16

530 77 1
                                        

Las patrullas se habían retirado, le habían dicho uno de los policías que debería ir a dar su declaración formal a la comisaría, al parecer si había una carpeta de investigación, que se había dejado de lado por falta de pruebas sobre la muerte del señor Jung.

Yoongi se había quedado solo en aquella casa, solo tomó su chaqueta y salió, subiendo al auto en dirección a la casa de Nam, esperaba encontrar aún ahí a Hoseok llamó varias veces pero nadie le habría, sentía la misma sensación de cuando lo fue a buscar, quince minutos después Nam abrió la puerta junto con Kook.

— No está aquí hyung — murmuró Nam, iba a cerrar la puerta.

El pálido fue más rápido, deteniendo la acción, busco la manera de entrar, pero Kook lo detuvo, a pesar de ser de edad menor, era de contextura más gruesa que él, logrando evitar que entrara.

— Solo déjenme hablar un momento con él, si no me quiere en su vida me iré, solo por favor, déjenme verlo — suplico Yoongi forcejeando, sin conseguir nada.

— Él no quiere verte, por favor, entienda eso usted — pidió Kook, logrando que Yoongi se detuviera en sus acciones.

— No importa el tiempo que pase, me quedaré aquí hasta que desee hablar conmigo — Yoongi retrocedió, buscando la ventana que daba a la habitación que imaginaba seguía teniendo Hoseok —. Escuchaste bebé, sé que ahora me odias, tanto como odias a mi madre probablemente, tanto como te odias mor amarme, pero yo te amo, siempre te voy a amar, estaré aquí cuando desees hablar conmigo, solo por favor, no me dejes, no otra vez — grito a la ventana.

Nam deseaba dejarlo entrar, pero debía respetar aquella decidió de Hoseok.

Kook cerró la puerta, mientras que Yoongi tomaba asiento en uno de los peldaños de la pequeña escalera, dejó fluir las lágrimas, todo aquello que no había dejado salir en todo el día.

Hoseok había bajado del auto, demasiado inconsolable, subiendo a la habitación y dejándose caer en la cama, Jimin llegó segundos después, tratando de consolarlo sin hacer preguntas, sabía que cuando Hoseok se sintiera mejor le diría todo lo que había pasado y que lo tenía de aquella forma.

— Su madre, fue la causante de que muriera mi padre, nos lo confesó como si no fuera nada, pero ella quería que yo muriera con tal de no estar con su hijo — habló después de mucho tiempo, limpiando las lágrimas de su rostro.

Jimin no supo que decir, una cosa es que intentará comprar a Hoseok para que se marchará, pero ya rebasar el limite llegando a cometer un acto como ese, era demasiado aterrador.

Ahora entendía por qué el estado de Hoseok, se encontraba enamorado del hijo de la persona que le había arrebatado a una de las personas más importantes en su vida, solo por haberse enamorado de la persona equivocada.

Pero el corazón y los sentimientos jamás eligen quien es mejor para alguien, de quien debes enamorarte solo por que es socialmente correcto, el amor es irracional.

Hoseok había quedado dormido, con lágrimas en su rostro.

Nam entró a la habitación, llevando un poco de comida y agua, Jimin sonrió agradecido, se puso de pie con cuidado de no despertar a Hoseok.

— Creo que es entendí le que algo pasó, si viene Yoongi, podrías evitar que entre, Hoseok no está como para verlo, por favor Nam — susurro bajo para evitar despertarlo.

Nam accedió, no entendía que había pasado exactamente, pero al ver entrar a Hoseok de aquella forma, estaba seguro que no era para nada algo bueno.

Jimin volvió a su lugar, al lado de Hoseok, cuidando de no despertarlo, pero solo pasaron veinte minutos cuando escucho la voz de Yoongi provenir seguramente de la entrada, Hoseok se removió hasta despertarse.

— ¿Yoongi? — murmuró, creyendo por un momento que todo lo que había sucedido sólo había sido un sueño, más bien una pesadilla.

Pero recordó cada palabra de aquella mujer, se puso de pie acercándose a la ventana.

Deseaba bajar y dejarse abrazar por Yoongi, que le dijera que todo estaba bien, aunque no fuera verdad el podría creerle, pero aquel dolor en su pecho seguía ahí, lloro un poco más al ecauchar cada palabra de Yoongi, para después verlo sentarse, esperando para que él bajara.

Pero no lo hizo, solo se acomodo en la cama, llorando, sintiéndose culpable de toda la situación. Por su culpa había perdido a su padre, por su culpa se había alejado de Hoseok.

Si tan solo no se hubiera enamorado, habría pasado más tiempo con su padre, ahora seguiría siendo el mejor amigo de Yoongi. Toda su vida sería perfecta.

No estaría llorando a pesar de que sus ojos dolieran.

El pálido estaba comenzando a sentir frío, pero esperaría ahí hasta que Hoseok quisiera verlo, no importaba cuanto tiempo tuviera que esperar.

Un rayo de esperanza llegó cuando escucho la puerta abrirse, pero desapareció igual de rápido cuando noto que era Kook, quien salía con una charola de comida y una taza de café recién preparado.

— Debe comer algo — murmuró tomando asiento a un lado del mayor, aprendiendo la charola en dirección a Yoongi, quien solo tomó la taza de café, no tenía hambre, pero si frío —. No sé qué pasó, pero Hoseok no ha dejado de llorar — murmuró viendo hacia la misma dirección que Yoongi, dejando la charola a un lado.

— Yo estaría igual si estuviera en su lugar — suspiro Yoongi tomando un poco del café —. ¿Podrías hacerme un favor? Sé que no quiere verme, pero podrías entregarle esto — sacó una hoja de la bolsa de su pantalón y se la acerco a Kook.

— Hyung, yo no puedo — negó volteando a ver la casa, para ver si nadie lo estaba observando, suspiro y tomó la carta —. Si Nam se entera, me odiara toda su vida — suspiro guardando la hoja.

— Gracias, por todo Kook — Yoongi trato de sonreír terminando el café.

Kook asintió entrando a la casa, con la carta en su bolsillo, pensado demasiado para su conciencia.

Aprovecho que Jimin estaba en la cocina, para subir a la habitación, tocó una vez, escuchando la voz rasposa de Hoseok, dando a relucir el roto corazón que tenía.

— Hyung, se que pensara que estoy metiendo mis narices donde no me llaman, pero debo entregarle esto — tomó la mano de Hoseok, depositando la carta —. No se lo que pasó, pero quiero que sepa que cuenta conmigo — se alejo dejando a solas al mayor con la carta.

Hoseok observaba la carta, suspiro sintiendo como le dolía la cabeza, comenzó a desdoblarla para leerla.

Después de todo nada de lo que dijera cambiaría la decisión ya tomada. 

A Life of Colors - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora