Capítulo 5: Miedos
La celebración de año nuevo estaba en su auge. Los discípulos de SiSheng iban de un lado a otro organizando el lugar para recibir el principio de año. Chu Wanning y Mo Ran se habían reunido con el líder de la secta para celebrar con él tan importante día.
Mo Ran ayudaba a un grupo de discípulos a acarrear mesas y objetos pesados a la sala principal además de ayudar en la cocina con platillos sencillos. Llevaban una semana en la secta, Taxian-Jun estaba buscando sacar el mayor provecho del día que le tocaba. Mientras iba de un lado a otro acompañando a los niños pudo sentir la mirada intensa del hombre que lo amaba.
En una de las solitarias mesas al aire libre del pico bajó un árbol, Chu Wanning tomaba lentamente un té lo suficiente caliente para mantener su cuerpo en una temperatura ideal que las miles de capas que llevaba encima aun no le permitía. Mo Ran no pudo evitar reír un poco ante la tierna imagen de su esposo cubierto de abrigos.
Siguió ayudando, pero cada cierto tiempo se detenía sólo para admirar a la hermosa persona que lo esperaba, cada que Chu Wanning notaba su mirada sobre él simplemente se sonrojaba y le indicaba que siguiera trabajando.
No fue hasta la hora de la cena que Taxian-Jun por fin se detuvo y caminó hasta el hombre que temblaba un poco en el pequeño banco. —Baobei, debiste esperar adentro si tenías tanto frío —Mo Ran se sentó a su lado y tomó su mano la cual estaba helada, la apretó entre las suyas para darle calor, después procedió a quitarse su abrigo y ponerlo sobre Chu Wanning quien negó.
—Es el único que tienes —trató de quitárselo para devolverlo.
—Yo puedo aguantar el camino de regreso al pabellón, tú lo necesitas más, baobei, no queremos que te enfermes, ni enfermar a nuestro bebé —Taxian-Jun sonrió al decir lo último, pero a su mente llegaron recuerdos de su última vida, pensó en la fragilidad de Chu Wanning en ese tiempo, de cómo la más mínima ráfaga de viento helado lo ponía mal. Trató de alejar esos recuerdos mientras tomaba la mano de su esposo y caminaban ambos hasta su hogar en SiSheng, Mo Ran pasaría por la comida al salón Meng Po para que tuvieran más privacidad.
La cena transcurrió sin problemas, las náuseas de Chu Wanning habían desaparecido en su mayoría. Estando más cálido en el interior se quitó la mayoría de los abrigos dejando sus túnicas más delgadas. Taxian-Jun farfulló porque aún así no se alcanzaba a vislumbrar lo que podía ver con Chu Wanning desnudo: la pequeña hinchazón en su barriga.
Cuando Taxian-Jun despertó un día y descubrió que el vientre de Chu Wanning ya se había elevado un poco no dejó que su esposo se levantará de la cama en todo el día, simplemente lo tuvo así, desnudo y acostado para poder observar el suave relieve casi imperceptible.
Mo Ran ama verlo, así que odia las túnicas de Chu Wanning que no se lo permiten.
—La celebración de año nuevo será mañana, después podremos regresar a casa —Chu Wanning dijo sabiendo en qué pensaba su marido. Taxian-Jun sonrió.
—Lo malo es que no podremos celebrarlo juntos, lo harás con ese idiota.
Taxian-Jun aún no aceptaba a Mo-Zongshi, estaba celoso de que él estuviera tomando las primeras veces de este proceso, tan celoso. Taxian-Jun miró su comida intensamente, él siempre se enteraba después, nunca estaba para las revisiones o para algún momento destacado del embarazo de su baobei.
Pensó que si tan sólo lo hubiera embarazado cuando sólo eran Chu Wanning y él. Sus pensamientos se detuvieron ahí.
Chu Wanning pasó años con él, Chu Wanning estuvo años bajo él, en su cama y nunca estuvo embarazado.
Mo Ran dejó de comer mientras recordaba. Él había sido un tirano con Chu Fei, por diez largos años simplemente lo hizo sufrir, tal vez por fue eso.
—¿Todo bien, Mo Ran? —Chu Wanning lo sacó de sus cavilaciones, aún así la mirada de profunda tristeza no pasó desapercibida—. ¿Algo está mal? ¿Te sientes mal?
La voz preocupada de Chu Wanning le hizo doler más el pecho. —¿Por qué me amas? —Susurró, esperaba que no escuchará, pero Chu Wanning siempre estaba atentó.
—¿Por qué preguntas eso?
—Wanning… arruine nuestra primera vida juntos, ¿quién dice que no arruinare ésta también? —La mente de Taxian-Jun cada vez se hundía más alejándose de su presente—. Te hice daño, nos hice daño y aún así me amas, es imposible. Tal vez por eso los dioses hicieron que pasará menos tiempo contigo, no soy ese Mo-Zongshi que es la mejor versión de mí, él te dió un hijo, él pudo hacerlo en menos tiempo del que yo te tuve —la respiración de Taxian-Jun se cortaba y agitaba mientras más decía, sin mirar a su alrededor simplemente seguía hablando—. Yo soy un intruso aquí, no debería existir.
—Mo Ran…
—Pudimos tener esto en la vida anterior, pero lo arruiné, siempre deseé tener un bebé contigo, creía que era imposible pero no, tú eras así la vida anterior también —una risa rota es lo único que se escuchó antes de los sollozos imparables. Los delgados brazos lo rodearon inmediatamente mientras acunaba su cabeza contra el pecho sólido—. ¿Y si lo vuelvo a arruinar? ¿Y si hago algo que impida que ese bebé viva? —Taxian-Jun se aferró como un pequeño niño al hombre que trataba de contenerlo—. ¿Y si vuelvo a lastimarte? ¿Si soy como mi padre?
—Shh… Mo Ran —la suave voz trató de tranquilizarlo, Mo Ran se hundió en su pecho y dejó que todo ese miedo interior que se había acumulado por cuatro meses saliera.
No supieron cuánto tiempo estuvieron así, tal vez en algún momento Taxian-Jun se quedó dormido.
Cuando volvió a despertar sintió las caricias en su cabeza, recostado en el regazo de Chu Wanning. Éste lo miraba atentamente, Taxian-Jun sonrió ante la vista de su amado. —Lo siento.
—No te disculpes —Chu Wanning dejó un suave beso en su frente dejando atrás la vergüenza.
—Wanning no debió ver eso de mí —una sonrisa triste empezó a florecer. Chu Wanning negó.
—He pensado lo mismo, también tengo miedo, Mo Ran, miedo de arruinarlo —porque Chu Wanning recuerda, recuerda esos sangrados extraños que relacionaba con el sexo rudo, esos pequeños dolores en su vientre de cuáles nunca habló. Tal vez si hubiera dicho algo… —Pero es diferente ahora —aseguró.
—Está Mo-Zongshi.
—No, Mo Ran, estás tú siendo la mejor versión de ti, estoy yo siendo lo mejor de mí —Chu Wanning no era de hablar así, pero algo en su interior lo incitaba. Las palabras no eran su fuerte, nunca lo fueron, así que se inclinó para besar los labios que aún se mojaban en lágrimas. —Estás conmigo.
Taxian-Jun miró el rostro lloroso de su esposo y no pudo evitar amarlo más. Rápidamente se levantó para darle otro beso, y otro, y otro. No se detuvo hasta que los labios le dolieron.
—Tal vez mañana no puedas ver los fuegos artificiales conmigo, pero podemos tener nuestra pequeña celebración de año nuevo —aseguró Chu Wanning mientras se levantaba—. Y el próximo año él o ella estará con nosotros.
Taxian-Jun tomó su mano mientras Chu Wanning lo guiaba hasta la cama, con la promesa de un futuro armonioso.
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¡Capítulo 5! Pequeñas convivencias entre los dos, ¿cuando creen que nazca el pastel de osmanthus? ~Por cierto, tal vez empiece a subir los capítulos todos los días para no tardar tanto, o si son pequeños subir dos. Aún lo estoy pensando, así que seguro no vemos más seguido. 💖
Gracias por leer, su gustan saber más de mis escritos pueden pasa por mi Twitter @/Yunzzelf. Generalmente por ahí subo pequeñas cosas o escritos que no son en sitios de fics.
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Osmanthus cake
Hayran Kurgu-¡Un parásito! -Xue Meng se alarmó-. ¿Algún demonio ha puesto algo en el cuerpo de shizun? -Bueno... no un demonio. -Se claro -Chu Wanning estaba perdiendo la paciencia, últimamente siendo más difícil controlar su humor, otra cosa que sufría con su...