112 d. C; BAELA Y RHAENA STRONG

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BAELA Y RHAENA STRONG

Las reuniones del concejo eran un dolor de cabeza muy grande para Aemma, pero no se las iba a perder por nada, ni siquiera porque Aemond despertó mimoso y no quería separarse de ella. No, en lugar de quedarse con su hijo en su habitación la Reina asistió a la reunión del consejo con su hijo menor. Aemond estaba en las piernas de su madre jugando con un dragón de madera en la mesa, el niño era silencioso así que nadie notaba mucho su presencia. Lo que todos si podían notar era que la mujer no dejaba de ser tan dura ni con su hijo presente, por el contrario, parecía aún más dura que antes.

Mamá—Aemond llamó.

—¿Si, cariño?—Aemma bajó la mirada para verlo.

El niño de dos años se llevó la mano a la boca, un gesto que hacía cuando tenía hambre.

—Damos por terminada la reunión—Viserys avisó levantándose de su silla—, seguiremos después.

Todos se levantaron sin protestar, no era la primera vez que se interrumpe una reunión por alguno de los hijos del Rey así que sabían que era mejor no protestar. Aemma se levantó acomodando a Aemond en sus brazos y el niño recargó su cabeza en el hombro de su madre. Los monarcas abandonaron la sala acompañados de los capa blanca y la Mano del Rey.

—Rhaenyra dijo que tomaría la merienda con nosotros—le avisó la Reina a su esposo—¿Dónde está Aegon?—preguntó a sir Harrold.

—El Príncipe está en el campo de entrenamiento con el Príncipe Daemon—le respondió el hombre.

—Mande por ellos—ordenó el Rey—. Estaré con mi familia, Otto, programa una reunión del consejo para más tarde.

—Como ordene, Majestad.

La Mano del Rey y el Comandante de la Guardia Real se alejaron de los monarcas para cumplir con las órdenes dadas. Aemma y Viserys siguieron su camino hasta los aposentos de la Reina donde la mayor de sus hijos esperaba por ellos en compañía de su hermana menor. Helaena estaba sentada en una silla jugando con una flor mientras Rhaenyra trenzaba su cabello, era una imagen hermosa a la que ninguno de los dos padres se acostumbrara jamás.

Aegon llegó poco después con una sonrisa y tierra en las mejillas, el niño de cinco años corrió a la mesa y tomó su lugar entre su madre y su hermana mayor. Tomaron su merienda escuchando a Aegon hablar sobre su entrenamiento con su tío Daemon y como este lo había felicitado por su buena conducta, una sorpresa para los mayores. No era que Daemon fuese un mal tío, pero a la hora de entrenar era muy estricto y no hacía más que presionar a sus alumnos, que en ese caso era Aegon. Aemond, como siempre, se quedó dormido a mitad de la historia de su hermano así que Aegon cambió su tono alto por uno más bajo para no despertarlo.

Después de dejar a Aemond en su cuna y que Helaena se acostara a dormir en la cama de su madre, Aemma sacó a Viserys y Rhaenyra de su habitación quedándose solo con Aegon y la doncella que preparaba el baño del Príncipe. Aegon, lleno de energía como siempre, jugó en la bañera mientras su madre lo limpiaba, pero apenas su madre comenzó a secar su cabello quedó rendido del sueño. Aemma lo cargó hasta la cama y lo dejó junto a Helaena, enseguida Aegon abrazó a su hermana como si fuera la almohada que siempre abraza al dormir.

"Querida Aemma,

Laena tuvo gemelas, nacieron fuertes como su madre y hermano mayor. Harwin está encantado con ellas, él mismo ha escogido los nombres, mi pobre niña quedó rendida apenas nació la segunda. Jacaerys lloró cuando las conoció, no podemos separarlos de ellas, siempre quiere estar viéndolas.

dear mother. (house of the dragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora