La innata elegancia hacía completamente único a Park Jimin, su belleza era más que excepcional, y más cuando ni él mismo se la creía.
¡Dios! Es que, se miraba al espejo y dudaba ser el chico que se reflejaba en este, puesto que, portando un traje tallado a la sublime figura que se cargaba, le aturdía no poder reconocerse.
Terminando de arreglarse la cabellera, salió del baño y caminó hacia la cama. Soltó un suspiro, y estando en ese punto de la habitación, dudó un poco en tomar el móvil y llamar a la única persona que podía ayudarle a tranquilizarse, no obstante, tal debate, solamente duró unos milisegundos, ya que...
— Contesta, por favor — pidió en un susurro cuando decidió marcar.
— Hola —
Esa voz hizo revolotear su corazón.
— Y-Yo... — titubeó un poco.
— ¿Cómo estás, cielo? —
La directa pregunta, hizo que caminara de un lado a otro, debatiéndose lo hilarante que se visualizaba la situación.
— Es raro — dijo, pues fue lo único que sus labios pudieron formular como respuesta inmediata.
Mientras tanto, el calibre de contestación, dejó a una persona confusa en la otra línea.
— ¿Sucede algo? —
La cuestión mostró hincapié de preocupación, por lo que se reprochó internamente, debido a que estaba angustiando al contrario sin causa alguna, así que...
— Lo siento — se disculpó, primeramente. — Es solo que... me siento raro v-vestido de traje — trató de explicar.
Siendo en cuestión de segundos que escuchó al pelinegro suspirar, y luego soltar una risilla tan suave, como si fuera el dócil trino de un pequeño pajarito.
— De seguro te has de ver más hermoso, mi sexi cajero pelirrojo —
Y sonrojándose por tales palabras, Jimin no evitó dirigir la vista hacia el saco de color rojo que terminaría de complementar su vestimenta.
— Quiero estar contigo — bisbiseó con nostalgia, y de la nada.
Pues tenía tres días que no se había podido ver con el más alto, por tanto, extrañaba un tanto su compañía.
— Te veré después de terminar unos asuntos, cielo —
Y, aunque no tratara de no percatarse, la verdad, era que le encantaba como JungKook podía disipar sus dudas de una manera tan sutil.
— Te lo prometo —
Promesas, y a pesar de que nunca fue tan creyente de estas, desechándola de un sola a vez a palabras vacías, cada vez que el pelinegro las decía, le hacían debatirse entre un mil de pros y contras.
— Señor Anders, ¿le gustaría pasar esta noche conmigo? — preguntó en juego.
Pero...
— Me fascinaría, señorito Park —
Le gustaba el ritmo que adoptaba su corazón en los momentos que ese hombre en línea, le seguía los risueños juegos.
— Le esperaré con ansias — confesó sin evitar sonreír.
— Amor —
Claramente, Jimin escuchó el tintineo de "¿llaves?" en la otra línea.
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¡𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐄𝐫𝐚 𝐔𝐧 𝐂𝐚𝐣𝐞𝐫𝐨!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧
Hayran KurguPark Jimin, quien _Solo Era Un Cajero_ en el segundo Banco más grande y famoso de la Familia McQueen, se verá en vuelto en el mundo de egoísmo y venganza, ¿por amor? Después de la muerte de su madre, el pequeño pelirrojo se aventura a un inicio de...