapa adulta universitaria, una etapa que Soobin ya había terminado. Era cierto, él apenas tenía diecisiete años y pronto cumpliría dieciocho pero Soobin tenía unos bastos veintiséis años. Jun podría ser considerado un niño por muchos, pero ya no lo era y se aseguraba de que todos se dieran cuenta de ello, se había obligado a madurar y actuar con responsabilidad para que los demás lo notaran. "Ya no soy un niño".

Tenía arraigado un temor profundo, un deslice que amenazaba con ser una gran desilusión, porque Soobin siempre estaría viviendo un paso adelante de él y eso le asustaba, que quizá Soobin no hubiese confiado de verdad en la promesa, que había sido solo un juego infantil, que en cambio, él guardó por tantos años. ¿Y si Soobin se había olvidado de eso? ¿Y si ya estaba con alguien? ¿Y si él estaba loco por creer estar enamorado y conservar la magia de un primer amor?

- ¿Cuándo vuelve? - Se reincorporó, se dio cuenta que sus palabras sonaron serias y profundas, porque se sentía estancado en algo que se le podía ir de las manos, en algo que deseaba tanto.

- Dentro de poco, la verdad es que vendrá por una temporada y espero que se quede conmigo. - La mujer habló con emoción.

- Quedarse... - Yeonjun murmuró con sorpresa en el leve tono de su voz. Su mente trabajo rápidamente, haciéndole ver frente a él todas las oportunidades que su corazón alimentó.

¿Ya era hora? al fin estaría por llegar lo que tanto esperó, por que mucho se esforzó. ¿Soobin también ansiaría reencontrarse con él? quería ver su expresión  cuando lo viera por primera vez en mucho tiempo, cuando se diera cuenta de cuánto había crecido y de lo mucho que se había esforzado para ser lo que era ¿Soobin lo ansiaría tanto como él?

Yeonjun ya no era el mismo ¿Lo sería su corazón? lo eran sus sentimientos ¿Lo serían por completo? 



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Crecer - YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora