4

825 134 1
                                        

Hoseok lloro prácticamente todo el camino, había sido tonto creer que Yoongi podría ser su alma gemela, la persona que le daría color a su vida.

Salió del auto, entró a su hogar, tomando a Mang en su camino, hasta llegar a su cama, se dejó caer, abrigandose en las mantas.

Pero le parecía raro que no lo fueran, el había sentido aquella conexión, desde que eran pequeños como para no ser real.

Sacó su móvil llamándole a Jimin, aquel amigo que había hecho cuando se mudó.

— ¿Lo encontraste? ¿Los colores son tan bonitos y brillantes? — escucho en cuando la llamada fue atendida, no pudo evitar llorar un poco más, cubriendo sus labios —. ¿Hoseokie que pasa? — Jimin preguntó al otro lado de la línea preocupado por su amigo.

— Él, ya está con alguien, ya puede ver los colores — respondió mientras abrazaba con más fuerza a Mang.

Jimin guardo silencio, nunca se imagino ese resultado, el esperaba que Hoseok y ese tal Yoongi de verdad fueran almas gemelas, por el bien de su mejor amigo.

— Sabes, tengo algunos días libres, puedo ir a verte, te prepararé la sopa de dinosaurios que tanto te gustaba, mamá por fin me pasó la receta — habló Jimin y Hoseok sonrió, la mamá de Jimin solía darle de aquella sopa cuando estaba enfermo.

— Jiminie — habló estando más tranquilo, aunque el corazón seguía doliendo.

— Estaré mañana temprano, ahora descansa Hoseokie, estaré contigo a primera hora, llora esta noche, será la única oportunidad que tengas para hacerlo, mañana en cuanto pise en un pie de tu hogar no podrás hacerlo— Hoseok sonrió ante las palabras de su mejor amigo, solía decir aquellas cosas, en especial cuando el la estaba pasando mal.

— Gracias Jiminie — colgó después de despedirse, e hizo lo que Jimin le dijo.

Aquella noche lloro, hasta quedarse dormido, prometió hacerlo hasta que dejara de doler, pero era imposible.

Yoongi había regresado a su casa más temprano de lo previsto, no sé sentía nada cómodo en aquella fiesta, menos sentía bien evadiendo a Wendy cada vez que se quería acercar, para abrazarlo y besarlo, la chica se dio cuenta, terminado por no prestarle atención.

Decidió caminar a su casa, era tarde y hacía frío, pero necesitaba pensar en todo lo que estaba pasando, minutos después estaba frente al hogar de Hoseok, deseaba tocar y poder verlo, abrazarlo y decirle....

¿Qué le diría?

Hizo puño su mano y camino a su hogar, subiendo a su habitación en silencio para que su madre no despertara, se quedó observando un momento por la ventana, quizá podría verlo, pero todas las luces se encontraban apagadas, tomó a Shooky, que había dejado rápidamente en su hogar antes de irse.

Abrazo con cuidado el peluche, olía demasiado bonito, como a vainilla, el mismo olor que sintió cuando estuvo cerca de Hoseok.

Se acostó por fin, sin soltar el peluche, cerrando sus ojos momentos después, durmiendo al instante.

Se veía a sí mismo corriendo por el patio de su casa, riendo de manera escandalosa, detrás iba otro niño, Hoseok lo reconoció por la foto que había visto, parecían que ambos se divertían, la escena se reproducía como si el fuera un espectador, ya que parecían no notarlo.

— Quiero ser tu amigo siempre gigi — habló Hoseok sentándose en el pasto para por fin comer su helado.

— Y yo siempre seré tu amigo hoba — el Yoongi pequeño también tomó asiento en el pasto comiendo su helado.

La escena cambió, ahora Hoseok se veía más grande, pero aquella bella sonrisa era inconfundible, se encontraban esta vez en una habitación, no la reconocía, por lo que imagino era de Hoseok, ambos recostados en la cama, compartiendo unos auriculares escuchando canciones mientras comían frituras.

— Hoba — aquel Yoongi habló haciendo un puchero.

Le pareció extraño verse a sí mismo haciendo aquel gesto, no era algo común en él.

— Solo una canción más y dormiremos, sé que te encanta dormir, pero lo haremos enseguida — respondió Hoseok acomodándose.

Pudo ver los peluches.

Hoseok cumplió su palabra y después de una canción durmieron.

La escena se volvió obscura, esta vez ambos eran más grandes, estaban jugando en la habitación, entonces Yoongi resbaló, cayendo al suelo, entre risas de Hoseok.

— Deberías ayudarme — habló Yoongi estando en el suelo.

Hoseok accedió entre risas, pero cuando le tendió la mano a Yoongi este solo lo jalo al suelo, escuchando esta vez la risa de ambos.

Yoongi observó detenidamente a Hoseok, de un momento a otro se acercó besándolo, quedando sobre Hoseok, acorralandolo contra el suelo sin dejar de besarlo, minutos después se separó, disculpándose, se iba a poner de pie, pero fue entonces que Hoseok lo acercó, dejándolo debajo de él, besándolo nuevamente.

Minutos después ambos estaban sentados en la orilla de la cama.

— ¿Desde cuando? — Yoongi pregunto.

— Desde pequeños, pensé que era solo algo pasajero por nuestra amistad, pero me gustas de verdad y tenía miedo de no gustarte — respondió Hoseok jugando con sus manos.

— Tranquilo, también me gustas Hoba — murmuró tomandolo de las manos y acercándose a besarlo nuevamente.

Yoongi despertó, todo había sido un sueño, más bien un recuerdo llegando por fin a su mente, entonces era real, ellos se conocían, se gustaban, ya se habían besado y al parecer varias veces.

¿Por qué entonces no lo recordaba?

Si eran recuerdos tan bonitos, por que no estaban en su mente.

Suspiro colocándose las gafas y poniéndose de pie, se cambió rápidamente y se acercó a la ventana, ya había movimiento en la casa de Hoseok.

Deseaba hablar con él, quizá podría conseguir más información a ese pasado del que parecía ignorar.

Salió a toda prisa, pero se detuvo antes de cruzar la calle, Hoseok abrazaba a un chico y sonreía, aquella sonrisa de corazón tan bonita en él.

Vio como aquel desconocido entraba al lugar junto con Hoseok, mordió su labio, pero deseaba y necesitaba hablar con él.

Cruzó la calle y llamó a la puerta, los nervios recorrían todo su cuerpo, escucho algunos pasos, para después ver al desconocido.

— Estoy buscando a Hoseok, soy Yoongi— habló tratando de ver hacia adentro del hogar, pero el contrario fue más rápido y cerró la puerta.

— Mi novio esta ocupado. ¿Necesitas que le diga algo? — Yoongi retrocedió negando al escuchar aquellas palabras y camino de vuelta a su casa.

Jimin regresó con Hoseok después de haber abierto la puerta.

— ¿Quién era? — preguntó Hoseok regresando del baño.

— Un tal Yoongi — respondió sabiendo de quién se trataba.

— ¿Jimin qué le dijiste? — Hoseok camino a la puerta para ver si aún podía verlo.

— Nada malo querido novio — habló Jimin tomando las bolsas para preparar la sopa.

A Life of Colors - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora