No, gracias

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Se escuchaban pasos dentro de la tienda, pasos nerviosos, luego se tornaron furiosos. Era Percy que no paraba de pronunciar toda clase de susurros inentendibles y de vez en cuando miraba a Apolo que lo miraba con un tanto de vergüenza por lo que acaba de ofrecerle, más aún cuando él sabía a qué se estaría metiendo Percy si aceptaba su petición. Pero él no podía pensar en nadie más para esta misión, era una misión de por vida y sin retorno. El divorcio no era precisamente algo bien visto en el Olimpo, por ello Afrodita seguía siendo esposa de Hefesto muy a pesar de sus conocidos deslices con Ares. Pero con Percy se sentía culpable.

Percy no dejaba de maldecirse en su interior por esta mala suerte que le había tocado vivir, jamás lo diría, pero desde que se había topado con Artemisa en esa escaramuza, sus acontecimientos solo habían sido desgracia. No podría decirlo por respeto a la memoria de Annabeth y por Thalia. Pero el pensamiento estaba latente dentro suyo y eso le molestaba, aunque todo este entrenamiento había más que productivo para poder despejar su mente y emociones de cualquier opresión y centrarse en lo por venir, tenía que hacerlo lo mejor posible para que todos estuvieran a salvo en las misiones, Travis se encargaría de ser su brazo para poder llevar a cabo todo lo que tenía en mente.

Las palabras de Apolo habían sido: "Puedes darle un hogar bien establecido al semidios que tienes en brazos y al ser un arquero pasaría completamente desapercibido su naturaleza y origen, todos salen ganando" se asqueó de las palabras de Apolo y también pudo ver que el mismo dios se había sentido extraño al escuchar como sonó su frase. La sola idea de sucumbir ante la propuesta de Apolo le revolvía el estómago, siempre había sido reticente al matrimonio, tampoco es que hubiera tenido un gran ejemplo en su niñez, pero ahora que su mamá estaba tan feliz con Paul sin duda quería ello, lo había planeado en su más profundos e íntimos pensamiento para Annabeth y el en un futuro no muy lejano, pero las cosas y el destino no habían ido en la misma dirección y eso era algo que le pesaba en el corazón, pero no por ello había renunciado a una familia propia. Tener a este bebé en brazos le hacía más consciente de que debía darle la mejor de las experiencias y alejarlo del peligro a como dé lugar. Travis ayudaría con ello y lo entrenaría para que fuera el mejor, sin necesidad de ser un dios, pero si el mejor para ayudar otros.

Mientras caminaba de una lado a otro su mente seguía pensando en un nombre adecuado para el bebé y salió un nombre un tanto extraño pero que le ayudaría a reconocer su herencia y a no avergonzarse de ella: Eskol, un lobo que persigue a la luna. No podía pensar en un mejor nombre para la forma en que fue rescatado y el contexto de su nacimiento.

—Por favor, Percy dime algo —Percy se detuvo en seco, titubeando se debía decir todo lo que tenía en la mente. Parte de su tiempo con Tritón y su padre en las profundidades habían sido clases de cómo actuar ante esta clase de situaciones que requerían la menor cantidad de palabras.

—No, gracias —dijo a secas, Apolo hizo una mueca de decepción, pero casi podía estar de acuerdo con él, pero aún asi no iba a rendirse de pedírselo, era por su hermana. —Y ni se te ocurra usar a niño para chantajearme —lo dijo antes que Apolo señalara la figura del bebé que estaba a gusto recostado.

—No era la idea, solo fue un pequeño incentivo —Travis le dio una mueca desagradable, pero Apolo no lo tomo en cuenta, porque sabía que era cruel hacerlo.

—Mejor para ti, te sorprenderías las cosas que hemos aprendido en este tiempo —Apolo sintió curiosidad de a lo que Percy se refería, pero fue la negación con la cabeza de Travis quien le persuadió de no preguntar.

—Lo que necesito es salvar el futuro de mi hermana —Si hay algo que Travis entendía que no era una conversación para opinar, sino solamente para escuchar, sabía cuál era la situación de Artemisa porque habían hablado de ello con Percy, una de las cosas que Percy odiaba era mantener secretos y el cómo su campeón tampoco se guardó nada para él.

Algunas cosas toman tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora