A la mañana siguiente:
-Phoebe, tengo un problema – dijo la rubia, mientras comía su tostada
-¿Qué pasó? – preguntó la pelinegra, quien a su vez, guardaba varias cosas en su cartera
-Me han mandado un correo electrónico
-¿Quién? – preguntó, prestándole mucha atención
-Mi jefe, de la empresa en donde trabajo...allá en Japón – respondió, dejando su desayuno de lado
-Oh es cierto, los días libres que pediste...ya se terminó ¿verdad?
-Sí, pero aún no puedo irme; porque Nicole aún sigue en el hospital – expresaba con preocupación – me han dicho que debo presentarme con urgencia
-¿Urgencia?...entonces, tienes que ir
-Pero...y ¿Nicole?...
-No te preocupes por ella, yo me encargaré
-¿Estás segura? – cuestionó – tal vez estés atareada con tantas cosas en el hospital
-Puede ser; pero, en las horas que esté ocupada, mandaré a una enfermera...todo estará bien – le respondió con una sonrisa, que infundió tranquilidad y confianza a la ojiazul
Minutos después, Helga se dirigió al hospital, para visitar a su hija y explicarle que se ausentará por unos días, luego de hablar con la pequeña, se fue hacia el aeropuerto para tomar el vuelo hacia Japón
Ese día, al rubio le tocaba entrar a trabajar en la tarde, así que antes de ir al hospital, había ido a almorzar a un restaurante con María, una mujer muy guapa de ojos color miel y cabello azabache, quien se desempeñaba como enfermera en el mismo hospital
-¿Y cómo te fue en tus vacaciones María? – preguntó el joven sin mucho interés y mientras cortaba su carne
-Muy bien, Anita se divirtió mucho y... te extrañó...al igual que yo – dijo mirándolo profundamente y tomando una de las manos del joven, entre las suyas
-Ah...¿y por qué no la has traído a almorzar con nosotros? – preguntó el rubio, acerca de la hija de seis años de su acompañante y soltándose del agarre con algo de diplomacia
-Pues – respondió con incomodidad por la reacción del joven – se quedó en casa de la vecina, hoy me reincorporo a las labores, después de un mes de vacaciones y por consiguiente, creo que estaré sumamente ocupada en el hospital...por eso no la traje conmigo; ya que después de este almuerzo, me iré de frente al hospital.
-Tienes razón...y hablando del trabajo, creo que ya es hora de irnos – dijo el hombre, poniéndose de pie y cogiendo su maletín
-Sí...vamos – respondió la mujer, haciendo lo mismo que él
Ambos subieron al auto del ojiverde, después de un par de minutos de viaje, el semáforo indicó el alto y mientras esperaban que la luz verde haga su aparición, el rubio observó, a través de su ventana, que había una tienda, en donde vendían juguetes y una muñeca que se encontraba en el aparador, llamó su atención, entonces sin decir nada, estacionó su auto y se bajó, minutos después, volvió a entrar a su carro, con una caja empaquetada en papel de regalo
-¿Y eso? – preguntó la mujer – ¿es para Anita? – volvió a preguntar con una sonrisa
-No, es para una paciente – respondió, empezando a manejar nuevamente
-¿Una paciente?...¿y desde cuando te involucras con ellos? – interrogó al joven, empezando a sentir celos; ya que ella solo quería que su hija reciba ese tipo de atenciones de parte del apuesto doctor con cabeza de balón
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VOLVER A EMPEZAR
Fanfic¿Tan difícil es dejar el pasado atrás y volver a empezar?...Pues para una rubia de ojos azules sí lo es. Después de varios años Helga vuelve a la vida de Arnold sin proponérselo y él busca por todos los medios el perdón de ella por aquello que le h...