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— ¿Disculpe? — la observó atenta sin entender por qué le estaba diciendo aquello.

— Es sencillo Hoseok, solo dime que quieres para alejarte de mi hijo nuevamente — habló la mujer sin dejar de verlo —. ¿Una beca? ¿Un auto? ¿Dinero? Solo dímelo y lo tendrás, pero aléjate de Yoongi — añadió manteniendo aquel tono frío en su voz.

— Señora Min — Hoseok iba a decir que dejara de bromear, pero guardo silencio al ver la expresión de la mujer.

— Vamos Hoseok, al fin de cuentas quizá termines marchandote tu mismo, sin necesidad que te dé dinero — sonrió la mujer observando la hora en su reloj —. No debe de tardar — murmuró bajo, en su rostro se dibujo una sonrisa demasiado sombría.

El rubio iba a responder, pero su móvil sonó, el bonito apodo que había puesto para el contacto de Yoongi se veía como notificación.

Abrió el mensaje, tembló un poco al ver las imágenes, estaba prácticamente desnudo, con una chica, Wendy, la reconoció gracias al tono de cabello.

— ¿Entonces lo dejaras en paz? — preguntó la mujer sin dejar de sonreir, Hoseok no levanto la vista, observando con detenimiento cada una de las fotografías.

Pasaron algunos segundos hasta que Hoseok guardo el móvil, pasó sus manos por su rostro y cabello y suspiro.

— Me iré señora Min, no sé preocupe — respondió alto, sin un poco de duda en su voz.

La mujer casi brinca a de alegría al obtener aquella respuesta, pero se escucho un ruido en la cocina, Hoseok supuso que era Jimin, esperaba que no saliera, la mujer volteo rápido, se supone que estaban solos.

— Fue mi gato, pero no sé preocupe, mi palabra sigue en pie, hoy mismo me iré — aseguró Hoseok sin dejar de verla.

— Es la mejor decisión que has tomado cariño, no quieres saber de lo que podría llegar a hacer — la mujer acarició la mejilla de Hoseok, para después alejarse.

No la acompañó a la salida, una vez el sonido de la puerta cerrándose se escucho en la casa, Jimin salió de la cocina y se acercó rápidamente.

— ¿Estas bromeando cierto? No te puedes ir ahora — le reprochó sosteniendolo de los hombros para moverlo.

Hoseok sacó el móvil, abriendo el chat, mostrándole las fotos que había recibido, Jimin negó al ver cada una.

— Estas fotos no son reales. ¿De verdad te vas a tragar este cuento? — Jimin comenzaba a enojarse, más cuando Hoseok no le respondía nada —. Se ve que Yoongi ni siquiera tiene los ojos abiertos, dudo que al menos la tenga dura para acostarse con ella — iba a abrir más la foto para comprobar, cuando Hoseok le quito el móvil.

— Lo sé, pero la escuchaste, ella está planeando algo y no dudará en hacer cualquier cosa si no me voy — habló Hoseok saliendo de la sala y caminando a su habitación.

Una vez arriba tomó un par de maletas, tomando ropa al azar y colocándola dentro de ellas como pudo.

— ¿De verdad te iras? — Jimin lo veía con los brazos cruzados, no podía creer que Hoseok le hiciera caso a las palabras de esa mujer que decía ser la madre de Yoongi.

— Al menos es lo que ella va a creer — sonrió Hoseok metiendo más de sus pertenencias en la maleta —. Dijiste que tienes un primo aquí, llamale, pídele que nos reciba, un par de días en los que encuentro una forma de acercarme a Yoongi — añadió cerrando las maletas.

— Hoseok — Jimin habló sorprendido por lo que estaba diciendo.

— No pienso perder a Yoongi, vea o no los colores con él, me importa una mierda si es mi alma gemela, si estamos destinados, quizá jamás vea los colores como todos afirmaban que pasaba, pero lo amo, demasiado y ni esa mujer o el destino nos va a separar, ya pase demasiados años sin el como para alejarme nuevamente, ¿lo entiendes Jimin — habló rápido mientras buscaba algunos papeles, se puso de pie y le acercó el móvil al menor —. Llama a tu primo y haz tu maleta, nos debemos ir ya — añadió para después alejarse, tomando unas últimas cosas antes de salir con ellas para dejarlas en el auto.

Jimin seguía de pie, sin poder moverse, era de las pocas veces que veía de aquella forma a Hoseok, de no ser su mejor amigo le hubiera parecido demasiado sexy y caliente, sonrió marcando el número de Namjoon, no fue difícil, ya que ni siquiera pidió una explicación de por qué deseaban quedarse con él, pero de esa forma era su primo, además de inteligente.

Media hora después estaban ambos en el auto, Hoseok se aseguró de hacer ruido con el mismo, para que la señora Min se enterara que se habían marchado.

— ¿Tienes mi teléfono? — pregunto Hoseok sin despegar la vista del camino, Jimin hizo un sonido afirmativo y lo sacó de su bolsillo —. Transfiere todo a tu móvil, a la conversación toma captura y también pasalas — conducía ya despacio.

Jimin asintió sin preguntar nada más, terminó justo antes de llegar a casa de Nam.

— Bajaremos las maletas, te quedaras aquí, yo debo ir a hacer algunas cosas — menciono Hoseok tomando su móvil y apagandolo.

— ¿Cosas? — Jimin lo observó atento.

— Necesito cambiar de auto y de móvil — respondió estacionando el auto.

— ¿Por qué no sólo cambias la tarjeta SIM? — preguntó Jimin sin bajar del auto.

Hoseok no respondió nada, era un buen punto.

— Esta bien a tu manera también — sintió y bajó, tomando las maletas para llevarlas adentro de la casa.

Hoseok bajo también, dejando sus pertenencias en el hogar, Nam era un chico alto, guapo, minutos después se alejo en el auto, encontró donde venderlo, compró otro un poco más económico y otro móvil.

Suspiro cuando regresaba, vio una de las fotografías de él con Yoongi cuando eran pequeños.

No entendía aún lo que estaba pasando, pero aquellas palabras que le dijo a Jimin eran ciertas, no iba a permitir perder a Yoongi de nuevo.

Ni esa mujer o el destino, le iban a impedir amarse, de eso él se encargaría. 

A Life of Colors - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora