124 d. C; TARGARYEN

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TARGARYEN

La gente de King's Landing estaba celebrando el cumpleaños número diez del príncipe Daeron, al que muchos habían comenzado a llamar Daeron el valiente. Las calles de la capital estaban llenas de gente que esperaba con ansias el paseo de la familia real, todos ansiando ver a la familia entera. Mientras ellos esperaban bajo el sol ardiente, en la fortaleza la Reina se encargaba de vestir y peinar a sus hijos.

Incluso Rhaenyra se dejó vestir y peinar por su madre sin problemas, la heredera fue la primera en ser arreglada para permitir que pudiera hacer lo mismo con sus hijos. Aegon no dio mucha pelea, apenas su hermana mayor se levantó de la silla frente a su madre él se tomó su lugar. Aemond, por su parte, dejó que Helaena peinará su cabello mientras esperaba a que su madre terminara con Aegon. Una vez los dos hijos estuvieron listos se sentaron en el sofá a esperar por sus otros hermanos, hablando sobre cualquier cosa que escucharon por los pasillos. Daeron fue el último en sentarse frente a su madre, el niño tenía una sonrisa enorme en el rostro y no dudó en besar las mejillas de su madre en agradecimiento cuando ella terminó de peinarlo.

—Majestad, la princesa Coryanne y Lord Cregan ya están esperando en las puertas—anunció Mysaria desde la puerta.

—Gracias, Mysaria—Aemma le agradeció con una sonrisa—¿Sabes si todo está listo?

—Si, mi Reina, me asegure que todo estuviera listo.

—Vamos, no hagamos esperar a nuestros invitados—Aemma agarró la mano de Daeron—. Aegon, deja de tirar del collar.

—Me molesta—se quejó el príncipe—¿No puedo quitarlo?

—Podrás quitarlo cuando acabe el recorrido.

La Reina y sus hijos aparecieron en las puertas principales de la Fortaleza justo cuando Rhaenyra y Daemon ayudaban a Visenya a treparse en la carroza que ocuparían. Viserys fue quien los vio y no pudo evitar sonreír al verlos. Aemma iba vestida de su característico azul cielo, su corona brillando sobre su cabello blanco. Aemond también vestía de azul cielo, pero tenía negro incorporado en su vestimenta, al contrario de Helaena que vestía en tonos un poco más claros de negro y gris. Aegon y Daeron, por otra parte, iban vestidos de negro y rojo, representando los colores de la casa Targaryen.

Aemma besó la mejilla de Helaena y le susurró algo que el Rey no logró escuchar antes de que la princesa se alejara de ellos. Helaena caminó hasta su padre y recibió los cumplidos con una sonrisa, dejando que el hombre le diera una vuelta para verla mejor. La hija menor de los monarcas se acercó al fin a su esposo que la recibió con una flor roja en mano, nadie pudo evitar susurrar lo bien que se veían juntos.

—Vamos, no podemos retrasar el recorrido—Aemma empujó a su hijo mayor hacia la carroza que compartiría con su prometida y el matrimonio Stark-Targaryen.

—¡Padre!—Daeron soltó la mano de su madre y corrió hacia su padre.

—Mi príncipe—Viserys cargó a su hijo sin dudarlo—, te ves hermoso.

—Madre escogió mi ropa—comentó con orgullo—, dijo que sería el príncipe más hermoso de los siete reinos.

—Pues te mintió—murmuró Aegon pasando junto a ellos.

Como si lo hubieran hecho múltiples veces Aegon se agachó cuando Daeron intentó pegarle.

—Aegon, no molestes a nuestro hermano—lo regañó Rhaenyra acercándose a ellos.

—Solo decía la verdad, Nyra—el adolescente parpadeo con inocencia—. Si me disculpan, mi prometida me espera, no puedo dejar que Cregan y Helaena la hagan vomitar con su amor.

dear mother. (house of the dragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora