Capítulo 16

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Con una facilidad que costaba creer que hubiera tomado segundos tras una agónica espera de años, Remus y Sirius empezaron aquella relación que durante sus años de escuela se vio postergada a su vida post Hogwarts, y después por la guerra contra Voldemort los doce años que Sirius pasó en Azkaban y uno más huyendo hasta afincarse en Grimmauld Place.

Y el que el retorno de Voldemort hubiera podido ser un tercer impedimento no le pasó por alto a ninguno de los dos, del mismo modo en que coincidieron que ya habían esperado suficiente, y que si iban a jugarse la vida por el bien común, al menos lo harían teniendo al otro como prioridad para conseguirlo.

—Y Harry —agregó Sirius horas después de aquella declaración amorosa en la cocina, él y Remus encerrados tras una puerta y tres hechizos para asegurarse privacidad absoluta.

—Y Harry —confirmó Remus, pues antes que ellos mismos, era su prioridad mantenerlo sano y salvo.

De los nuevos arreglos y cambios que trajo su recién estrenada relación como amantes hubo poco y mucho a la vez. El trato continuó como siempre, no así los besos; la amistad se fortaleció, también su vínculo de amantes; mantuvieron los roces casuales, pero los aderezaron para la intimidad...

Y en un sorpresivo giro de los hechos, resultó casi risible cuando sin tanto conflicto se tendieran desnudos de lado a lado en la cama y no tuvieran claro cuáles iban a ser las reglas del juego.

—Promete no reírte de mí...

—Esa línea debería de ser mía.

—Pero yo... nunca antes... con nadie...

—¿Eres virgen?

Asentimiento.

—¡Por las barbas de Merlín! —Y luego una risa ronca—. Yo también. Hubo oportunidades, pero nunca tiempo. O ganas...

—Lo sé.

—Y no eran lo que quería.

—Sé bien a qué te refieres.

—De algún modo...

—Te esperaba...

Y no habría podido haber admisión más honesta que esa incluso aunque bebieran veritaserum.

De esa primera vez en que se limitaron a acariciarse hasta alcanzar el orgasmo vinieron otras mejores, en donde no se contaron al momento de explorar el cuerpo de su compañero ni pedir de éste lo que más placentero les resultaba. Hicieron el amor, y dejaron que el mismo amor les diera forma, y en un acuerdo tácito que algunas noches en las que yacían de espaldas mirando la luna crecer y decrecer por su ventana se convirtió en implícito, coincidieron en que habías esperado lo suficiente, quizá demasiado, pero que a la vez habían hecho lo correcto.

—Y en la próxima vida podemos agradecerle a Prongs su consejo —dijo Sirius con Remus acurrucado en la curva de su brazo.

—¿Es que crees en reencarnaciones?

—Creo... —Sirius frunció el ceño—. Creo que nos volveremos a encontrar. Ya no en esta vida, puede que no en la siguiente, pero en alguna... O en algún punto intermedio. Quiero creer que ese no fue el final de nuestra amistad, ¿sabes, Moony? James tuvo a Lily y fueron felices, así que yo quiero decirle que te tengo a ti y que no hay nada mejor en este mundo que eso.

—Y Harry.

—Y Harry.

Si alguien de la Orden del Fénix se enteró de ellos dos y de su recién descubierta relación romántica, nadie dijo nada. Y aquel invierno y primavera de 1996 se contó como uno de los mejores para Remus y Sirius, excepto que cuando junio llegó a su fin y con ello el poco tiempo con el que contaban, siendo la partida de Padfoot la más dolorosa por la que Moony hubiera tenido que pasar.

El dolor, la pérdida de su compañero, del último miembro y el más importante de su manada, envió a Remus a la más honda de las desesperaciones, y de vuelta a la superficie de aquel mar de miseria que amenazaba con ahogarlo porque a su cargo estaba Harry, y se lo había prometido... Se lo había jurado...

En honor a esos meses que habían sido la luz de la oscura vida que le restaba, Remus honró su palabra al recuerdo de Sirius.

Y cuando fue el momento de reunirse con él, de cruzar su propio velo y reunirse de vuelta a su lado, pudo sin culpa alguna enterrar la nariz en su cuello y afirmar que habían cumplido su cometido con Harry. Con James y Lily como testigos, pues los cuatro acudieron a su lado durante la batalla final con la piedra de la resurrección, y después...

Después la eternidad y con ella el tiempo que se les resarcía. Juntos para siempre.

FIN

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Holaa! Primera historia que publico y termino, se que no es el final más feliz del mundo pero encuentro una gran semejanza a lo que creo que es el amor entre estos personajes! Espero que les haya agradado y se animen a votar o a comentar si así fue.

Saludos de una friki!

Con C de Celos y Cicatrices [Wolfstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora