9

610 92 0
                                        

Jimin observaba atento a Hoseok, quien comía su desayuno sin decir una palabra, pero la mirada del menor le estaba resultando incomoda.

— ¿Vas a decirme que quieres Jimin? — tomó su vaso de jugo, últimamente no comía bien.

— Estoy esperando el momento en que me digas el plan, sabes que puedo ayudarte.

Jimin siempre le había ayudado en todo, por ello estaba muy agradecido con él.

— Y no me salgas con que he hecho suficiente por ti, somos amigos y puedo ayudarte en todo, solo dime y lo haré — sonrió el menor y acarició la mano de Hoseok.

— Yoongi no ha salido de su casa todos estos días, para absolutamente nada, a veces su madre sale, pero deja a Wendy, no puedo acercarme, si me ven alguna de las dos todo puede empeorar — suspiro alejando su comida.

— Enviale un mensaje desde mi móvil — mencionó Jimin buscando el dispositivo.

— Intente llamarle desde un teléfono público, pero me manda a buzón siempre — paso sus manos por su rostro.

— Por qué no lo intentamos con Nam, son amigos ¿no? Si va a su casa su madre no sospechara, no necesariamente debe decirle algo de ti, solo invitarlo a venir — murmuró Jimin sin dejar de verlo.

Hoseok sonrió, sonaba a un buen plan, de esa forma podría verlo, por fin después de todos estos días, le explicaría un poco la situación.

— No lo pienses demasiado, Nam esta de tu lado — añadió Jimin poniéndose de pie y buscando a Nam para pedirle aquel favor.

Hoseok sonrió, quizá por fin podría ver a Yoongi después de todo este tiempo.

Namjoon esperaba pacientemente en la puerta de la casa de los Min, la primera opción era que solo enviaría un texto, pero Hoseok le pidió que fuera, para que después le dijera cómo estaba Yoongi.

Accedió, ya que también se trataba de su mejor amigo hasta ahora.

— Oh Namjoon, pasa cariño — la mujer sonrió, dejando pasar al mencionado, aprovechando dio un vistazo a la calle.

Hoseok y Jimin se escondieron en el auto para evitar ser vistos.

Nam entró a la casa, siendo guiado por la madre del pálido, quien le decía que le alegraba verlo, que esperaba que con su presencia los ánimos de Yoongi mejorarán un poco.

Una vez en la habitación Nam suspiro, su mejor amigo se veía destrozado, su mirada rota, ojos hinchados y unas muy marcadas ojeras debajo de sus ojos.

— Iré a preparar la comida, cualquier cosa puedes bajar y llamarme — mencionó la mujer antes de salir.

Nam asintió y la vio salir, espero un par de minutos y salió, verificando que no estuviera afuera, regreso acercándose a Yoongi.

— Hyung, necesito que venga a casa conmigo hoy, más tarde, a las seis, quiero presentarle a alguien — habló el moreno mientras se sentaba en la cama del mayor.

— No quiero salir, suena mejor si muero, sé fue sabes, sin mi, no entiendo si se iba a ir, para que regresar — suspiro tratando de no llorar nuevamente, pero era casi imposible.

Nam se puso de pie, acercándose a la ventana y viendo el auto, no podía ver a Hoseok, pero sabía que lo estaban viendo desde aquel lugar.

Sacó el móvil llamando a Hoseok.

— Él no acepta venir conmigo, esta demasiado triste — habló sin dejar de ver al auto.

— Pasale el teléfono, por favor Nam — pidió Hoseok desde el otro lado de la línea.

Las cosas no iban a ser de esa forma, pero necesitaba que Yoongi accediera a salir de aquella casa para poder estar cerca nuevamente.

— Toma hyung, te llaman — murmuró Nam acercandole el móvil, al principio se negó, pero terminó aceptando el dispositivo, iba a hablar cuando una voz ya familiar se escucho.

— Hola Yoonie — Hoseok comenzó a hablar, Yoongi se quedó callado, no sabía si debía reclamar o que hacer, al escuchar de nuevo a Hoseok —. Perdón por irme de esa forma, te cause mucho dolor y no sabes como me duele a mi también, pero por favor, ven a casa de Nam hoy a las seis, es importante, necesito contarte muchas cosas. ¿Vendrás Yoonie? — la voz de Hoseok se escuchaba tranquila.

— Pero en tú carta dijiste que te irías — habló Yoongi acomodándose en la cama.

— ¿Carta? — repitió Hoseok, en seguida pensó que probablemente era parte del plan de esa mujer —. Traela también, te contaré toda la verdad Yoonie, pero por favor ven a verme a casa de Nam ¿si? — volvió a pedir con la esperanza de que Yoongi accediera.

— Estaré ahí a las seis — respondió tratando de no sonar frío, pero toda aquella situación no la entendía.

— Nos vemos más tarde Yoonie — habló Hoseok antes de colgar.

— ¿Por qué no me dijiste antes que estaba en tu casa? — la pregunta esta vez iba a Nam, quien se acercó para que le devolviera el móvil.

— Es una larga historia Yoongi, más tarde lo entenderás, por cierto no le digas a tu madre sobre Hoseok, puedes decirle que iras para ponerte al corriente con las materias — sugirió Nam y vio el rostro confundido de Yoongi —. Hazlo de esa forma por favor Yoongi — el pálido asintió, se puso de pie por fin de la cama.

— Te veo más tarde entonces — tomó sus cosas para entrar a la ducha, no deseaba que Hoseok lo viera hecho un desastre.

— Nos vemos más tarde — Namjoon salió, encontrándose a la madre de Yoongi en las escaleras, le menciono que había convencido al mayor de ir a su casa a estudiar, la mujer se alegro, pues quería decir que al fin estaba avanzando y dejando atrás a Hoseok.

Yoongi se baño después de todos esos días que a penas y probaba bocado, su cuerpo se sentía débil, pero estaba feliz de poder ver a Hoseok, podría aclarar todo lo que estaba pasando. ¿Por qué no le podría decir a su madre? Esa parte no la entendía, pero lo haría de aquella forma.

Bajo a comer por primera vez, su cuerpo agradecido por la comida después de días. Esta vez espero en la sala, la hora en la que tuviese que irse, el timbre de la puerta sonó, su madre atendió y minutos después estaba en la sala acompañada de Wendy.

— Creí que sería buena idea que Wendy te acompañe hijo — en realidad no quería que aquello fuera alguna especie de plan para que Hoseok pudiera verlo, debía de prevenir cualquier situación.

— No soy un niño pequeño que necesita supervision, puedo cuidarme solo, si quieres que lleve niñera prefiero quedarme arriba — respondió Yoongi, se puso de pie para marcharse.

La mujer negó, quería a que su hijo superará a Hoseok, no que se dejara hundir más.

— Esta bien cariño, creo que tienes razón, puedes pasar la tarde aquí conmigo querida — la chica asintió sin dejar de ver a Yoongi.

— Me tengo que ir — tomó las llaves de su auto y salió de la casa.

Treinta minutos después estaba afuera de la casa de Nam, suspiro nervioso, no sabía lo que le esperaba, sólo quería estar con Hoseok eso era claro. Llamó a la puerta y espero que abrieran.

Nam abrió la puerta, viendo aquel auto desconocido que parecía hacer seguido a Yoongi, hizo pasar al mayor, para después cerrar.

— Te está esperando arriba, en la habitación de invitados, sabes donde esta ¿cierto? — pregunto señalando las escaleras.

Yoongi asintió y subió, sentía sus piernas temblar, después de tantos días se volverían a ver, abrió la puerta despacio, observandolo de pie junto a la ventana.

— Hoseok — habló cerrando la puerta dejándolos solos en la habitación.

— Yoonie — respondió en seguida, acercándose para abrazarlo.

En ese momento parecía todo estar bien, mientras tuviese a Hoseok abrazándolo.

A Life of Colors - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora