𝕮𝖆𝖕.16: 𝕸𝖊 𝖔𝖉𝖎𝖆𝖗𝖆́𝖘~

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La innata elegancia hacía completamente único a Park Jimin, su belleza era más que excepcional, y más cuando ni él mismo se la creía.

¡Dios! Es que, se miraba al espejo y dudaba ser el chico que se reflejaba en este, puesto que, portando un traje tallado a la sublime figura que se cargaba, le aturdía no poder reconocerse.

Terminando de arreglarse la cabellera, salió del baño y caminó hacia la cama. Soltó un suspiro, y estando en ese punto de la habitación, dudó un poco en tomar el móvil y llamar a la única persona que podía ayudarle a tranquilizarse, no obstante, tal debate, solamente duró unos milisegundos, ya que...

Contesta, por favor — pidió en un susurro cuando decidió marcar.

— Hola —

Esa voz hizo revolotear su corazón.

— Y-Yo... — titubeó un poco.

— ¿Cómo estás, cielo? —

La directa pregunta, hizo que caminara de un lado a otro, debatiéndose lo hilarante que se visualizaba la situación.

— Es raro — dijo, pues fue lo único que sus labios pudieron formular como respuesta inmediata.

Mientras tanto, el calibre de contestación, dejó a una persona confusa en la otra línea.

— ¿Sucede algo? —

La cuestión mostró hincapié de preocupación, por lo que se reprochó internamente, debido a que estaba angustiando al contrario sin causa alguna, así que...

Lo siento — se disculpó, primeramente. — Es solo que... me siento raro v-vestido de traje — trató de explicar.

Siendo en cuestión de segundos que escuchó al pelinegro suspirar, y luego soltar una risilla tan suave, como si fuera el dócil trino de un pequeño pajarito.

— De seguro te has de ver más hermoso, mi sexi cajero pelirrojo —

Y sonrojándose por tales palabras, Jimin no evitó dirigir la vista hacia el saco de color rojo que terminaría de complementar su vestimenta.

— Quiero estar contigo — bisbiseó con nostalgia, y de la nada.

Pues tenía tres días que no se había podido ver con el más alto, por tanto, extrañaba un tanto su compañía.

— Te veré después de terminar unos asuntos, cielo —

Y, aunque no tratara de no percatarse, la verdad, era que le encantaba como JungKook podía disipar sus dudas de una manera tan sutil.

— Te lo prometo —

Promesas, y a pesar de que nunca fue tan creyente de estas, desechándola de un sola a vez a palabras vacías, cada vez que el pelinegro las decía, le hacían debatirse entre un mil de pros y contras.

Señor Anders, ¿le gustaría pasar esta noche conmigo? — preguntó en juego.

Pero...

— Me fascinaría, señorito Park —

Le gustaba el ritmo que adoptaba su corazón en los momentos que ese hombre en línea, le seguía los risueños juegos.

— Le esperaré con ansias — confesó sin evitar sonreír.

— Amor —

Claramente, Jimin escuchó el tintineo de "¿llaves?" en la otra línea.

¡𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐄𝐫𝐚 𝐔𝐧 𝐂𝐚𝐣𝐞𝐫𝐨!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora