El pálido estaba demasiado feliz, había sido la mejor primer semana de todas, Wendy era la chica más linda y hermosa de todas, saber que eran almas gemelas y se correspondían, era algo único.
Se recostó en la cama, observando aquellas gafas maravillosas que Namjoon le había regalado, si las vendiera podría ganar mucho dinero pero eso estaba mal.
Después de unos minutos se puso de pie, acercándose a la ventana de su habitación, que quedaba frente aquella casa vacía, a veces tenía el presentimiento de que había olvidado a alguien importante, pero por más que luchará su mente no entendía quien podría ser aquella persona que había olvidado.
Vio un ligero movimiento en una de las habitaciones, lo cual le pareció demasiado raro, probablemente alguien había entrado a aquella casa, aunque estuviera sola y vacía, la gente entraba por curiosidad.
Se escondió detrás de las cortinas, al ver a un hombre, más bien un joven, probablemente de su edad, cabello blanco, corto, un tanto despeinado, vestía una camisa roja, agradecía tener puestos los lentes, ya que podía apreciar los colores.
Aquel chico volteo y se quedó viendo en su dirección, por un momento se sintió acorralado, pues creía haber sido descubierto mientras observaba. Pero después de unos segundos el chico volvió a hacer lo que estuviera haciendo en aquella casa.
Yoongi volvió a su cama, pensando en aquel chico, era guapo, bastante, aquel corte le resultaba muy favorable.
Se acomodo mejor dispuesto a dormir, al día siguiente sería su cumpleaños, su madre le había preparado una fiesta pequeña y familiar, pero su novia y amigos le tenían otra sorpresa mejor. Solo debía quedarse en la fiesta de su madre para después ir a la fiesta en la que realmente deseaba estar.
Todo sería fácil.
La fiesta estaba tornando un tanto aburrida, como usualmente pasaba para un joven de la edad de Yoongi, faltaban aún dos largas horas para que por fin se pudiera marchar.
Escucho el sonido del timbre sonar dentro de su casa, su madre rápidamente se acercó para pedirle que abriera, aquella sonrisa que tenía su madre era hasta cierto punto extraña, pues desde que tiene memoria no recuerda haberla visto de aquella forma.
Accedió, tratando de pensar que podría salir e irse a aquella fiesta donde le esperaba su novia.
— Hola Yoon — escucho aquella voz en cuanto abrió la puerta.
— ¿Nos conocemos? — Yoongi preguntó confundido.
Algo en su corazón se activo, sintiendo una calidez extraña, probablemente por el poco alcohol que había tomado.
Fue entonces que Yoongi lo reconoció, era el chico que había visto por la ventana, de cerca sus facciones eran por mucho más definidas, hermoso, hasta sublime podría decir.
Pudo ver cierta desilusión en la mirada del contrario, pero no entendía la razón.
El contrario iba a responder, cuando la madre del pálido se acercó a ambos.
— No dejes a Hoseokie en la puerta cariño — la mujer hizo un gesto dejando pasar al nuevo invitado.
Yoongi ahora se encontraba aún más confundido, su madre le hablaba con demasiada confianza, como si lo conociera desde niño, pero al mismo tiempo algo muy en su interior le decía que aquella sonrisa en forma de corazón y tan bonitos hoyuelos ya los había visto en algún lugar, pero su mente parecía no cooperar pues no podía recordarlo.
Suspiro y cerró la puerta, siguiendo a su madre quien guiaba al invitado y hablando de cosas que él no lograba escuchar.
— Los dejaré un momento, no seas grosero como hace un momento — murmuró la mujer mientras se alejaba.
Hoseok tomó asiento y Yoongi imitó la acción, trataba de no verlo demasiado para no parecer grosero, pero era inevitable.
— ¿De verdad no me recuerdas Yoon? — Hoseok trató nuevamente, sentía que aquello era una broma de mal gusto.
— Lo siento, pero no. ¿Debería saber quien eres? — cuestionó tomando nuevamente su vaso.
Hoseok soltó una risa triste, casi rota, iba a añadir algo cuando la mujer volvió con ellos.
— Toma cariño — le habló a Hoseok acercandole algunos bocadillos —. Pero cuéntanos, ¿cómo está tu madre? — preguntó la mujer tomando uno de los bocadillos que había llevado.
— Ella murió, hace algunas semanas, en mi cumpleaños — murmuró, evitando el nudo en la garganta que aún se le formaba.
— Oh cariño lo siento mucho — la mujer dio un abrazo, Hoseok se dejó envolver en aquellos brazos que de alguna manera le recordaban a su madre, pues más de una vez la madre de Yoongi se había comportado de esa forma cuando se caía o se sentía mal.
— Gracias, estaré mejor — Hoseok se apartó un poco obligándose a sonreír —. Volví aquí por que deseo encontrar a esa persona especial, ya sabe, poder ver los bonitos colores de mi ropa — añadió Hoseok sin dejar de verlo.
Aquello último le hizo eco en la mente a Yoongi, recordando aquellas palabras, como si le hubieran sido dichas, ¿pero por quién?
La mujer se alejo después de unos minutos, dejándolos solos nuevamente, solo se observaban de vez en cuando, era menos incómodo cuando la madre del mayor se encontraba con ellos.
— Ahora entiendo por qué dejaste de responder mis llamadas y por qué dejaste de hacerlas — Hoseok se puso de pie, bebiendo el último trago a su bebida, sacó un pequeño presente envuelto en papel, el no conocía el color, pero esperaba que fuera un tono bonito —. Feliz cumpleaños Yoon — sonrió y se alejo, dándole las gracias a la mujer para segundos después salir de la casa.
Yoongi observó el presente, quizá no era buena idea abrirlo ahí frente a todo, se disculpo un momento y se marchó a su habitación, una vez a solas quito el papel, revelando un marco tallado en madera, muy bonito, pero eso no fue lo que captó su atención, en realidad era una foto, de él, cuando era pequeño, sonriendo sosteniendo un peluche, con forma de una especie de galleta, con ojos y una sonrisa, no recordaba haber tenido aquel peluche.
Pero el niño que estaba a su lado, sostenía un peluche, de color lila con azul, con forma de un caballo, o alguna criatura similar, con el rostro cubierto y un corazón en su nariz.
Aún sosteniendo la foto se acercó a una pequeña repisa, aquel peluche que sostenía aquel niño, era el mismo, no había duda.
¿Por qué el lo tenía?
Tomo el peluche y bajó por las escaleras, cuidado de no ser visto por su madre, salió de la casa, solo debía cruzar la calle para llegar a la persona que quizá le daría respuestas.
Se quedó quieto frente a la puerta, probablemente era mala idea, pero quería esos recuerdos de vuelta, quizá aquello le daría respuestas.
Llamó una vez, escucho pasos acercándose, para después volverlo a ver.
¿A caso quería besar a aquel chico llamado Hoseok?

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A Life of Colors - Yoonseok
FanfictionEn un mundo en el que sólo puedes ver en blanco y negro desde que naces, hasta que encuentras a esa persona especial en tu vida. Yoongi cree encontrar a esa persona, pero cuando se encuentra con aquellos ojos y su mundo se ilumina de colores brillan...