𝕮𝖆𝖕.13: ¡𝕷𝖑𝖊𝖌𝖔́ 𝖑𝖆 𝖍𝖔𝖗𝖆!

126 11 53
                                    

Habían pasado dos semanas entre el último encuentro entre Park y Jeon. Lapsos de días en los cuales Jimin había cambiado mucho, y TaeHyung, era muy testigo de la fría penumbra albergada en las actitudes de su amigo pelirrojo.

Sencillamente, éste dedujo que las cosas para el pelirrojo habían perdido interés, y mal no estaba, porque apesar de que el pequeño aún sentía la necesidad de llamar al pelinegro, y dar su brazo a torcer por un poco de compañía, se abstenía de eso.

Park había forjado el dolor en una actitud áspera, ya que la noche en que Jungkook le dejó a la deriva, parte de su carisma y confianza, le fueron retirados del cuerpo, dejándole muy consciente de su realidad.

Actualmente, en su lugar de trabajo, Jimin ya no sonreía a sus clientes bajo emoción, ahora solo daba una sonrisa forzada por cortesía, y a la hora de almuerzo, Dudley, prácticamente sacaba cada palabra a cucharadas de su boca.

En síntesis, el pequeño, hermoso, y sexy hombrecito de cabellera roja, era tal y como...

— Un zombi, Jungkook, en eso se ha convertido — describió TaeHyung a Jeon, quien mantenía la vista fija en el paisaje que observaba desde el balcón de su habitación. — ¿Me estás escuchando? — cuestionó.

Y al ser ignorada, se acercó a Jeon, pero éste ni siquiera se volteó a verle.

— Boss, por favor, anda a verlo — pidió, sin embargo, era como hablar con una piedra.

Por su parte, JungKook continúo tomando su whisky, aparentando no prestar ni un poquito de interés a lo que el rubio comentaba.

— No perderás nada, solo ve a verlo —

Había mucha preocupación por parte de TaeHyung, y eso, Jeon lo sentía al escuchar el tono de voz melancólico.

— No es el mismo, es que... si lo vieras y escucharas hablar, te darías cuenta de que no lo es — aseguró el ojiazul, a quien la lejanía que proyectaba el pelinegro hacia sus palabras, le estaba empezando hartar.

No obstante, el rubio se contuvo de dejar todo sin dar pelea, por tanto, aplicaría su último intento.

— Kook, Jimin te necesita — manifestó, antes de retirarse de la habitación de su boss.

Mientras que, Jeon expulsó todo el aire que tenía retenido; claro estaba que había escuchado las palabras del pelirrubio, y le dolía demasiado saber que había lastimado a Jimin. Cerrando los ojos y ahogando un grito de rabia e impotencia, estrelló el vaso, que aún contenía alcohol, contra el muro.

— Quisiera ir, pero él lo dejó bastante claro — alegó para sí mismo.

Caminó hacia la habitación, y se tumbó en la cama; estando boca arriba mientras miraba el techo, recordó las sinceras palabras de su sexy pelirrojo, aquellas que varias veces le hicieron notar cuán mal estaba por mentirle a ese ángel.

¡Dios! Había tantas cosas que deseó contarle, pero pudo más el miedo a que éste le rechazara y se alejara, que aprovechar los intentos de confianza que le permitió. Por tanto, no sé perdonaría nunca si Jimin se acostumbraba a permanecer ajeno a los demás, no se absolvería de nada, si su chico, ese que amaba con locura, empezaba a ver a todos como enemigos.

Suspirando se levantó de la cama, y después de agarrar una chamarra, salió de la habitación. Al pasar por el pasillo pudo notar la reunión que tenían los demás miembros de su equipo, pero no se acercó; necesitaba tomar aire y ordenar los asuntos que le hacían permanecer bajo agobio las 24/7, por lo que, sin más, salió de la casa.

Tras llegar al estacionamiento, entró a su vehículo para dar marcha al instante, y mientras manejaba, su mente repetía las escenas de esas sonrisas coquetas que le brindó ese ser hermoso de cabellera roja, miradas de timidez y deseo; de pronto, sintió la garganta reseca tan solo de pensarle.

¡𝐒𝐚𝐥𝐚 𝐄𝐫𝐚 𝐔𝐧 𝐂𝐚𝐣𝐞𝐫𝐚!~||❍𝐊𝐚𝐚𝐀𝐌𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora