Las ocho, las nueve, las diez, las diez y media... Todo el mundo se ha marchado hace más de una hora y a mí todavía me falta una tercera parte para terminar, tengo molestia en los ojos, los noto enrojecidos y me pican, me sigue doliendo el estómago y tengo un dolor de cabeza terrible además de un cabreo importante. Me levanto para volver a la cafetería, necesito más café o me dormiré sentada en la silla, pero justo cuando estoy estirando el brazo para coger el pomo de la puerta, esta se abre de golpe y me doy un susto de muerte al ver a Jennie y a Lalisa al otro lado.
—¡Joder! —grito dando un paso atrás
Por poco me da un infarto. ¿Qué mierda hacen aquí a estas horas?
—¿Qué haces aquí todavía Chaeyoung? —pregunta Lisa con tono suave.
Me sorprende mucho que sea amable, porque estoy comenzando a acostumbrarme al hecho de que ambas tengan cambios de humor, lo que me sorprende es que me hable ella y no su mujer.
—Trabajar —contesto de mal humor.
Si yo tengo que soportarlas a ellas, ellas también van a tener que soportarme a mí, y si no que me despidan, ahora mismo me siento tan impotente y cabreada que me da igual si me echan a la calle, de hecho estaría encantada, porque entonces les soltaré cuatro cositas que pienso sobre ellas.
—Es tarde, vete a casa —ordena Jenn también muy dócil.
—Me iré cuando acabe—respondo mirándola a los ojos enfurecida.
Me abro paso entre las dos para encaminarme por el pasillo hacia la cafetería y por poco me deshago cuando siento el aroma de ambas envolverme, ese olor fresco y dulce que desprenden me trae unos recuerdos increíbles. Aun así me mantengo firme y no las miro, paso por su lado haciéndome la digna me voy a la cafetería con la cabeza alta y atacada de los nervios al sentir sus tacones mientras me siguen por el pasillo. Me detengo ante la máquina de café, echo el dinero por la ranura y aprieto el botón del café
—Si bebes café a estas horas no dormirás —me advierte Jenn.
La miro encendida, pero más por la rabia que por el deseo. Ese puto comentario me desata, es la gota que colma el vaso y arremeto contra ella llena de rabia.
—Si duermo o no duermo es solo asunto mío señora Kim, me lo ha dejado muy claro esta mañana, ¿recuerda? —digo enfurecida.
—Contrólate Chaeyoung —me advierte Lisa
—¡No quiero! —le grito—no he visto ningún puto cartel colgado que diga que no puedo quedarme fuera de mi horario, voy a recuperar la media hora de esta mañana y unas cuantas más por si se me ocurre dormirme otro día, ¡no quiero deberles nada! —digo tuteándolas con los ojos bañados en lágrimas.
Me giro de nuevo hacia la máquina, no quiero que me vean, mi orgullo ante todo. agarro mi café y paso por su lado para volver a mi despacho. Entro y cierro de un portazo, pero no he llegado a mi mesa todavía cuando la puerta se abre y las dos entran sin permiso. ¡vaya ejemplo! Dejo mi café sobre la mesa, me tiembla tanto el pulso que me da miedo que se me caiga al suelo.
—¿Qué quieren? —pregunto con cierta desesperación.
Las dos están en mi despacho y no hay nadie en toda la planta, estoy enojada, pero saber eso me eriza el vello y me excita, de nuevo me encuentro a solas con ellas y a pesar de que tengo ganas de estrangularlas me muero de ganas de repetir lo que pasó aquel viernes en su casa.
—Misuk me ha dicho que era cierto que no sabías lo de la reunión — confiesa Jennie
Eso me cabrea más todavía.
—Perfecto —digo haciendo aspavientos con las manos ante la mirada demoledora de Lisa —a ella si la crees, ¿no? Si te lo dice Misuk es cierto pero si te lo digo yo soy una puta perra que no quiere hacer su trabajo — contesto con indignación.
—chaeyoung ya—interviene Lisa —deja de gritar y haz el favor de hablar bien
—dice caminando hacia mi mesa mientras yo la persigo con la mirada encendida. Que sexy es joder.
—Ha sido un mal entendido, no quiero que te quedes trabajando hasta tan tarde, cuando acabemos te irás a casa y lo haces tranquilamente durante el resto de la semana, entrégamelo el viernes —sigue Jennie
—¿Cuando acabemos qué? —pregunto aturdida.
Pero no me contesta, sonríe ligeramente con los ojos achinados y mira a su mujer. Me entra mucho calor, comienzo a arder y a temblar, mis fluidos vaginales aparecen como una oleada, mi cuerpo se está preparando para recibirlas y la respiración se me corta cuando me giro y veo a Lalisa Se ha sentado en mi silla y en cuanto me ha mirado he comprendido que estoy perdida, me giro para ver a Jennie otra vez y antes de que pueda decirle nada agarra mi cara entre sus manos y su lengua se estrella con la mía que sale a recibirla con desesperación. Siento las hormigas recorrer mi vientre y el corazón latiéndome en la vagina me devora la boca mientras me empuja hacía la pared, camino a ciegas dejándome guiar por ella hasta que choco con algo y me detengo muerta de excitación, Lisa esta con la espalda pegada a la pared y me ha agarrado por la cintura haciendo que mi espalda se pegue contra sus pechos mientras la mano de Jennie se cuela por debajo de mis pantalones y mis bragas echa su cuerpo hacia mí mientras me toca y me besa a la vez, e Lisa deja mi cintura para cogerme las manos y prohibirme tocar a su mujer, pero eso lejos de cabrearme me excita más, sentirme prisionera en medio de las dos mientras Jennie hunde sus dedos entre mis pliegues me mata de gusto, y todo esto va a peor cuando Lisa comienza a susurrar en mi oído, mientras sus dedos se entrelazan con los míos y yo respiro cada vez más agitada...
—Mi mujer va a follarte Chaeyoung... —afirma.
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ALGO DE TRES
Fiksi PenggemarPark Chaeyoung es una joven con cierta tendencia a enamorarse siempre de la persona equivocada. En la actualidad, está soltera y buscando empleo, pero dominar a la perfección cuatro idiomas le ha valido para encontrar trabajo en una importante red d...