♥Amorometro♥ [BraArg]

Halagar 💋

Después de ese día el argentino y el brasileño no se habían vuelto a ver, claro que cuando dos países se reencuentran es por dos o si se puede tres, uno: Juntas con la ONU. Dos: Juntas por acuerdos políticos o Tres: Motivos personales.

Y claro que se volvieron a ver en una de las juntas de la ONU que es solo una vez al mes, y que lugar más hermoso para ir a una justa que nada más y nada menos que la ciudad del amor; París, Francia.

Claro que la ONU tenía muy buenas ideas para donde llevar acabo una junta.

Pero a alguien le resultaba un poco de cliché, a Argentina, ¿Por qué la vida tenía que ser un jodido cliché? El puede creer dos cosas, una, que en esa ciudad el brasileño se enamore de él o que se peleen y no se hablen y así los dos se extrañan no pueden vivir sin no se tienen el uno al otro, okey a lo mejor y si había visto demasiadas películas románticas o libros se podría decir, pero el no quería (a la vez si) que eso fuera un cliché, es bastante obvio lo que va a ocurrir.

El argentino pensaba que si era una oportunidad para así enamorar al brasileño o no, el sabe muy bien que el no es el único interesado en el brasileño, hay uno que claramente se muere por su enamorado, ese alguien tiene nombre; Australia.

El sabe muy bien que el es mucho mejor que Australia pero, tiene miedo de que aquel australiano se robe algo que ama.

— Weón, te encuentras bien? Te noto muy distraído, lo más seguro es que está pensando en el pololo.—el chileno comenzó a fastidiar al más alto.

— Te podrás callar? No tengo pololo, por lo mientras, claro, Quien no quisiera estar conmigo? Soy her...

— Tienes razón mejor hay que callarnos.

El argentino hizo un gesto de desagrado.

La aburrida junta empezó a comenzar, el argentino no prestaba mucha atención en la junta, ya que se encontraba pensando que hacer en la ciudad del amor, pensó por mucho tiempo, hasta que sabía que iba a hacer , se va a ganar el corazón del brasileño, no se iba a dar por vencido, el ama al de habla portuguesa, no piensa soltarlo

                            [....]

— Em..hola Brasil, cómo estás?—el argentino se dió las fuerzas para hablar con el brasileño, le va a contar lo que siente...o eso espera.

— Estoy bien Arge, y tú? Te veo muy, no sé pensativo—el brasileño hablo con una voz de preocupación, no quería que su amigo estuviera mal.

— Estoy bien, es solo que , quiero hablar contigo sobre algo.

— Es sobre...amor?

— Si, es sobre...amor

El brasileño llevo al argentino a un lugar más privado para hablar, en su cuarto de hotel se encontraban los dos platicando.

— Oye Brasil...no sé si tuviste una etapa en la que estabas muy enamorado de alguien, pero crees que ese alguien no se a dado cuenta que lo amas, pero sientes en el fondo de tu corazón que si sabe?—se encontraba viendo la vista que daba el hotel, se podía ver toda la ciudad, simplemente era una vista maravillosa.

— Yo, aunque no lo creas no e sentido ese sentimiento de amor, lo que quiero decir es que si hablas de ti y de México, le debes decir a México que lo amas—el brasileño se empezó a acercar al más bajo.

— ¡Es que ese es el problema!—el argentino le empezó a arder los ojos, quería llorar porque el brasileño no se daba cuenta de lo que sentía.

— No...no entiendo—el brasileño se quedó pensativo, no hallo respuesta de su pregunta— Oye... Pero lo que si entiendo es que tú eres alguien especial , atractivo, sorprendente, tu no tienes porque esperar a alguien que no se da cuenta de lo que sientes—el brasileño tomo las dos manos del argentino para que así la mirada del bicolor se centrara solo en el— La vista se ve más hermosa si tú estas en ella.—los dos se quedaron viendo por unos segundos, o quizá minutos, sus labios iban cortando la distancia entre ellos...

Tok tok

La puerta esta siendo tocada arruinado aquel momento especial para los dos quizá.

— Voy a abrir en un segundo regreso!—el brasileño se dirigió hacía la puerta, el argentino empezó a odiar a la persona quien hay sido por arruinar aquel momento.

— Hola Brasil!—el australiano saludo al ya nombrado.

— Hola, Australia?

— Quisiera hablar contigo—el oceánico fijo al mirada hacia el argentino— a solas.

— Eh yo, me voy

— Chao Arge.

— Chao Brasil