Feliz cumpleaños

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Capítulo 17: Feliz cumpleaños

El sonido de alguien llamando a la puerta lo despertó. Chu Wanning sintió su cuerpo pesado, el abrir los ojos fue un gran esfuerzo, la luz del sol era demasiado intensa, como si hubiera estado dormido por mucho tiempo. Volvieron a tocar la puerta, Chu Wanning se acomodó en la cama tratando de dormir una vez más, la sábana era tan suave y reconfortante que no quería levantarse.

—Consorte Chu —llamaron, Chu Wanning se hundió más en su lugar para ignorar la voz del hombre mayor—. Consorte Chu, tiene una visita —un gruñido salió de su garganta sabiendo que no podía ignorar aquello, aunque si fuera él ni siquiera se anunciaría.

Lentamente se incorporó en la cama, miró hacia la puerta mientras las palabras salían de su boca, las puertas se abrieron y el viejo Liu apareció—. Lamento molestarlo, consorte Chu, pero me dijeron que era una visita urgente.

¿Urgente? Chu Wanning asintió. —¿Quién es?

—Bueno…

—¡A-die! —Un pequeño cuerpo pasó a lado del viejo Liu, el hombre casi se tambalea hacia atrás por el repentino movimiento. De pronto la cama se hundió con un segundo peso. Unos ojos grandes y violetas fue lo primero que vió antes de contemplar los rasgos completos—. Despierta, prometiste acompañarme a tomar el desayuno en el patio bajo ese bonito árbol —la voz infantil era aguda y brillante, la tierna edad de seis años era reconocible por la manera en que la niña pronunciaba mal algunas palabras.

—La princesa quería verlo —terminó de decir el viejo Liu con una sonrisa.

Chu Wanning aún veía con sorpresa a la niña, era obvio que era hija de Mo Ran, pero algo que no se podía negar era que también era suya, era su viva imagen a excepción de los ojos que eran iguales a los de su padre.

—Está bien, A-die lo había olvidado —la pequeña niña sonrió más dejando ver unos pequeños hoyuelos formarse en sus mejillas—. Deja que me ponga ropa presentable y estaré contigo en un momento.

—¡Si! —La niña se movió rápido para darle un fugaz abrazo a su padre y un beso en la mejilla antes de bajarse y correr hasta la puerta—. Esperaré a A-die en el patio, vamos, señor Liu —el anciano rió antes de despedirse con un movimiento de cabeza y seguir a la pequeña princesa.

Aún en la cama el pecho de Chu Wanning se calentó ante la muestra de afecto de su pequeña hija. Se levantó y se preparó con prisa para no dejar a la pequeña princesa esperando.



—Baba aún no vuelve.

—Está ocupado con cosas del reino —Chu Wanning tomó un sorbo de su té.

—Lo extraño —la niña tomó una galleta—. Extraño los dulces que me hacía.

—Pronto estará aquí —Chu Wanning también pensó que lo extrañaba. Mo Ran siendo el emperador tenía demasiadas responsabilidades.

Mo Ran siendo el emperador…

—Ha pasado un mes.

—Uh.

—Ha pasado un mes desde que se fue —la pequeña niña tenía un puchero en su tierno rostro—. Quiero verlo.

—No tardará en regresar, no te preocupes —los ojos violetas lo miraron y el suave puchero se hizo más pronunciado. Chu Wanning no pudo evitar consolar a su pequeña hija, acarició suavemente su cabeza para calmarla.

La niña se inclinó feliz hacia el toque de su progenitor. —A-die siempre me hace sentir mejor —Chu Wanning sonrió, ella parecía tan feliz aún estando con él. ¿En ese tiempo habría sido así?—. A-die está pensando en algo.

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