Capítulo 10

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Pese a sus buenas intenciones de hacer las cosas bien y de manera honesta, Remus no tuvo oportunidad de entablar con Lawrence una plática seria sino hasta casi finales de la semana entrante, cuando por fin en viernes se les facilitó la tarde libre para salir a pasear a los jardines y charlar a solas sin interrupciones, pero quiso su suerte que esa mañana el cielo amaneciera nuboso en el gran comedor, y que para mediodía se desatara una gran tormenta que con su consabido diluvio puso fin a sus planes incluso antes de que empezaran.

—No te preocupes, seguro que pronto escampa —intentó Peter consolarlo, pero su talento como hombre del clima era nulo a juzgar por las nubes que se arremolinaban en el cielo y la constante caída de agua que atronaba contra los cristales del castillo.

—No será fácil entrenar mañana con todo este lodo en el campo —dijo James, para quien su única preocupación era la temporada de Quidditch que estaba próxima a empezar—. ¿Y si citas a Lawrence en alguno de los invernaderos? Así tendrán privacidad y la lluvia no los molestará.

—¿Y dejar que Moony esté a solas con Larry? —Intervino Sirius en un tono un poco más alto que el resto, lo que le hizo ganador de una amenaza de detención si no prestaba atención en clase.

Alicaído porque no quería prolongar más aquel terrible asunto, Remus por poco pasó por alto la grulla de papel que se elevó desde el asiento de Sirius hasta el suyo, pero alcanzó a atraparla antes de que les volvieran a llamar la atención, y al desdoblarla encontró el mensaje que su amigo le había enviado.

"Después que termines con Lawrence vayamos por el pasadizo secreto a Honeydukes. Después de cada rompimiento, lo mejor es chocolate", y más abajo, "p.d. Invito yo y no acepto excusas".

Remus no escribió nada de vuelta simplemente porque no quería comprometerse a nada. Por todo lo que sabía, su reunión con Lawrence lo dejaría agotado, y sin ánimos como para una visita a Hogsmeade, incluso bajo la promesa de chocolate gratis.

Al final de la clase, Remus consiguió ser el primero en salir, y haciendo un excelente trabajo de evasión consiguió separarse de sus amigos y llegar con tiempo al sitio donde tenía previsto reunirse con Lawrence, que al igual que él ya se había desilusionado de su paseo por culpa del clima.

—Espero no te importe mojarte un poco —le advirtió Remus al tirar de su mano hacia el exterior, y porque la cabeza de Sirius entre el mar de alumnos resaltaba mientras los buscaba, no hesitó en guiarlo fuera del castillo, guarneciéndose bajo los costados del castillo mientras se dirigían a la carrera a los invernaderos.

Tal como había sugerido James, eran el escondite perfecto pues las plantas les protegían de miradas indiscretas, y adentro el repiquetear de la lluvia contra las paredes y el techo era casi rítmico.

—Lo siento —se disculpó Remus una vez estuvieron a resguardo—. Quería que saliéramos del castillo lo antes posible o...

—Era de Sirius del que huías, ¿o no? —Inquirió Lawrence, y Remus asintió.

De pronto Remus se percató de que su mano todavía sujetaba la de Lawrence, pero al querer soltarlo, éste se negó.

—Uhm, ¿pudiste resolver el mensaje secreto? Sé que no era nada fuera del otro mundo, pero...

—Sí. Respecto a eso... —El agarre de Lawrence se intensificó—. Lo siento. Yo-...

—¿No estás interesado en mí como hombre o en mí como persona? —Preguntó Lawrence, por fin dejando ir la mano de Remus y mirándolo directo a los ojos—. Espera, no me digas, creo que ya tengo la respuesta... Se trata de Sirius, ¿no es así?

Remus le miró con auténtica sorpresa. —¿Qué?

—¿Es Sirius quien te gusta, verdad?

Con la garganta seca, Remus apenas alcanzó a articular su siguiente pregunta. —¿Qué te hace pensar eso?

—Bueno, aparte del hecho evidente de que tú le gustas y yo soy un impedimento entre ustedes dos...

—¿Qué yo le gusto a Sirius? Por Merlín...

—Pero no dices nada respecto a si él te gusta —señaló Lawrence su omisión, y Remus sintió cómo la sangre se la agolpaba en las mejillas—. Está bien. Ya me habían prevenido de esto.

—¿Quién?

—Algunos compañeros de Hufflepuff, algunos Gryffindor y uno de tus amigos.

—¿Quién? —Volvió a insistir Remus.

—James —respondió Lawrence—. Me advirtió que todavía era pronto para ustedes dos, y que con el tiempo llegarían a ser conscientes de sus sentimientos. De paso me pidió que no interviniera, pero... Creí tener mi oportunidad y la tomé. ¿Hice mal, Remus?

Remus no encontró una respuesta razonable. —No lo sé... Yo a Sirius no-... —Pero se interrumpió, pues había faltado un pequeño tirón a la venda que llevaba sobre los ojos para que la verdad se revelara por sí sola, e igual que un botón de rosa esperando el momento para abrirse, el amor que Remus sentía por Sirius floreció de golpe en su pecho.

Pétalos y espinas en uno, en una epifanía que no pasó desapercibida para él.

—¿Al menos podemos ser amigos? —Pidió Lawrence, que a diferencia de Remus lo estaba llevando mejor que éste—. Seguro que a Sirius no le agradará, pero puedes tranquilizarlo, ya no iré detrás de ti.

—Creo que has malentendido todo entre Sirius y yo —farfulló Remus con dificultad—. Nosotros no somos... no tenemos esa clase de amistad... Y si fue James quien lo dijo, entonces James está equivocado.

Lawrence denegó con la cabeza. —No lo creo. Apenas tengo un mes en Hogwarts y puede que todavía no me haya memorizado la ruta más segura a todas mis clases, ni a dónde conduce cada escalera móvil, tampoco dónde está mi lugar en este sitio, pero... No estoy ciego. Desde aquella tarde que vi salir a Sirius de detención y la manera en que me miró como si no fuera digno de tu atención... De cómo te miró a ti... Podrías entenderlo.

—No lo creo —desestimó Remus la noción, que por haber recibido él mismo la repentina revelación de tener sentimientos por Sirius más allá de lo platónico, le costaba asimilar el caso contrario.

—Tal vez no ahora, y tampoco mañana. Pero pronto...

Al final, él y Lawrence se separaron en buenos términos. Seguro un poco de tensión se permearía en su trato por las siguientes semanas y les costaría volver a habituarse el uno al otro, pero con entereza saldrían adelante porque antes que nada habían sido amigos y en sus planes estaba el continuar siéndolos.

Que en el caso de él y Sirius... Remus se abstuvo de lanzar conjeturas y mejor esperar.

Con C de Celos y Cicatrices [Wolfstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora