Síndrome de Couvade

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Capítulo 7: Síndrome de Couvade

—Uh —Mo Ran alejó su nariz del plato—. Esto huele mal.

—¿Mal? —Chu Wanning se acercó y olfateó—. Creo que huele bien.

—¿No lo notas, baobei? Realmente cómo pensé en hacer esto, huele horrible —Mo Ran no dudó en dejar el tazón de estofado de lado mientras hacía muecas de desagradó. Chu Wanning no dijo más y dejó que su esposo hiciera lo que quisiera. Caminó de nuevo hasta la mesa tomando asiento, su vientre había crecido de una manera alarmante en poco tiempo y ahora era mucho más obvio su embarazo, tener un ser dentro de él hacía que su espalda doliera y ni hablar de sus pies.

Un suspiro cansado salió de sus labios cuando Mo Ran llegó con los platos para poner en la mesa, ante aquello el menor se detuvo. —¿Hay algún problema, shizun?

—Nada —dijo para no molestarlo. Mo Ran no insistió, pero tampoco hizo algún otro movimiento. Después de un minuto sin reacción Chu Wanning lo volteó a ver y se sorprendió al encontrarse con un rostro lloroso—. ¿Qué pasa? —Preguntó alarmado levantándose para acercarse a Mo Ran y ayudarlo a dejar las cosas que tenía en las manos sobre la mesa.

—Shizun… tú… ¿No confías en mí? —Mo Ran hipo.

—¿De qué hablas? —Chu Wanning lo ayudó a sentarse. Las lágrimas de Mo Ran caían con más fuerza, lloraba como un pequeño niño de cinco años.

—Wanning nunca me dice lo que le molesta, nunca quiere compartir sus cargas conmigo aunque ahora haya un bebé producto de nuestro amor creciendo en su vientre —Mo Ran no podía parar de llorar mientras Chu Wanning seguía sin entender qué era lo que estaba sucediendo, y para agregar, el bebé pareció darse cuenta del sufrimiento de su querido padre que empezó a inquietarse dando algunos dolores molestos a Chu Wanning.

—No, Mo Ran, en verdad no me pasaba nada, simplemente estaba un poco adolorido por el peso del bebé, mis pies se sienten un poco hinchados es todo —Chu Wanning trató de consolarlo.

—Ah, Wanning pudo haberme dicho eso, podría ofrecerle una forma de que el dolor disminuya —Mo Ran se limpió las lágrimas que aún corrían por sus mejillas—. Podría darte un masaje.

Con miedo de causar otra reacción al negarse, Chu Wanning sólo asintió mientras tomaba asiento. Mo Ran feliz como si no hubiera estado llorando hace un momento sirvió una generosa cantidad de comida en su plato y sonrió como si nada. Chu Wanning se llevó la comida a su boca sin dejar de verlo tratando de entender que estaba sucediendo.

Mo Ran había estado extraño últimamente, todo inicio una mañana cuando al despertar y compartir unos suaves besos de buenos días se separó bruscamente de Chu Wanning para vomitar en la vasija olvidada que antes era la vasija de vómitos de Chu Wanning quien ya en raras ocasiones tenía náuseas y mareos, ahora su problema eran los dolores musculares. Volviendo al tema, Mo Ran estuvo así por algunos días, preocupado le preparó medicina pero no pareció ayudar mucho.

De igual forma estaba aquello, los cambios repentinos de humor. En un momento estaría feliz y después llorando porque una de sus lechugas no crecía adecuadamente llamándose mal padre. Si Chu Wanning no supiera que era imposible pensaría que Mo Ran también estaba embarazado. Rió ante el pensamiento.

Era imposible pero…

—Hay ocasiones en que los padres también tienen síntomas del embarazo compartidos con la pareja, es algo raro pero sí ha sucedido —Huang Mei sonrió mientras Chu Wanning terminaba de cerrar su túnica. Ese día de revisión Mo Ran tuvo que atender un caso urgente, por lo cual había sido acompañado por Xue Meng quien esperaba afuera.

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