𝕮𝖆𝖕. 5: 𝕸𝖊 𝕿𝖎𝖊𝖓𝖊𝖘 𝕬 𝕸í~

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JungKook, se acercó más al contrario, llevó las manos hacia su costado, donde posó y deslizó las yemas de los dedos por el tatuaje que resaltaba sobre su lechosa piel.

— Eres perfecto — halagó en un susurro, sin quitar la vista del cuerpo que se encontraba arrebatándole, el más sólido pensamiento neutral.

Por su parte, el pelirrojo, completamente sonrojado, subió las manos, y las entrelazó tras la nuca de su amante, antes de atacar sus labios sin previo aviso. Un beso hambriento, cargado de los sentimientos más oscuros que le invadían.

Jungkook, correspondía de la misma manera; sencillamente, la intensidad del deseo que ambos cargaban, hacía el ambiente, indescriptiblemente denso.

El pelinegro, deslizo las manos por la espalda del menor, y las centro en el bordillo de su pantalón; seguidamente, las encaminó hacia al broche y se deshizo de este al instante; bajó el cierre y atrapó entre sus dientes, el labio inferior del chico.

No obstante, volvió a besarlo y escurrió el pantalón hacia abajo. El profundo ósculo, bajó de intensidad, adoptando un ritmo suave, consonancia que, fue aprovechada por éste, quien procedió a ir, depositando pequeños besos e insondables chupones por el blanquecino cuello del pelirrojo.

Lentamente, ante la hambrienta mirada de Park, se disponía a bajar, hacia su parte inferior, no sin antes dejar marcado cada centímetro de su piel al paso; llegó a los pezones de su acompañante y jugó con estos, disfrutando en demasía de los leves murmullos que su sexy pelirrojo soltaba mediante el goce.

Continuando en su acecho, deslizó la lengua por los abdominales medio marcados de su íntimo amigo; estando de rodillas, llevó las manos hacia el elástico del bóxer, el cual, era lo único que le estorbaba para terminar de conocer el cuerpo completo del menor, y al deshacerse de la última prenda, levantó su vista hacia arriba.

Quería verlo, grabarse en sus pupilas, cómo aquellos orbes felinos, se perdían en la pura oscuridad de liviandad. Y claramente disfruto verlo, la lejanía de lucidez en el pequeño.

Jimin, cerró los ojos; su miembro, se encontraba demasiado duro, siendo tal goce para Jeon, quien, con una sonrisa ladina, acarició las piernas muy formadas de su acompañante, y sin previo aviso, deslizó la punta de la lengua por la cabeza del pene erecto de Park, sonriendo a sus adentros, al momento de escucharle suspirar pesadamente y sentir, como se aferró a su cabellera negra con ambas manos.

Jimin, era inexperto en todo, nunca se había atrevido a dar, tal paso de gran de intimidad, pero cuando miró a Anders (a como le conocía a JungKook) enfrente de su cubículo, todo muro de seguridad, fue traspasado, aun sin quiera conocerle del todo.

JungKook, deslizó las manos hacia los glúteos del de menor, sin dejar de brindarle atención al erguido miembro. Aspiraba cada vez más la dotación de su amante, dejándole completamente extasiado, permitiéndole liberar sonidos de goce, y los cuales, le tenían más que fascinado.

Al paso de unos cuantos segundos, el pelinegro, se separó de la hombría del contrario, a lo que éste, soltó un leve refunfuño, provocando que una socarrona sonrisa se plasmara en los belfos de su pareja de noche.

Dejando besos a su paso mientras se ponía, nuevamente de pie, Jungkook, susurraba dulces palabras al pelirrojo.

— Eres exquisito — se atrevió a decir con un tono juguetón y pervertido.

Confesión que provocó, que el sonrojo del menor, se explayara, sin embargo, JungKook, amó la manera en cómo Park, posó las manos sobre sus hombros, para después, irlas a entrelazar tras su nuca.

— N-No sé... —

Decía el pequeño, y se apenó más de lo que ya estaba, a pesar de estar, hace rato, gimiendo como loco cuando el pelinegro le había proporcionado la primera mamada de su vida, y definitivamente, Jungkook, no sabía cómo le hacía el pequeño pelirrojo, pero la ternura que le hacía sentir, le causaba el sentimiento de llevarle al límite.

¡𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐄𝐫𝐚 𝐔𝐧 𝐂𝐚𝐣𝐞𝐫𝐨!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora