7. Testaruda

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Rosé

Son casi las dos de la madrugada cuando salgo del despacho de Jennie después de haber dejado el dosier, y para mi sorpresa, después de haber dormido tan solo cuatro horas esta noche, por la mañana me despierto como una rosa. Desayuno con Misuk y otros profesores y aquí descubro que ese mal carácter tanto de una como de la otra es algo bastante habitual.

—Vaya bronca te soltó ayer la señora Kim—comentan

—Sí, es bastante desagradable, creo que me tiene manía, pero bueno, ya se lo he entregado, la próxima vez no volverá a pasarme —afirmo

—No te tiene manía Rosé es así con todos —afirma Yun—ella y su mujer son muy secas con la gente, pero si encima haces algo que no les gusta se convierten en dos auténticas arpías, no dan su brazo a torcer para nada.

—Es cuestión de saber tratarlas —añade Misuk—una vez sabes cómo les gusta que hagas las cosas, es hacerlas así y punto, si todo está como les gusta no suelen ladrar mucho—bromea haciéndonos reír a todos

Me marcho a mi despacho sintiéndome más aliviada, al menos no son así solo conmigo, son antipáticas con todo el mundo las muy idiotas

—Chaeyoung—oigo a mis espaldas justo cuando voy a abrir la puerta.

Me giro sabiendo que es Jennie la que me ha llamado y aun así siento un intenso hormigueo en el vientre al verla

Cuanto más la miro más atractiva me parece. Lleva una camisa blanca con un par de botones desabrochados que resaltan sus pechos haciendo que mis ojos se vayan directos ahí sin molestarme en disimular.

—Pasa un momento a mi despacho por favor —me pide amablemente.

—¿Qué has hecho ahora? —susurra Misuk que pasa por mi lado en este momento.

No le contesto, pero me hace gracia su pregunta. Entro en el despacho, la observo mientras se sienta y cierro la puerta babeando al recordar su cuerpo sin ropa.

—Siéntate —ordena señalando la silla.

Durante un momento me mira con ojos hambrientos haciéndome saber que me desea y eso me gusta, saber que  se siente atraída por mí me levanta el ánimo y me aumenta el ego un poco.

—Eres una testaruda—suelta de pronto con mi dosier en la mano.

—Solo hago mi trabajo —sentencio.

Se inclina hacia delante, deja el dosier a un lado y entrelaza las manos sobre la mesa mirándome más seria que nunca. Eso me pone muy caliente.

—Te debo una disculpa chaeyoung, fui muy radical contigo ayer, como mínimo debí concederte el beneficio de la duda y no lo hice.

—¿Habla de la bronca de la mañana o la de la tarde señora Kim? — pregunto con ironía y el gesto tan serio como el de ella.

—De la tarde, lo de la mañana no tiene excusa, no me gusta que la gente llegue tarde, me hace pensar que no se toman su trabajo en serio.

—¿Cree que me tomo mi trabajo a la ligera? —pregunto ofendida.

—Yo no he dicho eso.

—No hace falta—ladro.

—Mira, no sé porque llegaste tarde, y estoy segura de que la primera a la que no le gustó ese hecho fue a ti, solo te pido que no vuelva a repetirse, nada más.

Me falta el aire, es la primera vez que tengo una conversación con ella, al menos una que no tenga que ver con sexo, y me gusta tanto tenerla delante dedicándome su atención que tengo que contenerme para no levantarme, ir a su lado de la mesa y meter mi lengua en su boca para callarla y pedirle que me folle otra vez.

—No se repetirá —aseguro entre dientes.

—Bien, en cuanto a lo de la tarde, lo siento, siento no haberte creído y siento haberte hablado mal.

—Gracias.

—Es lo mínimo, y oye, que sea la última vez que te quedas hasta tan tarde, hablo en serio.

—Tenía que hacer un trabajo —susurro

Es todo un detalle que alguien como ella se haya disculpado, pero yo sigo estando dolida y quiero restregárselo un poco más. Reconozco que tengo ganas de discutir, en el fondo me pone mucho ese mal carácter que tiene

—Creo recordar que te dije que te daba tiempo hasta el viernes —dice molesta.

Estoy molestando a la fiera y eso me está divirtiendo aunque mi cara siga muy seria.

—Claro, lo dijo después de saber que no mentía a través de Misuk.

—Mierda chaeyoung, me desesperas te lo juro —dice poniéndose en pie.

La cara interna de mis muslos temblando

—Ya me he disculpado —dice sinceramente.

—Lo sé, y se lo agradezco, lo único que me pregunto es cuánto tardará en volver a tratarme igual de mal que ayer.

Se queda mirándome aturdida, por primera vez Jennie Kim no sabe que contestarme, vuelve a sentarse y nos miramos unos segundos hasta que yo rompo el silencio.

—Gracias por sus disculpas señora Kim, si ha terminado me vuelvo a mi puesto, tengo trabajo atrasado porque ayer tuve que pasarme todo el puto día haciendo unos informes —murmuro con ironía mientras me pongo en pie y me acerco a la puerta.

—Maldita sea Chaeyoung—dice riendo y negando con la cabeza como si quisiera matarme.

Es la primera vez que la veo reír de verdad, me contagio de su risa y me quedo embobada mirándola.

—veo que quieres pelear... —añade.

ALGO DE TRES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora