Explicaciones

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Llovía, no era el mejor de los climas, pero era lo suficientemente solitario como para poder pensar en las cosas, no quería más voces sonando en su mente o a su alrededor. Se sentía acorralada, todo esto le había hecho más consciente de que podía estar al final de su tiempo como deidad del olimpo y eso le hacía enfadar demasiado. Quería gritar, de hecho, lo hizo, fue tan potente que ahuyento a medio bosque, quería golpear a alguien, pero funestamente se dio cuenta que estaba sola, sin la caza, con Apolo lejos en su viaje, Hestia y Atenea estaban al margen desde que ella se había rehusado a cualquier clase de ayuda y simplemente estaba ella en el bosque húmedo y frío buscando una solución. No había nada que pudiera hacer.

El tiempo se agotaba.

Ella sabía que el plazo para poder concretar un matrimonio, que hiciera a un lado la mancha y los rumores sobre la situación que le tocó vivir, se acababa. Le repugnaba la calidad y cantidad de pretendientes que habían desfilado para pedir una oportunidad. Todos eran cerdos asquerosos que lo único que harían sería mancillar su cuerpo para su propio deleite y beneficio. No lo permitiría. Ella se había entregado a la idea de que no había escapatoria y que después de siglos protegiendo su virginidad finalmente tendría que desprenderse de ella para poder conservar su reputación y las cosas que le importaban intactas.

—Ni siquiera lo pienses —la voz de Artemisa saco de su estado de contemplación a Apolo quien la miraba bañarse por la lluvia mientras miraba la profundidad del bosque.

—No quería interrumpir —le respondió con una sonrisa un tanto nostálgica.

—Bueno, ya interrumpiste —esa era Artemisa, alguien que de momento no conocía la palabra amabilidad.

—Mejor vamos a cubrirnos de la lluvia —le dijo señalando la dirección donde había una vieja cabaña.

—Da igual, si vamos a hablar que sea aquí —Apolo asintió convocando un paraguas y se puso al lado de su hermana.

—Bueno, entonces debes saber que fracasé en mi misión —Artemisa suspiró con un poco de frustración, no era que no hubiera pensado que iba a fracasar, pero sinceramente necesitaba una buena noticia, no podía tener contacto con la caza y no podía usar sus poderes para nada, por lo que había llegado aquí con la ayuda de Hestia.

—Era previsible... —Apolo podía sentir la resignación, pero aquí estaba ella tratando de maquillarlo con una falsa seguridad de que todo iría bien.

—No siento que te preocupe —Apolo quería que Artemisa realmente estuviera preocupada porque lo que se venia para ella podría llegar a ser un suplicio eterno.

—Me preocupa de hecho, pero no esperaba que aceptara algo como eso —le respondió con una sonrisa burlesca encima.

—No dije que no pudiera darse —Apolo sabía por sus habilidades que había una posibilidad, pero que en ninguna manera era algo que pudiera controlar o conducir, era simple y puramente decisión de su hermana. —Veras, Percy no quiere esto... —dijo señalándola, ella respondió con una mueca de desagrado.

—¿A que te refieres con esto? —no podía creer que se había referido a ella como una cosa.

—No quiere esta versión de Artemisa —Artemisa se enfureció un poco, pero trato de hallar la poca cordura que quedaba dentro de ella.

—Es la única que hay, no pienso cambiar por él ni por nadie —sentenció para un Apolo que se llevaba la mano a la cara con frustración. Esperaba un poco más de cooperación por lo menos para maquillar las cosas.

—Esto será más difícil de lo que pensé —suspiró mientras la lluvia no tenía intención de cesar.

—Verás, Percy es el dios de los héroes, por lo que tu representas aquello que los héroes masculinos no desean ni cruzarse —Artemisa sonrió con gracia porque lo tomó como un halago.

Algunas cosas toman tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora