-Capítulo 14-

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1 DÍA PARA DESAPARECER

Sentía una gran pesadez por todo mi cuerpo. Sí, Nash había desaparecido de mi vida y yo ya no quería saber nada de él, pero no todo había acabado. Nash va a mi misma clase, lo veo constantemente, y, aparte, mis padres seguían igual. Les tenía miedo, y eso era algo que no podía evitar. Sentía decepción y siempre que había alguna pelea me entraban ganas de llorar... Todo eso me estaba consumiendo y acabaría de sufrir dentro de poco, estaba segura de que lo haría.

Salgo de casa llorando. Otra pelea con mis padres, como siempre. Me tomaban por dramática, estúpida y manipuladora, algo que no era para nada nuevo.

Camino por la calle sin apartar la mirada del suelo y al llegar al instituto me topo con alguien.

-Mia...

Adam me abraza y me mantiene junto a él.

-Estoy bien, tranquilo.

-No, no estás bien... ¿Otra vez ha pasado lo mismo?

Le miró a los ojos y asiento. Sí, era lo mismo que siempre.

-Ya es algo común en mis mañanas... Si algún día no ocurre nada será algo muy extraño.

-Lo siento mucho Mia... No deberías de sufrir eso nunca.

-Lo sé Adam, pero no puedo remediarlo.

El chico me abraza mucho más fuerte y eso me reconforta. Entramos al interior del edificio y allí nos separamos. Él se va a su clase y yo a la mía. Lo que me ayudaría tenerlo conmigo ahora mismo...

-Hola Mia.

-Hola.

-¿Qué tal has pasado estos días?

-Bien...

La profesora asiente y yo camino hasta mi mesa. Estaba Nash allí, pero yo en ningún momento lo he mirado. Me siento en mi silla y saco de mi mochila todo lo que voy a necesitar. La clase empieza y en ningún momento hablo con el chico. Cuando llega la hora del descanso me espero para salir la última de clase y luego camino hasta llegar a los lavabos. Ya allí me encierro en uno y espero durante esa interminable media hora a que acabe el recreo.

-¿Mia?

El corazón empieza a latirme mucho más rápido al escuchar esa voz. Otra vez no, por favor...

Subo lo más rápido que puedo al inodoro para que no me puedan ver por debajo de la puerta y aguanto la respiración. No sé cuántas son, pero con una es suficiente.

-Sabemos que estás aquí imbécil, sal de una vez y así podemos hablar tranquilamente.

Escucho que una de las chicas va abriendo puertas hasta llegar a la mía. Cuando la intenta abrir, obviamente, no puede.

-Está aquí.

-Venga Mia, sal...

Reúno fuerzas para hablar y lo hago.

-No quiero salir...

-¿Porqué? ¿Te damos miedo?

-No, me dais asco.

Y tras decir eso abro la puerta lo más rápido que puedo haciendo que las dos chicas se lleven un golpe en la cara. Corro rápido por el pasillo sabiendo que como me vuelva a cruzar con ellas será mi fin y cuando giro una esquina me encuentro con Adam.

-Mia, ¿qué pasa?

El chico me agarra de las manos y espera mi respuesta.

-Estaban allí, me querían pegar...

Adam entiende a quien me estoy refiriendo y mira hacia la dirección de la que yo venía.

-Vienen por ahí... ¿Porqué les sangra la nariz?

El chico me mira y yo sonrío con lágrimas aún en el rostro.

-Ya era hora de que se llevaran algún golpe...

Adam ríe y me coloca a su lado para ser él el que hable con las chicas.

-Te vamos a matar Mia...

Adam para a las jóvenes y ellas lo miran confundidas.

-Venga ya, ¿es tú novio protector? ¿Te va a salvar como si fueras una princesita?

Las chicas se ríen y Adam me mira.

-No soy yo la que tiene la nariz sangrando...

Eso parece ofender a las chicas y hablan de nuevo.

-¿Sabes qué pasará si vamos al director y le contamos todo, no? Te va a expulsar... Y eso no creo que les haga gracia a tus padres.

-¿Y si cuento yo que me molestáis todos los días que pasará?

-Que no te creerá. Somos dos contra una, no tienes pruebas de nada. Ganamos nosotras pardilla.

Y después de decir aquello se lanzan hacia mí, pero yo las esquivo y ellas caen al suelo. Adam se ríe y yo me uno a él.

-¿De qué os reís?

Las chicas no se molestan ni en levantarse, así que nosotros nos vamos de allí, no sin antes decirles una última cosa.

-Nos reímos de vosotras pardillas.

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Adam y yo hemos quedado para tomar un helado. Es algo que nos gusta mucho hacer y que nos hace estar cómodos y tranquilos.

-Mia, ¿ha pasado hoy algo con Nash?

-No, ¿porqué?

-Porque si llega a pasar algo te juro que voy y le parto la cara. Puede que no sea capaz, pero lo intentaré al menos.

Le sonrío y el me da un delicado beso en la frente.

-Eres mi protegida, no olvides nunca eso. Si te ocurre algo no dudes en que haré todo lo posible para defenderte.

-Gracias Adam, sin ti no seguiría aquí.

Lo abrazo. Lo quiero demasiado como para dejarlo solo, pero sinceramente no puedo más y siento que me debo ir. Sé que él sabrá superarme y salir de ese mal momento, yo confío en él y hasta que no consiga superarme no me separaré de él.

-Te quiero Mia.

-Yo yo a ti Adam.

Mariposas (Parte 2) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora