13

416 61 0
                                    

Yoongi fue el primero en despertar, a pesar de haber dormido después que Hoseok, tomó sus gafas, observándolas detenidamente, volteo al menor, se veía demasiado tranquilo y lindo durmiendo a su lado.

Recordaba las palabras de Nam, pero en el fondo tenía miedo, miedo de que Hoseok no pudiera ver los colores por él, sintió como él menor se movía a su lado, rápidamente se coloco las gafas.

— ¿Qué hora es Yoonie? — La voz de Hoseok sonó rasposa, demasiado sexy.

— Cerca de las ocho de la mañana — respondió Yoongi viendo el celular.

— Hay que dormir más, eres demasiado cálido — murmuró Hoseok pegando se un poco más al mayor.

— ¿Cómo un gatito? Siempre lo decías — sonrió Yoongi acomodando un poco el cabello despeinado de Hoseok.

— ¿Lo recuerdas? — Hoseok abrió sus ojos observándolo.

— Ya recuerdo más cosas, algunas más borrosas que otras, pero recuerdo que me llamabas gatito y yo te decía ardillita, por la forma que toman tus mejillas cuando haces pucheros o cuando comes — sonrió Yoongi o pellizcando levemente las mejillas del menor.

— Ojalá que eso jamás lo hubieras recordado — reprochó Hoseok acomodándose en la cama.

— ¿Por qué? Es un lindo apodo bebé — Yoongi dejó un suave beso en los labios del menor.

— Gatito — respondió Hoseok sin dejar de sonreir.

— Está vez está cerrada la puerta y con seguro — lo beso despacio comenzando a acomodarse.

— No Yoonie — Hoseok negó y el pálido se detuvo sin dejar de verlo —. Necesitamos ir a hablar con tu madre, en eso quedamos ayer, tenemos que resolver esto y pronto, no quiero seguir escondido, solo verte cuando puedas venir — "te quiero para mi siempre", pensó, pero no dejo que sus labios terminarán su oración.

El contrario hizo un puchero y asintió, era verdad, necesitaba saber por qué su madre había hecho o dicho todo aquello, su primera opción era ir solos, pero Hoseok jamás accedería aquello.

— Vístete y te espero abajo, necesito hablar primero con Nam de algo — dejo un beso suave, para después separarse y salir, no se había cambiado, durmiendo con aquel pans que había decidido usar.

Bajo buscando a Nam, dejando tiempo para que Hoseok estuviera listo.

— ¿Tienes un segundo? — preguntó Yoongi al encontrarse con Nam en el comedor.

El menor asintió, separándose de una sesión de besos que tenía con su novio.

— ¿Qué pasa? — preguntó sin dejar de verlo.

— Tus gafas, ¿puedes prestarmelas por hoy? — Yoongi sonrió, había tenido una idea antes de dormir, algo que no le había comentado a Hoseok, pero que esperaba que funcionará.

— ¿Pará qué? Las tuyas las veo bien aún — respondió observando las gafas que traía Yoongi.

— No son para mí, son para Hoseok — Nam lo observó ahora sin entender aquello —. Si todo resulta como creo, más tarde te lo podré explicar más tranquilo, solo por favor, prestamelas — volvió a insistir y Nam accedió, esperaba que de lo que se tratara aquella idea diera resultados como Yoongi lo esperaba.

Nam subió para ir por las gafas, Yoongi observó a Kook que seguía sentado comiendo cereal.

— ¿Así que Nam? De haberlo sabido los hubiera presentado desde hace tiempo — murmuró Yoongi, seguía feliz por su amigo.

— Bueno, las cosas pasan por algo hyung, usted y Hoseok hacen también una muy bonita pareja, estoy seguro que son almas gemelas, pronto les llegará su momento, ya lo verán — sonrió para darle ánimos.

Kook conocía toda la historia, pues Nam le había contado las dos versiones, la de Hoseok y la de Yoongi.

— Sabe, yo nunca estuve de acuerdo con lo que su madre nos pidió después de aquel accidente que tuvo al caer por las escaleras — habló como si nada Kook, jugando con su cereal.

— ¿De qué estas hablando JungKook? — Yoongi se acercó prestándole atención.

Kook se quedó quieto, cruzando miradas con Yoongi, él creyó que cuando Nam le contó, sobre que Hoseok le había dicho que Yoongi estaba recobrando aquellos recuerdos, también había recordado aquello.

— Creo que no debí decir eso — respondió Kook, tomando su plato para alejarse de aquella situación, pero Yoongi lo siguió.

— Dime de qué estás hablando JungKook — volvió a preguntar, Kook se sentía acorralado, deseaba que Nam bajara pronto.

Pero Nam no estaba ahí, menos Hoseok, tomó una bocanada de aire para después dejarla salir, era mejor decir aquello ahora.

— Tres meses después que se fuera Hoseok, usted cayó por las escaleras cuando volvió a la escuela, al parecer estaba demasiado débil, por lo que su mamá le contó a la mía, casi no comía, sufrió varias heridas, pero una especula en la cabeza, tanto los profesores como muchos de nosotros nos preocupamos — Kook se recargo en la barra recordando todo aquello —. Un día, cuando fuimos a visitarlo, ya en su casa, antes de subir, su madre pidió que no te habláramos de Hoseok, que eso podría alterar te y ponerte mal, nosotros accedimos con tal de no hacerte daño — termino de decir Kook, esta vez dirigiendo su vista a Yoongi.

— ¿Eso les pidió mi madre? — cada vez aquella imagen que tenía de su madre se iba rompiendo un poco más.

— Si, como ya nunca volvió a mencionar a Hoseok, creímos que hacíamos bien para no hacerle daño, volvió a salir, sonreír, ser feliz, por eso nunca volvimos hablar del tema, su madre habló con la mamá de todos, para pedir lo mismo — Kook se sentía ahora culpable por haber accedido a aquella petición.

Yoongi iba a decir algo, pero escucho a Nam bajar, acompañado de Hoseok.

— Toma, espero te sean de ayuda como esperas — Yoongi tomo las gafas y asintió.

El pálido volteo a ver a Hoseok, no podía creer lo guapo que se veía con aquellas prendas, se acercó abrazándolo, un abrazo diferente, Hoseok lo noto y no dijo nada, devolviendo el abrazo, deja do un corto beso en su mejilla.

Nam se acercó a Kook, ambos observando la escena, era obvio que ellos estaban destinados a algo grande, ni siquiera decir que eran almas gemelas les hacía justicia a esa evidente conexión que se podía ver.

— Vamos — Yoongi se separó dejando cortos besos.

Hoseok asintió sin decir nada respecto al abrazo.

— Gracias Nam, nos vemos más tarde — murmuró Yoongi volteando a verlos, pudo ver una disculpa en la mirada de Kook, le respondió con una sonrisa para que no sé preocupara.

Yoongi salió de la casa sin soltar a Hoseok en ningún momento, Hoseok vio que el auto que había seguido a Yoongi el día anterior no estaba, por lo que era seguro salir juntos.

Se dieron un beso, un poco más duradero y profundo, antes de subir al auto y conducir hasta la casa de Yoongi, donde pronto todo acabaría por fin. 

A Life of Colors - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora