dear mother. (house of the dragon)

120 d. C; DAERON TARGARYEN

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DAERON TARGARYEN

"Querida madre,

Padre y yo llegamos a Sunspear, te escribiremos en cuanto sepamos algo.

Te ama,

Rhaenyra Targaryen."

Aemma suspiró y miró a sus hijos. Aemond y Aegon estaban sentados en la mesa esperando por ella para comer, el mayor estaba ocupado llenando el plato de su hermano con comida así que no se dio cuenta de que su madre ya se estaba sentando con ellos hasta que Aemond habló.

—¿Era de padre?—preguntó el menor.

—Era de Rhaenyra—Aemma estiró su mano para arreglar las vendas de su hijo—, dice que ya están en Sunspear.

—¿Encontraron a Daeron?—Aegon dejó de llenar el plato de su hermano.

—Aún no saben si está en Sunspear, acaban de llegar—su madre le sonrió—¿Por qué no llenas tu plato? No solo debes cuidar de tu hermano, Aegon.

—Lo sé—el mayor agarró un pedazo de pan y lo puso en su plato—, no han traído la mermelada.

Poco después, cuando llevaron la mermelada de Aegon, los tres comieron en silencio. Aemond, para sorpresa de Aemma, se comió todo lo que Aegon había puesto en su plato, desde los panes hasta la fruta. Ver a su hijo comiendo sin problema le hacía sentir bien, sobre todo después de ver cómo la pasaba al no poder comer bien por días. Sin embargo, al que tenía que corretear con perros para que comiera era a Aegon que por estar preocupándose por sus hermanos casi ni comía. Por suerte cuando vio que Aemond estaba comiendo con ánimo él también comió sin que su madre lo regañase.

Después del desayuno los curadores revisaron la herida de Aemond y le dieron sus medicinas, tras conversar con ellos Aemma se sintió en paz porque su hijo estaba recuperándose mejor de lo que todos esperaban. Lo que aún los tenía preocupados era Helaena, pero Aemma no dejaba su lugar junto a su hija, al menos no hasta que Cregan Stark llegó del Norte en compañía de su tío y los hombres de su padre. El pequeño Stark solicitó una reunión con la Reina y se presentó frente a ella como el prometido de Helaena, no como el Heredero de Winterfell.

—Mi Reina—Cregan hizo una reverencia—, he venido desde Winterfell para visitar a la princesa.

—Mi Lord—Aemma sonrió con ternura—, es un honor para nosotros tenerlo en la Fortaleza—la Reina miró a sir Erryk—. Sir Erryk lo llevará a mis aposentos donde descansa la princesa.

—Yo lo acompañaré—Aegon miró a su madre.

—Claro—Aemma accedió—, yo los alcanzaré en cuanto termine de revisar ciertos asuntos.

—Gracias, Mi Reina—Cregan sonrió y volvió a hacer otra reverencia.

Aemma y Aemond los vieron irse, el niño aferrado a la falda del vestido de su madre. Cuando la puerta de la sala se abrió dejándolos salir, Alicent apareció con una sonrisa tensa y Alyn corriendo a su lado. El niño vestía los colores de la casa Velaryon y llevaba un juguete en la mano.

—Mi Reina, ha sucedido algo en la fosa de dragones—comenzó la joven, sus ojos pasando por el príncipe—. Los cuidadores cerraron la fosa, al parecer Caníbal regresó y está vez no pudieron contenerlo.

—¿Qué hay de Silverwing?—Aemma preguntó bajando la mirada a su hijo que se veía preocupado.

—La tienen en el patio para someter a Caníbal, pero los cuidadores solicitan la presencia del príncipe Aemond.