-Capítulo 11-

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4 DÍAS PARA DESAPARECER

No podía más. La ansiedad cada vez me consumía más fuerte. Necesitaba soltarlo todo, necesitaba deshacerme de este peso. Ayer estuve toda la tarde hablando con Adam en un parque y me dio las fuerzas que necesitaba para hablar con Nash, lo único que me quedaba era quedar con él y soltarle todo.

Camino de la forma más rápida que puedo hasta la casa de Adam. Me dijo que fuera con él si necesitaba algo, y eso estaba haciendo. Sentía que le iba a dar un ataque de ansiedad, así que lo mejor que puedo hacer es acudir a él. Adam sabe qué hacer cuando me pasa algo así.

Toco a la puerta y enseguida se abre. Adam me abraza y luego me pregunta.

-Hola Mia, ¿pasa algo?

Intento no parecer desesperada, pero no aguanto más y empiezo a llorar. Adam me abraza de nuevo, pero esta vez de una manera más fuerte, más reconfortante... De esa manera que solo él sabe.

-Pasa, siéntate en el sofá.

Le hago caso y me queda allí junto a él abrazada a su pecho.

-¿Quieres hablar de lo que ocurre?

Asiento con la cabeza y él me separa de su cuerpo para luego secarme las lágrimas y agarrarme de las manos.

-Es que... No puedo más...

Adam me acaricia las manos. Aquel momento es algo que solo puede ocurrir con él, nadie más sabe ser así.

-Siento que voy a explotar... Entre mis padres y la presión que siento en el pecho... No debería de haber hablado con Nash en ningún momento. Si yo no hubiera aceptado esa estúpida pregunta de que si quería salir con él todo esto no habría ocurrido...

-Mia...

Adam me sujeta el rostro con sus manos y luego me da un beso en la frente. Hace que el cuerpo me pare de temblar y me calma. Me transmite paz y hace que una gran oleada de calidez me recorra el cuerpo entero.

-Tomaste esa decisión y está bien. Si lo hiciste fue porque pensabas que era lo mejor, no tienes que arrepentirte de algo que ya no puedes cambiar...

-Ya, pero...

Abrazo a Adam y él me aprieta junto a su pecho. Siento su corazón latir y eso me produce calma.

-Gracias por estar conmigo Adam, eres el único que me ayuda en estos casos...

-Tú también me ayudas a mi, así que es lo que debo hacer para devolverte todo lo que has hecho por mi.

Miro al chico y le sonrío. Él me acaricia la nariz y yo le acaricio el pelo.

-Mañana vamos a ir los dos a hablar con Nash porque no pienso dejarte sola con ese completo loco. Le vas a decir todo lo que quieres decirle y así te quedarás mucho mejor, ¿vale?

Yo asiento y él me besa por segunda vez la frente.

-Gracias Adam, te quiero.

Mariposas (Parte 2) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora