106 d. C; SILVERWING

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SILVERWING

106 d. C

"Querido Daemon,

Ya pasó casi un año desde la última vez que te vi, solo sé de ti gracias a Mysaria que si responde mis cartas. ¿Por qué no me respondes? Ya te dije mil veces que no estoy molesta porque llamarás a Baelon "heredero por un día". No te voy a negar que me lastimo, pero no estoy enojada contigo,

Traté de hablar con Viserys al respecto, pero no quiere escuchar más sobre el tema. Tampoco accedió a anular tu matrimonio, lo siento, pero no te preocupes que seguiré intentando.

Como sabrás me integré más a la corte y ahora tengo un puesto en la mesa del concejo, ojalá hubieras podido ver los rostros sorprendidos de todos. Sé que has escuchado los susurros sobre mi repentino cambio de actitud, mis doncellas dicen que las personas hablan sobre el dragón que despertó en mi interior tras perder a mi hijo. Si supieran que su muerte no me afectó como ellos piensan...

Rhaenyra está feliz, cambie a sus doncellas y le asigne a tres de las mías, las más jóvenes y consiguió nuevas amigas. Ella también se siente mal por la pérdida de Baelon, pero supongo que tiene que ver más con la ausencia de Viserys.

Antes que lo olvide, descubrí que Alicent Hightower visita a mi esposo en sus aposentos cuando está solo. Pobre niña, tan joven y ya están tratando de venderla como ganado. Supongo que el concejo le exige a mi esposo tomar a una mujer en matrimonio para que le de más herederos. ¿Qué se supone que debo hacer? Aún con mi presencia en las reuniones y mi cambio de carácter, ellos siguen pasando por encima de mí.

Espero tu respuesta,

Aemma Arryn."

La Reina pasó el mensaje a su doncella principal, Calia, y ella se apresuró a guardarlo entre sus ropas para poder enviarlo en cuanto tuviera tiempo.

—Por favor, avisa a Taryn y Shamsi que mi hija cenará conmigo hoy.

—Claro, Majestad.

Con la gracia que la caracterizaba, Aemma abandonó su habitación con dos miembros de la Guardia de la Ciudad siguiéndola a una distancia respetable. La esposa del Rey caminaba tranquila por los pasillos de la Fortaleza, con la espalda recta y la cabeza en alto, una sonrisa suave siempre en su rostro. Sus pasos la llevaron hasta uno de sus balcones favoritos de la Fortaleza, el que dejaba ver los jardines que ella misma supervisaba. La Princesa Rhaenys estaba ahí sentada en una banca mirando los jardines, cuando la escuchó llegar giró la cabeza para mirarla y las dos se sonrieron con amabilidad.

—Prima—Aemma la saludó acercándose.

—Prima—Rhaenys se levantó—¿Cómo estás hoy?

—Estoy muy bien, prima—la Reina juntó sus manos en su espalda—. Creo que deberíamos dejar las formalidades y hablar de cosas más importantes.

—Por supuesto—la mayor miró hacia el jardín—, Corlys me comentó que han estado hablando en el concejo.

¿Sobre una segunda esposa?

Sé que mi primo nunca tomaría a otra esposa—sus miradas se encontraron—, por eso quiero aconsejarte—con delicadeza Rhaenys agarró a su prima por los hombros—. Lo que me contaste sobre reclamar un dragón, deberías hacerlo, si tienes uno nadie podrá pasar por encima de ti.

Estuve trabajando en ello—Aemma llevó sus manos hasta los brazos de su prima—, si Daemon no responde mi último mensaje iré a la fosa y reclamaré a Dreamfyre.

dear mother. (house of the dragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora