CAP 12: Trámites de divorcio y terapia

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Eran cerca de las cinco de la tarde y una rubia, se encontraba sentada en una silla, dentro de la oficina del abogado Smith

-Nuestra cita era a las cinco de la tarde, ¿verdad? – preguntó el profesional

-Así es – respondió la ojiazul

De pronto la puerta se abrió y entró la secretaria

-Dr. Smith, acaba de llegar el señor Shortman, ¿lo hago pasar?

-Si Elisa, hágalo pasar por favor

Minutos después, el rubio hizo su aparición

-Buenas tardes señor Shortman – saludó el abogado, tendiéndole la mano

-Buenas tardes doctor – respondió el rubio, nervioso

-Tome asiento por favor – continuó hablando – bien, estamos reunidos en esta tarde, porque les ayudaré con todo lo referente al divorcio, quiero que sepan que, yo haré el papel de mediador y seré imparcial en este proceso y si ambos colaboran, todo será muy sencillo y rápido

Ambos rubios, escuchaban en silencio

-Existen requisitos, que se deben de cumplir, por ejemplo, la voluntad de ambos cónyuges de divorciarse, una propuesta de convenio sobre alimentos, bienes y patria potestad de los hijos menores de edad y un inventario valorizado de bienes – seguía explicando, el letrado

-Dr. Smith, ¿para qué es necesario, el inventario de bienes? – preguntó la rubia

-Pues, para saber, exactamente, qué es lo tienen y poder dividirlo entre ustedes

-No es necesario, yo no quiero nada del señor Shortman – replicó inmediatamente, mientras el joven de ojos verdes, seguía, aún en silencio

-Bueno, si eso es lo que desea, debe redactar un documento, en donde indique, que no quiere nada de los bienes de su, aún esposo – explico el mediador – ¿alguna otra acotación, señora?

-Sí, con respecto al convenio sobre alimentos y demás cosas para mi hija, quiero decir, que tampoco es necesario, no quiero recibir ningún dinero del señor Shortman, la he criado sola, desde que nació y nunca recibí nada de él y tampoco lo necesité

-Nunca recibiste nada de mí, porque yo no sabía, que Nicole existía – refutó el joven

-Eso no importa, ya dije que, tampoco necesité nada de ti...Dr. Smith, solo ayúdenos a hacer un régimen de visitas – decía con seriedad la mujer y sin mirar al joven rubio

-Está bien señora...y ¿usted?...señor Shortman, ¿está de acuerdo con todo lo dicho? – preguntó el profesional

-Pues la verdad, tengo algunas observaciones, primero, yo no tengo ningún problema, en compartir mis bienes con Helga, segundo, ahora que sé, que tengo a Nicole, si quiero aportar en todo lo que concierne a su crianza, ya sea alimentación, salud, educación y lo demás, que ella necesite y por último y creo que es el más importante – hablaba el rubio, con seriedad – usted dijo que el primer requisito es, la voluntad de ambos cónyuges para divorciarse, pues déjeme decirle, que yo no estoy de acuerdo, yo no quiero divorciarme

-Pero yo sí, yo quiero hacerlo...quiero divorciarme – dijo la rubia, rápidamente

-Bueno, si usted no está de acuerdo con el divorcio – aclaraba el letrado – todo se hará, más complicado, porque la señora tendría que presentar una demanda, ante un juez y eso podría demorar, varios meses

-Arnold, no me hagas esto, por favor...acepta y no hagas las cosas, más difíciles – le decía la rubia al joven, mientras lo miraba

-No Helga, fui bastante claro contigo...no quiero divorciarme

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