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Cada escalón que subía, contrastaba a la perfección con el palpitar agitado de su corazón emocionado, cada segundo que lo miraba, caminando frente a él y dirigiéndolo a su habitación, se preguntaba de nuevo si todo era real, porque si no lo era, no le importaría seguir dentro de esa mentira.

Bien, debía tranquilizarse un poco y dejar de exagerar demasiado las cosas, aún cuando estaba tan susceptible ante cualquier acto que se relacionara con Soobin. Si deseaba que las cosas salieran bien, primero debía tomárselas con calma, llenarse a sí mismo de energía positiva o por lo menos de la idea de que no echaría todo a perder por cualquier tontería no pensada. Y lo demás, simplemente dejar ser, dejar pasar.

"Está bien, Yeonjun. No es la gran cosa, sólo debes tranquilizarte y actuar con naturalidad, él seguro lo recuerda ¿No? Claro, seguro que sí..." Yeonjun no sabía si lograba convencerse con sus mantras, pero por lo menos él mismo debía darse ánimos.

Y sólo para tentar un poco más la situación ¿De qué se supone que hablaría estando solos? ¿No podría mejor besarlo y listo? Es decir, no podía pensar en muchos temas de conversación, podía pensar en muchas otras cosas pero la verdad era que él y Soobin eran básicamente y efectivamente lo eran, unos desconocidos. Aunque bueno, Yeon no sentía que eso fuera muy cierto para él, porque se sentía tan cercano a Soobin, tan cercano como nunca lo ha sudo. Estaba consciente de que las cosas no eran así para su mayor, para nadie quizá, pero eso no le impedía el derecho a sentir todo lo que sentía.

-Tengo acá las cosas que quería mostrarse. - Soobin terminó el silencio que se había estado extendiendo por todo el pasillo hasta la entrada de la habitación, denotó una emoción renovada, que buscaba ser contagiosa para Yeonjun, porque en realidad lo estaba, estaba emocionado por todo. - Encontré los dibujos que hicieron acerca de lo que querían ser de grandes, mi mamá me pidió que los guardara antes de que me fuera.

Soobin entró a la habitación con una sonrisa en el rostro, Yeonjun lo miraba muy entusiasmado y eso, sin medida, lo llenaba de una cálida sensación. Le siguió los pasos, cerrando la puerta una vez que se vio dentro de la habitación y se sintió visitante en un nuevo mundo y al mismo tiempo tan suyo.

Observó las paredes del cuarto, pintadas de un color arena demasiado claro, casi opaco hasta el punto de parecer que se resquebrajarían ante cualquier mínimo roce, el enorme ropero blanco estaba ahí aún, igual de antiguo como lo recordaba y lleno de cosas viejas que nunca pudo revisar, las cortinas estaban abiertas al igual que la ventana, la cama tenía un juego de sábanas diferente, hacía mucho tiempo que no entraba en la habitación de Soobin. El lugar no había hecho más que recuperar su esencia con su presencia, lo necesitaba. Todo se veía mejor a su parecer, se creaba una sola idea y era que ese espacio le llenaba los sentidos de la compañía de Soobin, hora que nunca y lo disfrutaba.

Se quedó de pie junto a la cama, el mayor tenía sobre ésta muchas cajas y ahora notaba que el lugar estaba un poco desordenado, ropa y zapatos por el suelo, el ropero saqueado, presentando que de verdad había estado instalándose. Él recordaba ciertas ocasiones, en las que escapaba de su casa, sin intenciones de molestar a la familia de Beomgyu y venía en busca de la señora Choi, ella conocía la historia y estaba segura de que nadie iría  a buscar a Yeonjun, así que simplemente lo recibía y varias veces había dormido ahí, en el cuarto de Soobin. Su pecho se llenaba de amargos recuerdos, pero al mismo tiempo de una curación y un consuelo que necesitó y que le fue brindado sin dudas.

-Acá está, mira. - Sacó de una caja de cartón algo maltratada, varias hojas con los  dibujos que tantos recuerdos representaban, se veían viejos y efectivamente, Yeonjun recordaba eso, vagamente de algunos, de otros un poco más.

-Ah. - El menor sonrió, de pie junto a Soobin tomó una de las hojas un tanto arrugadas y la examinó detenidamente durante varios segundos, de repente había viajado un poco en el tiempo, porque tenía la ligera sensación de recordarlo todo y al mismo tiempo de haberlo olvidado por completo.

Crecer - YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora