Estrías

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Capítulo 8: Estrías

Si hay algo que siempre caracterizó a Chu Wanning fue su autoestima no saludable. Viejo y feo eran palabras que no faltaban en su vocabulario interno; no deseado, no amado, no adecuado, Chu Wanning pensaba eso cada día a cada momento.

La llegada de Mo Ran a su vida incrementó esa inseguridad, ¿cómo alguien como Mo Ran podría amarlo existiendo gente tan hermosa y perfecta para estar a su lado? Sin embargo lo hizo, él lo amó, lo amó con todos sus defectos, con todo lo horrible y malo que era. Mo Ran lo amó.

Se lo dijo, se lo demostró y Chu Wanning tardó en creerlo, porque aún cuando éste se lo repetía cada día las inseguridades no se van de un día a otro, a veces nunca se van.

Chu Wanning miraba con atención su vientre abultado, era más grande, mucho más grande, ya se notaba. La piel se estiraba, se volvía un espectáculo curioso de ver, eso era lo que tenía a Chu Wanning horrorizado hoy.

No era alguien que cuidara mucho su apariencia, no había mucho que cuidar se decía, pero en ese momento pensaba en su cuerpo, su cuerpo esbelto que tenía entrenado, su cuerpo que ahora parecía romperse.

Las líneas surcaban su piel que se estiraba, pareciendo raíces de un árbol que se estaba asentando, que quería permanecer y se aferraba. Algunas se pronunciaban más que otras haciendo un escabroso espectáculo en su abdomen.

Escuchó como la puerta principal se abría, Goutou ladraba indicando que el hombre que se hacía llamar su esposo había regresado, Chu Wanning apenas tuvo tiempo de cubrirse para cuando él entró.

—Baobei, traje algunos dulces para comer juntos, la señora del puesto de pasteles dijo que seguramente esto te podría gustar —Mo Ran pasó sin notar el nerviosismo de Chu Wanning quién apretaba más la tela contra su cuerpo tratando de evitar que algo se viera expuesto—. ¿Te parece comerlo después de la cena? Hoy haré algunas albóndigas, tus favoritas.

—Mmm, me parece bien —Chu Wanning no dijo más mientras se sentaba en la cama y Mo Ran seguía moviéndose por el lugar.

Mo Ran no se mostró preocupado por la falta de palabras de Chu Wanning, sabía que a veces era así, especialmente con el embarazo que lo mantenía más somnoliento y fatigado. Sonrió para sí mismo esperando cocinar una cena digna de su esposo. Desapareció en la cocina dejando de nuevo a Chu Wanning solo son sus pensamientos.

Chu Wanning seguía mirando su estómago vestido y pensó que si Mo Ran notaba aquello tal vez por fin vería lo feo que era Chu Wanning, tener un cuerpo estético lo salvaba de su desagradable cara, ¿qué haría ahora que estaba siendo marcado de esa forma en su piel? Mo Ran no podía ver aquello, simplemente no.

Se encargaría de mantenerlo oculto.


Ciertamente fue difícil.

Mo Ran era alguien que amaba ver y besar además de tocar todo su cuerpo, especialmente su barriga. Mantener sus ojos lejos de las marcas que empezaban a presentarse en su piel fue un trabajo laborioso, especialmente cuando empezaba con besos.

—Wanning… —Murmuró Mo Ran en su oído dando un pequeño mordisco al lóbulo de éste haciendo suspirar a Chu Wanning—  Mi Wanning —dijo mientras bajaba sus manos por sus costados.

Chu Wanning sintió el calor de la excitación ascender mientras los besos viajaban por su cuello. Últimamente era más sensible a los toques, no sé extraño de entrar en calor tan rápido y con algo tan pequeño.

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