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Soobin continuó intentando apartarse de Yeonjun, pero ya no con el mismo afán, sino pasmado por lo que le acababa de murmurar en el oído. Agradeció que no lo tuviera de frente porque así no tuvo que soportar su mirada sobre su avergonzado rostro, aunque tenerlo detrás de él tampoco era una ventaja muy factible.

-Yeonjun, deja de decir pelotudeces. - Se movió incomodo, porque aún sentía a respiración del menor cerca de su cuello y quería dejar se sentirse tan nervioso por su culpa. Decidió quedarse quieto, totalmente quieto, justo cuando los brazos de Yeonjun lo rodearon por su cadera, presionándolo contra su cuerpo y sólo entonces se dio cuenta de que aquello no era una pelotudez.

-Hyung, de verdad quiero hacerlo con vos. - Yeonjun tenía sus ojos cerrados, había decidido dedicarse un momento a grabarse en la mente la sensación del calor que emanaba su presencia y el aroma que percibía de la nuca de Soobin, él no podía estar tan maravillado con algo tan simple. Dejó un pequeño beso ahí, libre de malicia, sólo un beso porque lo vio tan ideal.

-¿Ese es tu plan, pedirme permiso y pensar que aceptaré? - Hablaba con un aire irónico, porque había algo que no le permitía tomarse en serio lo que escuchaba ¿Todo era real?

Ignoró la ola de nerviosismo que le pequeño acto de los labios en su nuca le causó, en  especial porque habían continuado y ahora descendido por la curvatura de su cuello. Yeonjun estaba besando su cuello, él estaba simplemente haciéndolo, como si se tratase de algo que había hecho desde siempre, con libertad y naturalidad. Soobin buscó con sus manos y le sujetó de los brazos, advirtiendo un poco, aún cuando no replicó con su voz, porque estaba increíblemente anonadado.

-Tal vez convencerte.-Sonrió y tomó las manos de su hyung, que lo estaban sujetando con fuerza del brazo. Podía darse cuenta claramente, por el temblor de sus manos y por lo pausada que su voz sonada, de que tenía miedo.

Y era normal, estaba en su derecho de sentirse así, porque Yeon de repente había cambiado totalmente su forma de ser, para mostrarse realmente como quería ser conocido, ser aceptado. Hasta el momento no había percibido alguna señal totalmente firme de que lo quisiera lejos, eso lo llenaba de una felicidad y un alivio enorme, quería decir, que él tal vez si tenía una oportunidad, que si se esforzaba un poco más, Soobin comprendería la forma en que lo quería, no le era indiferente, se daba cuenta por como podía hacerlo estremecer con unos cuentos suspiros en la nuca y unos besos en el cuello, aún tenía oportunidad y la iba a aprovechar.

-Está mal. - Soobin había murmurado, pero sus palabras estaban dirigidas más hacia él mismo.

-Hyung, por favor. - Yeonjun logró hacer que Soobin volteara su rostro y cuerpo para mirarlo, él estuvo a punto de quejarse, pero al final decidió quedarse callado, no pudo decir nada al ver la pacífica expresión en el rostro del menor, tan sereno y apaciguado, confiando en algo tan volátil, como si él pudiese cumplirle todo lo que pidiera y la verdad las cosas no eran así.

"¿Qué se supone que tengo que decirle? ¿Por qué estoy incluso pensándolo?" Soobin decidió no apartar las manos de Yeonjun cuando las levantó hasta su rostro de nuevo, podía decir que ya estaba acostumbrándose al tacto en su rostro, era como si no se cansara de contemplarlo y él no era tan desagradable como para negárselo.

-Si vas a seguir pensando en mi como un nene, por lo menos déjame demostrarte al menos una vez que soy un hombre. - Podía estar mintiendo, porque una vez que probara tenerlo entre sus brazos, sabía claramente que le sería imposible cederlo.

No esperó algo más, ni una queja ni un asentimiento, lo que hizo fue simplemente besarlo de nuevo y la sensación de ser correspondido era demasiada abrumadora. Había imaginado eso muchas veces y sabía que cuando lo tuviera, las emociones se multiplicarían por millones en comparación a solo soñarlo. Lo tenía asó, saboreándole los labios con lentitud y suavidad, tomándose el tiempo necesario para nunca olvidarlo, aunque en sí ya era imposible de hacerlo.

Crecer - YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora