Mariposas (Parte 2) ✅

-Capítulo 15-

EL DÍA DE MI FINAL

Había llegado el día. Sentía que aquel era el momento perfecto. Si que es cierto que era un poco fuerte hacerlo en ese mismo instante, pero no aguantaba más. O lo hacía ya o luego sería peor.

No lo pienso mucho y le digo a Adam que necesitaba ir al lavabo.

Estábamos viendo una película en su casa y él no se esperaba nada. Le impactará todo y sentirá el mundo caerse a sus pies, pero yo sé que es fuerte y que al final conseguirá salir de ésta.

-Vale, te espero aquí.

Camino hasta el baño y me encierro. Saco un papel y un bolígrafo de mi bolsillo y escribo una carta. Adam la necesitará para entender todo, estoy segura.

Adam,

Voy a ser breve porque ni yo misma sé qué decirte.

Creo que sabes de sobra que te quiero con todo mi corazón y que nada de esto es tu culpa, pero por si ahora mismo no lo tienes en mente te lo vuelvo a repetir. Adam, eres la única persona que me ha hecho ser yo misma y eso es lo que te hace especial. Ayudas a las personas sin esperar nada a cambio y sabes cómo sacar sonrisas fácilmente. Pero yo no soy así. Yo lo intento y no lo consigo. Sólo tú sabes tratarme, yo no puedo conmigo misma. Si estás leyendo esto es porque he tomado la decisión, así que deberás aprender a vivir sin mi. Busca ayuda si la necesitas y permítete llorar. No te guardes ningún sentimiento para ti y no pienses que yo era lo único que tenías en tu vida. Encontrarás a gente mejor y saldrás de ésta, créeme. Gracias por estar conmigo siempre y gracias por no soltarme nunca cuando yo ya no quería seguir adelante. Nunca me voy a arrepentir de haberte conocido y, aunque ya no estemos juntos, tú vas a seguir brillando porque yo confío en ti y sé que lo lograrás. Te voy a acompañar siempre y espero poder verte cumpliendo tus sueños y volviendo a sonreír como lo has hecho siempre. No te rindas y haz todo lo que te propongas. Eres el mejor y eso nunca cambiará.

Siempre te querré, Mia.

Cuando termino saco mi cuchilla y me siento sobre el frío suelo. ¿Estoy preparada? Sí, quiero hacerlo y lo haré. Mis padres no me volverán a decir nada, no más peleas, no más sufrir... Ya no me tendré que esconder en los lavabos para no ser acosada, ya no tendré que ver más a Nash, ya no tendré ese pensamiento constante de querer acabar con todo... Sólo me quedará paz y tranquilidad, justo lo que necesitaba ahora mismo.

Coloco la cuchilla sobre la piel y hago el primer corte. En ese instante me empiezan a llegar todos los recuerdos de Adam, su sonrisa, sus ganas de vivir la vida, su risa... Lo echaré mucho de menos pero ya no hay vuelta atrás.

Grito de una forma desgarrante y escucho que Adam corre hacia el lavabo. Gotas color carmesí caían por mi brazo y manchaban la carta que había escrito antes de todo aquello.

-¡Mia! ¡No lo hagas! Escucha, estoy contigo, todo va a ir bien... Abre la puerta...

Podía escuchar como Adam me gritaba que parara, pero ya era muy tarde, no pude más y caí al suelo inconsciente. Durante unos instantes pude sentir que era lo que estaba pasando a mí alrededor. Adam gritaba cada vez más fuerte, y cuando se dio cuenta de que yo no contestaba, paró de intentar abrir la puerta y se alejó de donde estaba. Unos minutos más tarde, algo rompía la puerta y dos personas cogían mi cuerpo cuidadosamente. No tardaron en llevarme a la ambulancia. No puedo recordar nada más, lo único que se me ha quedado grabado en la mente es la imagen de Adam lleno de lágrimas, pegando puñetazos a la pared, sintiéndose culpable por lo que acababa de ocurrir. Arrugaba con fuerza mi carta, en la que le decía lo mucho que lo quería, que no era su culpa, que tenía que seguir sin mi compañía, y que nos volveríamos a ver. Pero él se seguía sintiendo culpable por algo que no podría haber evitado por mucho que lo hubiera intentado. Yo ya no quería seguir viviendo así.