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Yoongi detuvo el auto tres casas antes de la suya, suspiro nervioso y volteo a ver a Hoseok.

— ¿Todo bien? — Hoseok lo observaba atento y Yoongi sonrió.

— Necesito que uses esto — pidió Yoongi entregándole las gafas.

— Yo veo bien Yoongi, no necesito gafas — Hoseok las alejo sonriendo y se acercó a darle un tierno beso —. Además tu eres quien luce muy guapo con ellas — el menos sonrió dejando otro beso.

El mayor suspiro nervioso, volteando a ver el camino un momento, alcanzando a ver su casa.

— Yo no he podido ver los colores en realidad — habló cerrando sus ojos.

—¿Qué? No es momento de bromas Yoonie, tu puedes ver los colores por esa chica, tú mismo me lo dijiste — murmuró Hoseok sin dejar de verlo.

— No Hoseok, no he podido ver los colores en realidad, Nam, bueno es una larga historia, pero creo estas gafas — le señaló las que traia puestas y las que sostenía en sus manos —. Son especiales, para ver los colores sin necesidad de un alma gemela — terminó de decir, volteando por fin a ver a Hoseok, quien lo veía, en la mirada se veía que se encontraba herido por aquella mentira.

El menor había pensado que no era suficiente para Yoongi como para ser su alma gemela, mientras el mayor se había estado burlando de él desde que se conocieron.

El primer impulso de Hoseok era darle una bofetada, pero cambió de idea, necesitaba quitarle esas gafas y por fin afrontar la realidad, saber si eran almas gemelas o no.

Yoongi lo detuvo, sosteniendole de las muñecas antes de que el menor logrará su cometido.

— No Hoseok — pidió sin dejar de ver al menor.

— ¿Por qué no? Si somos almas gemelas o no debemos saberlo ahora — reprochó Hoseok, tratando nuevamente de quitar las gafas que tenía Yoongi.

— ¿Eso en que afectaría? ¿Cambiarían tus sentimientos por mi? — murmuró Yoongi sin dejar de sostener sus manos.

Hoseok quito las manos de Yoongi, bajo del auto molesto, necesitaba un poco de aire, el pálido bajó también, acercándose un poco a Hoseok.

— Todos estos años, soñando y deseando volver a verte, ver todos los colores maravilloso que mi madre me contaba, cuando te vi, aquel día que abriste la puerta, no hubo todas esas sensaciones, esa magia de ver los colores, me juzgue por no ser suficiente y ser tu alma gemela y tu... Tu simplemente.. — trataba de encontrar las palabras, ni siquiera sabia como describir sus sentimientos —. De seguro te parecía divertido todo esto, ¿por qué no me lo dijiste antes? — pasó las manos por su rostro para evitar llorar.

— No sabía cómo hacerlo, lo siento Hoseok — habló bajo Yoongi.

Hoseok se acercó para tratar de quitarlas, pero Yoongi lo detuvo nuevamente.

— ¿Si las quitas y nos vemos los colores? ¿En qué afectará? — cuestionó sin dejar de verlo —. En lo personal, podría vivir toda la vida sin ver los colores por que te amo Hoseok, infinitamente, sabía que te amaba incluso antes de que todos los recuerdos tuyos volvieran a mi mente — añadió sin dejar de ver al menor.

— ¿Me amas? — fue lo único que pudo preguntar, sintiendo su corazón acelerarse.

— ¿Por qué estaría haciendo todo esto si no te amara? — sonrió Yoongi acomodando las manos del menor en su cuello y bajando las propias a la cintura del menor —. Estoy seguro que ambos veremos los colores, por que te amo infinitamente, pero si el destino quiere jugarnos mal, nos iremos al fin del mundo, donde solo seamos nosotros juntos, pero aún hay temas que tratar aquí, necesitamos aclarar todo primero bebé — murmuró en los labios de Hoseok, quien sólo asintió, sintiéndose embriagado por las sensaciones que Yoongi le provocaba.

— Te amo también Yoonie — murmuró cerrando sus ojos, sintiendo su cuerpo casi temblar.

— Te amo más Hoseokie — respondió besando al menor, de forma lenta y suave, acercando un poco más, como si eso fuera posible realmente.

— Entonces debo usar esas tontas gafas — reprochó tomándola.

— Por favor bebé, ambos debemos ver los colores, de esa forma podremos afrontar mejor a mi madre, solo confía en mi — Yoongi acarició la mejilla del menor, quien asintió sin dejar de ver las gafas.

— Ni siquiera van con mi estilo — habló colocándoselas, sorprendiendose de lo diferente que se veía todo.

— Te iras acostumbrando, ahora te explicaré algunos colores — Yoongi comenzó a hablar, pero el menor estaba absorto en sus pensamientos.

Namjoon era un genio para haber creado aquello, podría valer millones de querer comercializarlo, personas que se aman o que han perdido su alma gemela antes de conocerla, podrían ser felices con alguna persona de la que también podrían llegar a enamorarse.

Escucho la voz a lo lejos de Yoongi, pero el seguía pensando en aquello.

— ¿Entonces lo tienes? ¿Qué color es este? — preguntó Yoongi, Hoseok sólo sonrió, no había escuchado nada de lo que él mayor le había dicho —. Bueno, una vez más mi amor, pero préstame atención bebé — habló en un tono más dulce Yoongi, provocando un sonrojo en las mejillas del menor.

Hoseok volvió a perderse en sus propios pensamientos, quería besar al mayor por ejemplo, besarlo siempre y estar en sus brazos, era un lugar seguro para él.

— Ahora dime ¿qué color es? — preguntó Yoongi, Hoseok sólo se acercó, besándolo despacio —. De acuerdo, una última vez — añadió sonriendo.

Hoseok está vez puso atención, pues no quería alargar más aquello, debían enfrentar a la madre de Yoongi.

— ¿Qué color es? — preguntó Yoongi señalando su pantalón.

— ¿Azul? — Hoseok mordió su labio, esperando no equivocarse.

— Eso es bebé, solo dilo con más seguridad — habló Yoongi feliz, dejando varios besos en los labios del menor.

Ambos salieron y caminaron para llegar a la casa de Yoongi, Hoseok por un momento tuvo ganas de huir, pero si el mayor estaba ahí para poder ser feliz a su lado, el debía ser ese soporte que necesitaría.

Yoongi prefirió tocar el timbre de la puerta, dejando a su espalda a Hoseok, algo que quizá no funcionaria por los pocos centímetros de diferencia en su estatura, dejándolo un poco más bajo, casi nada.

— Cariño, has vuelto, ¿olvidaste las llaves? — habló animada la mujer en cuanto abrió por la puerta.

— No madre — respondió Yoongi en un tono frío, ambos dieron un paso, dejando a la vista a Hoseok.

La expresión de la mujer cambió en un segundo.

— Necesitamos hablar madre — habló Yoongi, sin dejar de sostener la mano de Hoseok ni por un solo segundo. 

A Life of Colors - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora