Señorito Desconocido

🦃 Seamos Swingers

Axel Green no necesitó estudiar ingeniería del software para saber que tan peligrosa era internet. Servidores eternos, conexión en milisegundos, información privada dispuesta al público. Había cosas peores en la red que un video de pornografía casera.

El problema era que ese video era de él. De Axel Green. Lo que hacía de un asunto quizá de rutina para algunos omegas, una necesidad urgente de discutir con el presidente de los Estados Unidos de América. Le pediría amablemente que destruyera las redes interconectadas a nivel mundial y que volvieran a la era de piedra. Quizás unas cuantas bombas nucleares alcanzaría para que la humanidad empezara la evolución de cero, lo suficiente para que Axel muriera una vez que Google se estableciera como poder absoluto.

Axel, ¿qué harás con los soviéticos? Ellos seguirán teniendo tu video.

Joder. No podía pensar con claridad. Los soviéticos lo ponían a mil con la rectitud que tenían y esos cuerpos forjados en fortalezas militares heladas, pero, aunque consiguiera que el presidente aceptara su propuesta ecológica, sabía que el ejército rojo jamás permitiría que un solo americano pusiera un dedo en su territorio. El video podría eliminarse del mundo, pero jamás de los servidores de la URSS.

Eso lo había descubierto en clases. La doctora Piper había trabajado en el área de sistemas de la CIA, así que de vez en cuando se le escapaba anécdotas nivel secreto de estado. Axel solía poner los ojos en blanco cuando la escuchaba, pero la única vez que prestó atención fue cuando mencionó una misión donde debían erradicar la existencia de un video intimo del hijo omega de un integrante de la realeza americana (es decir, descendencia de los fundadores), tal vez el video no sería la gran cosa, pero lo que importaba era con quién lo protagonizaba: un alfa soviético.

¿Un omega que representaba a un país capitalista siendo follado por un militar comunista? ¡Un escándalo en los tabloides! En fin, sí consiguieron eliminar el video y a las personas que lo habían visto, pero tristemente la URSS siguió manteniendo una copia. Piper dijo que en esa época era un poco más accesible encontrar a los poseedores del video, pero que hoy en día sería una tarea absurda de lograr. Y a pesar de que Axel se encaprichó con encontrar al omega traidor a la patria, no lo había conseguido, todos los royals se habían casado bien con alfas americanos o británicos.

¿En serio estás comparando tu video de porno barato con un conflicto internacional? ¿Axel? ¿Estás de broma?

Bien. Quizás lo merecía. Dentro de todo, Axel siempre esperó que algo así sucediera bien por la desdicha de su vida o por... Karma. Como cualquier adolescente, a Axel sí le llegaron videos así de íntimos de sus compañeros de clase que se pasaban en los grupos a modo de burlarse. El solo darle a reproducir implicaba cierta responsabilidad en su difusión. Axel prefería pensar que no era cómplice porque no era quien lo compartía, pero se volvía parte del problema con solo tenerlo en el teléfono.

Los videos nunca llegaron más allá de los grupos porque técnicamente eran pornografía infantil, después de todo los protagonistas y quienes lo difundían tenían entre dieciséis y diecisiete años. Había ocasiones en que llegaban videos de otros omegas desconocidos de la comunidad, y esos eran los que tenían mayor popularidad porque solo los alfas lo tenían. Axel no era tan sociable, pero si curioso, y deseaba desesperadamente saber que pasaba con «ese video caliente del omega x», con los días se volvió un mito urbano, y a pesar de que había de todo, Axel seguía sin entender porque el escándalo.