CAP 22: ¿Qué será de mí?

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Dos jóvenes se encontraban conversando

-¿Cómo estás viejo? – preguntó el moreno a su mejor amigo

-Pues no puedo negar que me siento bastante afectado por todo esto...siento que nada tiene sentido...siento que no sé qué será de mí...

-A pesar que la situación que pasé con Phoebe, no fue similar a lo que tú estás pasando con Helga, logro entenderte algo...y quiero decirte que tienes todo mi apoyo, no sé de qué te pueda servir eso, pero lo tienes – le sonrió con sinceridad

-Gracias Gerald, me alegra saber, que a pesar del tiempo que estuvimos distanciados, por motivos de trabajo y más, nuestra amistad siga intacta – le hablaba el ojiverde – y el que digas que me ofreces tu apoyo, me sirve mucho...de verdad, muchas gracias hermano

....

Los días iban pasando y hacía ya, una semana que los rubios, habían firmado los papeles del divorcio. Arnold seguía comunicándose con su pequeña hija a través de Phoebe, pues la decisión de dejar a Helga en el pasado, le había estado rondando fuertemente en su cabeza, ya que había llegado a la conclusión que por más que haga hasta lo imposible, la ojiazul nunca más volvería a creer en él, sobre todo, después de lo que vio, cuando Julieta se había quedado en su casa.

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Era sábado, por la mañana y Helga tenía el día libre, se encontraba sola en casa; debido a que, Nicole había salido con su padre y Phoebe estaba trabajando.

Ding Dong, se escuchó el timbre de la puerta y la ojiazul fue rápidamente a abrir

-Hola Helga ¿cómo has estado? – le saludó una mujer mayor y de cabello castaño

-¿Stella?...hola...que sorpresa – dijo la rubia, invitándola a pasar – ¿Cuándo llegaste de Hillwood?

-Llegué ayer – decía la castaña, agradeciendo el gesto de la joven

-Toma asiento por favor...¿deseas algo de tomar...o tal vez de comer? – le ofreció

-No, no te preocupes – respondió con una sonrisa – te preguntarás...porque vine ¿verdad? – empezó a hablar, mientras se sentaba cerca a la terraza

-Bueno Stella, la verdad, si – respondió con franqueza

-Pues, discúlpame si tal vez te incomodo con mi presencia...

-No, para nada – la detuvo, porque necesitaba aclararlo – tu presencia, me es muy grata, jamás me incomodarías, siempre has sido tan buena conmigo, que te tengo mucho cariño

-Gracias Helga y espero que sepas que ese sentimiento es recíproco...independientemente de las cosas que se han suscitado con mi hijo

-Lo sé, mi relación con Arnold es algo aparte...eso jamás va a alterar la amistad que tengo contigo y con Miles

-Te lo agradezco mucho y justamente eso era lo que vine a decirte, no quisiera que lo que ha pasado entre tú y mi hijo, afecte la relación entre nosotras y sobre todo porque Miles y yo queremos ser partícipes en el crecimiento y desarrollo de nuestra nieta.

-Créeme Stella, tú y Miles tienen toda la libertad de pasar tiempo con Nicole, ella ha aprendido a quererlos rápidamente y más bien, quiero agradecerles, porque recibieron a mi hija con los brazos abiertos

-No tienes porque agradecerlo, Nicole es una niña maravillosa...gracias por haberla criado tan bien y sobre todo porque decidiste tenerla sola, imagino lo difícil que debió haber sido

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