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Se observaron por algunos segundos sin decir nada, hasta que Hoseok bajo la vista, observando el peluche que Yoongi traía.

— ¡Mang! — grito casi emocionado y tomó el peluche entre sus manos.

— ¿Mang? — Yoongi lo observó, desechando aquellos pensamientos de besar al chico.

— Tu elegiste ese nombre, yo deseaba algo como Sol, pero dijiste que llamarlo Mang se escuchaba mejor — Hoseok sonrió aún sin soltar al peluche.

— ¿De verdad? — Yoongi sonrió, una sonrisa de encías, de aquellas que Hoseok amaba demasiado ver.

— ¿Quieres pasar? Supongo que quieres saber de la foto y sobre el peluche — Hoseok se hizo a un lado, aún teniendo entre sus brazos a Mang, mientras el pálido entraba.

Minutos después Yoongi estaba sentado en el sofá, admirando la bonita y sofisticada sala, tenía detalles elegantes, pero al mismo tiempo coloridos.

Hoseok le había pedido un momento, para después perderse de su vista al subir las escaleras. Mientras tanto tomó el peluche entre sus manos, muchas veces se había preguntado cómo lo había obtenido y en otras ocasiones había pensado en regalarlo, pero algo le decía que no era correcto, que debía conservarlo.

Iba a abrazar el peluche, pero lo dejó en el sofá cuando escucho a Hoseok bajar, para después tomar asiento a su lado.

— Bien, primero que nada, creo que es buen momento de devolverte a Shooky — Hoseok le entrego aquel peluche en forma de galleta —. Es de chispas de chocolate, es asustadiza y odia el chocolate, como tú — habló Hoseok mientras el pálido tomaba el peluche entre sus manos.

— ¿Tú elegiste el nombre? — cuestionó Yoongi observando el peluche cuando lo tuvo cerca.

Hoseok asintió, sin perder de vista al mayor, recordando lo mucho que le gustaba observarlo cuando eran pequeños, como fingía colorear a su lado, con la única intensión de poder verlo mejor y de tan cerca.

— ¿Por qué los tenemos intercambiados? — Yoongi volteo a verlo, provocando que Hoseok se perdiera por un momento en aquella mirada color avellana.

— Los intercambiamos antes de que me fuera, prometimos devolverlo cuando nos volviéramos a ver, supongo que ese día es hoy — Hoseok tomó nuevamente en sus manos a Mang, aquella no era toda la historia, pero Yoongi no estaba preparado aún para tanto, debía esperar un poco.

Yoongi asintió, por lo que comenzaba a entender ellos habían sido muy buenos amigos.

— ¿Por qué te fuiste? — Yoongi comenzaría con preguntas sencillas.

— Papá falleció en un accidente de auto, mamá comenzó a trabajar en una importante empresa, pero debíamos mudarnos para que le quedara más cerca — Hoseok suspiro ante el recuerdo de su madre.

El menor sacó un pequeño álbum, se acercó un poco más a Yoongi, provocándole una especie de escalofrío por tenerlo tan cerca.

— Son las fotos que yo tengo, tu tienes un álbum igual, o al menos lo tenias antes de irme — lo abrió comenzando a mostrarle las fotografías.

Yoongi ya no cabía entre tantas sorpresas, pudo verse dese pequeño hasta convertirse en adolescente, había un sin fin de fotografías, en la mayoría o casi toda salían juntos y felices, todo eran bellas sonrisas, por un momento Yoongi se sintió celoso de no tener todos aquellos recuerdos bonitos, parecía que veía su vida solo como espectador.

— Son bonitos los colores que usas en tu ropa — murmuró Yoongi viendo las fotografías.

Hoseok se tenso, estaba seguro que de haber estado de pie o con algo en las manos, habría terminado en el suelo.

— ¿Tú puedes ver los colores? — con mucho esfuerzo formuló la pregunta, trataba de respirar para que Yoongi no notará el dolor que aquello le estaba causando.

— Claro, puedo verlos por... — pensó por un momento, iba a decir que era por los lentes, pero debía guardar aún el secreto de Nam —. Es por una chica, mi alma gemela — añadió sin voltear a ver al menor.

Hoseok sintió un dolor en su pecho, aquello dolía más que el hecho que Yoongi no lo recordará, sintió sus ojos picar por las lágrimas que amenazaban con salir, respiro profundo y pasó sus manos por su rostro, tratando de desechar aquel sentimiento.

Observó atento al mayor, mientras este seguía ojeando el álbum de fotos.

Yoongi volteo a verlo, estaban más cerca de lo que pensó, hubo algo, que no pudo explicar, pero ya no se resistiría, se acercó un poco, Hoseok también lo hizo, ambos cerrando los ojos al estar tan cerca, sus labios chocando entre sí, en un suave vaivén, un beso pequeño.

Hoseok sintió aquella energía recorrer su cuerpo nuevamente, como si aquel fuera el primer beso con el mayor, en su mente llegaron tantos recuerdos.

Mientras que Yoongi, su cabeza comenzó a doler, como si su mente tratara de mostrarle recuerdos importantes que por alguna razón había olvidado.

Se separaron cuando se escucho el sonido de un móvil, ambos deseaban más, se podía ver en la mirada de los dos, Yoongi se acercó nuevamente, pero se detuvo cuando su móvil sonó nuevamente.

Se alejo pensando que quizá era su madre, pero al contrario de lo que creía, era Wendy, respondió enseguida, sintiendo la culpa nacer en su ser por haber besado y desear seguir haciéndolo, a alguien mas que no fuera su linda novia.

Después de atender su llamada salió casi corriendo de la casa, evitando que Hoseok dijera algo, sintió la brisa de la noche chocar con su rostro, después de unos segundos, comenzó a caminar, el taxi que había pedido se encontraba esperándolo.

Le dio la dirección, mientras él no dejaba de ver aquella casa, pasó las puntas de sus dedos por sus labios, recordando la sensación de los labios de Hoseok sobre los suyos.

Una vez llegó al lugar de la fiesta, bajo del taxi después de pagar, su novia lo esperaba afuera, se veía simplemente hermosa, se abrazaron sin pensarlo.

— Feliz cumpleaños mi amor — murmuró la chica para después besarle.

Yoongi entonces comparó aquel beso, aunque los labios de ella también fueran suaves, los de Hoseok le hacían sentir diferente.

Hoseok, debió de hablar con él, no sólo irse, trataba de pensar en su novia, no en aquel chico. Entonces sintió como si alguien lo observara, abrió sus ojos en medio del beso, observando a Hoseok, quien lo veía con lágrimas en los ojos.

Yoongi se separó de una manera un tanto brusca, su corazón le decía que se alejara de aquella chica, que fuera con Hoseok, que no dejara que llorara, pero su mente le decía lo contrario, que ella era la indicada.

Vio a Hoseok partir, con lágrimas en los ojos, mientras la chica le preguntaba si estaba bien, que si había visto a alguien, el solo asintió ante lo primero y negó a lo segundo.

Pará después entrar a la fiesta, un evento que ya no disfrutaría, pues había demasiadas dudas, demasiadas preguntas aún sin respuesta, demasiados recuerdos que le hacían falta y que antes no lo había notado. 

A Life of Colors - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora