¡Tío! #2

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Espero que les guste~

Nota: Lo dejare a su elección, mi gente ¿Qué personaje quieren que aparezca luego?

Nota-2: No duden en dejar sus ideas ^_^

Hay una extraña tensión entre el par de monos transformados y el hombre de anteojos, todos ellos sentados en una mesa de la esquina del restaurante, una aura pesada entre ellos. El demonio cerdo frunció el ceño, confundido ante toda la situación, pero estaba dispuesto a esperar a que estuvieran solos para exigir respuesta, sintiendo que era más importante alejarse de ellos para dejarlo lidiar con lo que sea que estuviera sucediendo.

-Hey, chico- Pigsy rompió el silencio, prestando atención al menor, mostrándole una suave y amigable sonrisa cuando este levanta la vista para mirarlo con curiosidad. Era pequeño y adorable, con ojos brillantes, se preguntaba como era posible que ese niño tuviera algún tipo de parentesco con Tang o siquiera lo conociera. -¿Tienes hambre?- hizo un gesto hacia donde estaba la cocina, MK asintiendo después de unos segundos de duda. -Te hare unos fideos y dejaremos a los aburridos hablar entre ellos, ¿si?- extendió su mano. El niño miro a sus cuidadores, sin saber si realmente debía ir o no.

-Ve, estaremos justo aquí- Wukong le dio una sonrisa tranquilizadora, un poco aliviado ante la idea ajena. El niño no necesitaba estar presente para una charla que no iba a entender. MK miro a Macaque como para una segunda opinión, recibiendo una suave sonrisa y un ligero asentimiento.

-Ok- se alejo de sus cuidadores, aceptando la mano que el demonio le extendía y empezando a caminar hacia el mostrador. -¿Qué es, señor Pigsy?- pregunto con toda la curiosidad del mundo y el demonio no pudo evitar bufar en silencio.

-Solo Pigsy, lo de "señor" me hace sentir viejo- bufo, divertido. -Soy un demonio cerdo, chico- la pregunta lo tomo desprevenido pero no lo demostró abiertamente.

-¿Eso significa que puedes gruñir?- y ahí es cuando el demonio no pudo aguantar, soltando una ligera carcajada pero ninguno de ellos presta atención a la respuesta, más ocupados en mirarse entre ellos.

-¿Eres un tritón?- Macaque rompió el ligero silencio, enarcando una ceja mientras analizaba al hombre que estaba sentado frente suyo. -No pareces uno...pero supongo que debes ser uno importante si tienes uno de esos- señalo la perla verdosa adherida a la pulsera que rodeaba la muñeca ajena.

-Eso me ofende- Tang frunció el ceño, moviendo la holgada manga de su ropa para cubrir el accesorio. -¿Él...les hablo de esto?- aunque estaba seguro que su sobrino era demasiado joven para entenderlo por completo, supuso que les dijo algo.

-Lo básico- Wukong tarareo. -Solo que eran perlas poderosa que usaban para defender a su pueblo...- si su cola estuviera presentes, la estaría moviendo de manera pensativa. -...pero estoy seguro de que lo usaban para algo más, ¿no?-

-Se descubrió mucho tiempo después la transformación que nos permitía- contesto. No debería hablarlo, era la advertencia de toda su gente, pero esos dos habían estado cuidando del pequeño tritón y supuso que darles algunas respuestas no podía doler. -La usamos...para mantenernos informados-

-Se supone que son informantes...- el domador de sombras golpeo con la -...pero algo salió mal- entrecerró los ojos, el hombre tensándose en su ligar. 

-No supe nada de ningún viaje de pesca, no me avisaron nada- negó. Eso le confundía, tenían un sistema, si alguno se enteraba de que los cazadores estaban por salir y descubría por donde estaba por ir, debían avisar para alejarlos o enviarlos para otro lado. -¿MK les dijo lo que sucedió?- el par se miro entre ellos.

-Dijo que los atacaron y que los estuvieron persiguiendo por unos días- el dios hizo una mueca, recordando como el menor murmuraba entre sollozos luego de tener pesadillas en sus primeros días. -Se llevaron a sus padres y lo lastimaron, así fue como lo encontré-

-Rayos...eso es malo- frunció el ceño, triste al pensar que esa pareja a manos de los cazadores, cerrando los ojos por un segundo y obligándose a empujar cualquier pensamiento negativo al fondo de su mente. Tenía que tener esperanza de que ellos estuvieran vivos y bien, que aun tenía tiempo para salvarlos. -Bien...- respiro profundo y los miro, recordando algo que había llamado su atención. -MK te llamo Monkey King...- llevaba mucho tiempo en la superficie, haciéndose pasar por humano, y recuerda las múltiples historias que había escuchado de ese nombre. -...pero eso es imposible porque significaría que eres...-

-...¿un dios?- Wukong sonrío enormemente, permitiendo que sus ojos destellaran en dorado, divertido al verlo sobresaltarse.

-Oh...- Tang estaba luchando, sintiéndose por un lado emocionado al poder tenerlo enfrente y darse cuenta de que todas aquellas historias eran reales pero por el otro estaba aterrado de tener a aquel ser poderoso y bromista allí. Que extraña suerte tenía su sobrino para terminar con nada más y nada menos que el gran sabio de la montaña. -Eso te convierte en...- su miedo solo creció cuando la sonrisa de aquel con cabello oscuro se agrando, afilado y burlón, las sombras a su alrededor haciéndose más espesas y oscuras por un segundo. -Si, bien, ya sé quien eres- sudo. En serio, ¿su sobrino había terminado al cuidado del gran Sun Wukong y del aterrador Six-Eared Macaque? ¿Eso era buena o mala suerte? Ahora estaba preocupado.

Pequeño TritónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora