𝕮𝖆𝖕. 28: 𝕺𝖏𝖆𝖑𝖆́ 𝖊𝖑 𝖙𝖎𝖊𝖒𝖕𝖔 𝖕𝖆𝖘𝖆𝖗𝖆 𝖗𝖆́𝖕𝖎𝖉𝖔~

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Mansión Park
||08:30 A.M.||

Los pasos resonaban contra el asfalto; la prisa era casi palpable. Eun-Woo tragó grueso al ingresar de una sola vez a la oficina de su jefe, quien lo observó con extrañeza hacia la actitud descortés.

—Se trata del joven Park, señor —

Aquellas palabras perpetraron al hombre de mayor edad; se levantó de la silla, recortando de inmediato la distancia contra el más joven.

—¿Qué pasa con mi nieto? —

La voraz pregunta hizo que el chico titubeara entre responder o no. Sin embargo, estaba consciente de que, si no transmitía el mensaje, no saldría vivo del lugar.

—Ya no está en la mansión de Anders, señor —

El rostro de Vicent reflejó angustia, desespero en absoluto.

—¿¡Qué!? ¿¡Dónde se encuentra ahora!? — cuestionó con rapidez, luego de volver en sí. Lo menos que necesitaba era perder la cordura.

Eun-Woo, bajo disimulo soltó un suspiro.

—En manos de Robert McQueen —

Como balde con agua fría cayó tal respuesta a Park Vicent. Sin embargo, dentro de la oficina, los presentes se alteraron cuando un "crack" repercutió en la estancia. Magdalen perdió control del jarrón de flores entre sus manos al escuchar todo, tras tener unos segundos de haber ingresado al espacio.

Impactada y con el corazón en desborde, sucumbió de rodillas al perder fuerzas. No, no, ella no podía creer eso. Su nieto estaba en peligro. Con desespero llevó las manos hacia su cabellera, aferrando los dedos mientras las lágrimas abrían caudal sobre sus mejillas.

—D-Dime que... es mentira — pidió a su esposo, el cual corrió en ayuda sin dudar ni un solo segundo.

Vicent, odiando con cada gramo de su cuerpo el dolor que sentía su amada...

—Explícate — adecentó a su trabajador.

El joven tras terminar de recoger los trozos de cristal del jarrón...

—La persona que se quedó en vigilancia frente a la casa de Anders confirmó que el joven Park salió de ese lugar, por lo cual no dudó en seguirlo; siendo la mansión McQueen el lugar donde aún permanece, sin indicios de retorno a la mansión de Anders — explicó.

El alma terminó de dejar su cuerpo, o eso sentía Vicent. Por lo visto, Robert se había adelantado. Mas no dejaría las cosas así; ahora más que nunca brindaría apoyo a su nieto, le salvaría de las garras de ese sujeto a tiempo. Esta vez, la historia sería diferente, y de eso estaba demasiado seguro.

—Cariño, quizás la situación dio un giro inesperado, pero mi promesa aún sigue vigente — aseguró a la mujer, la cual continuaba de rodillas en la alfombra.

Ayudando a que se colocará de pie...

—Sigan vigilando la casa de ese malnacido — ordenó a Eun-Woo.

—De acuerdo, señor —

—Y dile a Franshua que prepare el auto, tengo una reunión urgente a la cual asistir— agregó.

Con la mirada altiva, el menor brindó un asentimiento antes de retirarse del lugar, dejando a la pareja sola en la estancia.

—Dijiste que lo traerías, y eso fue hace unas semanas atrás —

Magdalen sabía estaba siendo injusta, pero no aguantaba más el martirio. Jimin era el único pedazo del alma de su hija, la persona que la motivaba a seguir viva tras el infierno que enfrentó Rose.

¡𝐒𝐚𝐥𝐚 𝐄𝐫𝐚 𝐔𝐧 𝐂𝐚𝐣𝐞𝐫𝐚!~||❍𝐊𝐚𝐚𝐀𝐌𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora